XXXVI
Eres la diosa de mis sueños,
Eres la sensualidad de mis fantasías,
Eres la media noche en mi medio día,
Eres la luna en las noches oscuras y solitarias….
Me observas en el silencio de la noche
Me reconfortas con el susurro de las lechuzas,
Me acaricias con el roce de la brisa,
Me alivias en la calidez de este deseo que me consume….
Ámame cuando te miro desde la lejanía,
Ámame cuando tu voz rompe la distancia,
Ámame como solo una diosa echa carne puede,
Desde ese alma pura y cristalina
Que deshace la mía en sus brazos
Y se apodera de las lágrimas derramadas
En las noches de pasión compartidas,
Tesoro de amor y entrega,
En la lujuria del ardor de tu mirada…..
Mirada de miel,
Dulce placer plagado,
Del silencioso deseo,
Que ocultas en el fondo,
De esa miel que se derrite
En la dulzura de tu mirada,
En el cariño que desprende,
En el pensamiento que no provocas,
En el sentimiento que guardas,
Fiel a tu palabra,
Fiel guardiana de tu corazón,
Que no entregas en consumación,
Del amor que en ti nace,
En el temor de una pérdida,
En la fe de algo mejor….
Horizonte que no llegas,
Horizonte que bien esperas,
Horizonte que ansias alcanzar,
Extender a éste tus brazos,
Y dejar de huir del destino,
Que en secreto guardas,
Y con ternura mimas……
No es la lejanía una barrera,
Para que un corazón solitario
Mire a otro,
No es la soledad fiel amiga,
Solo el refugio de nuestra espera,
No es el dolor un sufrimiento
Sino la fe de que serás mía,
La esperanza de que llegara el día,
La convicción de que te amo,
Bajo el hábito reconfortante,
Del aprecio, cariño, y confianza,
Que te entrego en mi día y noche…..
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