domingo, 9 de agosto de 2015

XXXV

Se apaga el día en el abrazo rojizo del atardecer,
renace la sombra del cansancio,
las estrellas se cuentan al cielo ocultas por las nubes,
y la luna sigue brillando en el silencio de mis pensamientos.

Son largas las horas y mi mente no calla,
incansable mi voluntad pese al dolor de mi ser,
muchos puntos a los que se desea llegar,
y uno solo es el que mas importa en mi mundo.

El alma siempre lucha,
el corazón sufre sin poder evitarlo,
los sueños navegan contra corriente,
y sin saber que rumbo tomara todo,
una mirada al horizonte anima a seguir caminando.

A veces uno ama,
otras llora sin saber si odiar o resignarse,
en cambio siempre se siente el palpitar,
de seguir vivo en este universo de dudas y pasiones.