martes, 31 de julio de 2012

PARTE IV


PARTE IV


Una intrigadora Celina asomó por la puerta, con un rostro que en vez ser la viva muerte de los días pasados había cambiado a radiante de ilusión.

-         que la paz venga contigo hermana, ¿a que se debe tu cambio de ánimo?
-         Y tu estés en paz Asalah, pues veras he descubierto que nuestra elección para con Junaana fue acertada, esas dos andan enamoradas.
-         Y bueno de donde te llega la información, a mi, me visitó hace media hora Junaana y no me dijo absolutamente nada y volví a ver esa mirada vacía en su rostro, algo me dice que no ha salido bien.
-         No creo, estuve conversando con Shamsir, y no me lo dio explícitamente, pero le dije era afortunada, por… que se salvó, alguien anda interesada en ella y ha recibido las mejores atenciones, ¿adivinas cual fue su replica igual de educada?
-         Ni me la imagino Celina.
-         Recito palabras textuales, así que valóralas. “Yo diría que la fortuna es caprichosa y pretenciosa, nunca sabes lo que te espera al otro lado de la puerta, sabes quien puede estar pero no sus intenciones, piénsalo.”
-         Por Alá el misericordioso, esa muchacha si se enamoró, entonces ¿cual es el problema entre ellas?
-         Ahí intervienes tú, visita a Juanaana y dile que alguien mas anda interesada en ella, cuando quiera saber quien dile que yo misma, que quede fascinada por su coraje, lealtad y sinceridad, además de su modo de responder ante sus actos, a ver su reacción.
-         Y si les damos tiempo. Han pasado muchas cosas.
-         Hazme caso, justo ahora ambas están sensibles por todo y su cercanía.
-         Por eso lo digo yo, tras tantos días de estar separadas se van a necesitar y de alguna manera se buscaran.
-         Olvidas lo tozuda que llega a ser Junaana.
-         Hablare con ella pero no bajo tus pretensiones, veré como están las cosas entre ellas, después tú y yo hablaremos y valoraremos, pero no actuaremos por que sí.
-         De acuerdo, pero seguro que tengo razón.
-         Eso es lo que siempre me acaba molestando.
-         Lo se, hermana.

Al llegar el atardecer Asalan invito a pasear a Juanaana, con la excusa de una compañía mas ligera que su hermana, la joven aceptó, salieron por el recinto y llegaron a los jardines, al menos hasta sus puertas, el rostro de Junaana se volvió ceniciento, al ver su reacción la dama la hizo retroceder y volvieron desviándose por la biblioteca, subieron al piso superior desde donde se admiraban con catalejos las estrellas, allí una terraza abierta al desierto dejando ver tanto los jardines como el atardecer se sentaron a disfrutar de la tranquilidad.

Junaana sospechaba que la dama tenia algo en mente, pues la vio a la mañana y no la encontró tan pensativa, ella había pensando en comentarle sobre el castigo que impondría a Setar, antes de que supiera la propia Celina del mismo, el propio Califa consulto esa misma mañana pero como ella dijo no deseaba sacarla de su celda todavía, deseaba que añorara ese refugio.

-         Señora, me gustaría dirigirme a vos sin miradas indiscretas y anunciarle a vos primero mi decisión para con Setar.
-         Te escucho.
-         Ella pretendió matarnos, al menos a Shamsir, perpetro también un engaño con Celina no admitiendo que ella no rechazó a Shamsir, dos esclavas fallecieron un día antes envenenadas al probar la comida que iba a ser llevada a sus aposentos, por suerte ella no los probó, yo mandé retirarlos antes de que se ella los probará, la joven estuvo tan cansada que aunque pidió la cena se acostó sin tomar nada. Por lo tanto, tendrá dos semanas a la celda maldiciendo la misma, sus comidas seguirán siendo las de nuestras cocinas hasta que salga de la celda a su futuro destino.
-         Muy rebuscado, diría yo.
-         Su trampa no fue simple, muy pensada diría yo al respecto.
-         Cierto, su destino final, por como hablas asumo que no la vas a matar.
-         Ella misma suplicara la muerte Asalah, tenlo por seguro.
-         No me intrigues mas,.
-         Se la enviara a un criadero de serpientes, alimentarlas y catalogarlas, pasara el día rodeada hasta las rodillas de los mismos reptiles que ella usó para su ataque, su comida será la misma que la del resto del criadero, allí se puede pudrir con sus malas artes señora.
-         Desde luego no te falto imaginación, jamás alcance a sospechar un destino asi, pero debo confesar que muy adecuado, en verdad disfrutaría viendo su rostro cuando Sharif se lo anuncie, pediré que su destino sea anunciado ante las afectadas y que vos estéis presentes, considero lo mas adecuado.
-         Creo que disfrutare de tu decisión al menos si muere no caerá sobre nuestra conciencia, astuta y sabía en tu elección Junaana, te agradezco la aclaración de su destino.
-         No hay por que, vos me recordasteis que seria mortificada por la culpa de si la mandaba matar fuera de la manera que fuera, así que mi mente solo aceptaba como destino uno acorde con sus actos y predilecciones.
-         Bueno, ¿y es por esta decisión que esta mañana volví a ver en tu mirada ese desaliento y tristeza que creí olvidada?
-         Disculpadme, pero ahora soy yo la que no os comprende.
-         Veras cuando te presentaste a mi para solicitar la tutela de esa muchacha me sorprendiste, pero fue mayor mi regocijo al ver esa llama en tus ojos, asi como una cierta alegría que desde tu primera perdida no había vuelto a ver en ti. Desde que llegó ella has estado más viva, pero hoy esa alegría ha vuelto a desaparecer, no me lo niegues, te conozco de mucho y reconozco cuando estas feliz, triste, decepcionada, dolida y colérica, esta última vez hasta vislumbre tu odio, asi que cuéntame el que te ha robado esa alegría.
-         Parece que para vos soy un libro abierto, en realidad no pensé en hablar de mis estados de ánimo ni creí necesario, además lo consideraba personal.
-         Para mí no hay nada persona, si influye en vuestra vida cotidiana, si consulto será por algo Junaana.
-         De acuerdo, os he decepcionado, no cuide de ella como debiera, ella me protegió a mi, incluso ella me dio luz para ver la trampa a la que nos expusieron antes de perder el conocimiento del todo, es por ella que se ha descubierto a Setar, y casi se sale con la suya esa mujer, no me siento digna de estar a su lado, he decidido retirarme como futura tutora, me conformare con ser su amiga.
-         Estas segura Junaana, esa joven a echo mucho mas a tu lado que valorar del criterio que nos hicimos de ella en un principio, has sacado a la luz lo mejor de ella misma. Además te puedes arrepentir de esta decisión que quieres tomar, Celina ha mostrado hoy un cierto interés por ella y alabado sus múltiples talentos ocultos.
-         Imposible, Celina no la tenia en consideración y tras lo ocurrido con Setar se me hace difícil verlas juntas.
-         Imposible o no, podría ser que tu perdieras a alguien a quien quieres por tu orgullo, solo píenselo, te dejo, Shafir me espera para jugar al ajedrez, está rezongón por que no me gana.
-         Por cierto ¿quien es el amante de estos días de él?
-         No lo  imaginarias.
-         Por favor, se nota como mira a algunos de sus guardias, con más lascivia que a nosotras, y en cambio a nosotras con mas admiración y ternura que deseo.
-         Buena observadora, y por eso te digo que no lo imaginarias.
-         Su guardia personal supongo, la semana pasada se dedicó a darle largas miradas a sus nalgas bien esculpidas.
-         Jajajaja ay, Junaana, el siempre mira a sus guardias así y mas si compartió algo en el pasado con alguno, de ahí tanta lealtad y de ahí que sepa con cuales no confiar ni tener a su servicio, pero no te acercas ni un gramo a quien le quita el sueño hace semanas.
-         Y no me lo vas a confiar.
-         ¿Acaso tu me confías lo que escondes en tu corazón?
-         Ves en paz Asalah.
-         Y que la paz te guié Junaana.

El sol se escondía en el horizonte abandonando la tibieza de las ultimas horas de sol y dejando que el frío nocturno fuera cubriendo con su halo el desierto, los pensamientos de Junaana giraban alrededor de la comparación sobre sus emociones y el sol, cuando él esta todo es brillo, alegría, calor y fuerza, al igual que cuando ella esta cerca, en cambio cuando el sol se esconde, todo es oscuridad, soledad, frío y abandono a la tristeza, se preguntaba si seria capaz de ver el sol cada día y no ver su luz, se retiró a sus aposentos mas alicaída que cuando salio a pasear con la esposa.

Al llegar se dirigió directamente a su dormitorio, se cambió y sin pensar se dirigió a las termas, de camino vislumbro los cabellos de Shamsir, paseaba en compañía de alguien , aceleró el paso siguiéndolas para poder distinguir de quien se trataba, tras las palabras de Asalah y verla el desasosiego aumentaba con cada paso, al girar una esquina las alcanzó, su mundo cayó en pedazos en esa misma esquina, ella le sonreía a Celina mientras compartían un conversación muy amena sobre flores y sus aromas. Se volvió sin ser percibida por las mujeres y entró en las termas sin preocuparse siquiera de quien hubiera, atravesó la zona más pública y atravesando el umbral llegó a unas escaleras, descendió por ellas hasta llegar a una gran cueva, iluminada por candiles colgados de las paredes desde distintos puntos dejaban ver al pie de las mismas escaleras un gran manantial de aguas cristalinas y heladas, al ser un lugar en el que apenas había zonas libres de peligro por su profanidad, el Califa tenia restringido a aquellas que no probaran su valía como nadadoras, también tenia prohibido usar el lugar a solas y de noche, ella decidió ignorar sus avisos, necesitaba ahuyentar todo lo que en su interior crecía, aliviarlo esforzándose al máximo y libre de miradas curiosas, sabia que su pintura no la ayudaría y nunca le gusto pintar sintiéndose mal.

Azabache era una de las pocas que conocía el manantial, la vio entrar en el mismo apenas entró por la puerta sin saludar a nadie, esa actitud y a esas horas le creo un mal presagio en su conciencia y corrió a avisar a las esposas, encontró no muy lejos a Celina acompañada por la misma que la abordo hacia semanas y casi muere por unas cobras, no pudo pensar con claridad, pero con solo nombrar el nombre de Junaana la atención de ambas fue completa, explico rápidamente y sin preámbulos la entrada de la mujer al manantial y completamente sola, temía algo malo y corrió a avisar, Celina tomó a su eunuco y pidió que llamara urgentemente a su hermana, se volvió a su compañera consultándole que tal nadaba, esta río y explicó que procedía de una zona pesquera y muchas veces nadó con los jóvenes de su zona al mar fuera de la mirada de los adultos, se desenvolvía bien, esto dio un gran alivio a la mujer luego miró a azabache y confirmo que ella también desde niña, pues su madre falleció en un accidente al mar y como precaución uno de los empeños de sus hermanos fue que aprendiera a nadar. Celina tomó a ambas de las muñecas y corrió hacia allí presurosa y temiendo lo peor, a esas horas el agua estaba tan fría que provocaban rampas e incluso entumecía los miembros.

Creando gran revuelo en su correr llegaron a las termas y sin parar corrieron por las escaleras hasta el manantial, allí chapoteaba la pelirroja aterrada, como pronosticó la mujer una rampa había atacado sus piernas y no podía mantenerse a flote, lo mas critico era verla casi al centro del manantial, apenas pudo gritar cuando vio como la joven Shamsir se sacaba la bata y saltaba desde esa altura a las aguas, su terror aumentó, azabache tiró de ella para seguir descendiendo, viendo como se sumergía la morena en el agua y una mancha daba seña de que buceaba bajo la superficie hacia donde se encontraba la otra, a un lado de la superficie un cabo de cuerda atado a la misma pared descansaba a la espera de ser usado en caso de emergencia, lo tomaron y esperaron que Shamsir asomara a tomar aire, alguien descendía por la escalera, uno de los candiles alumbró el rostro del eunuco de Shansir y luego el de su hermana que descendía pálida de la impresión de bajar allí pensando en otra muerte.

El agotamiento en los gesto de Junaana alertaron a Celina de que ya no se sostendría mucho mas a flote, apreció justo entonces Shamsir, la voz de Mahir resonó llamando a su señora, la cueva se lleno del eco de su voz potente, el hombre tomó de las manos de la esposa la cuerda y cuando su ama se volvió la lanzo casi al lado, que Alá bendijera su fuerza y lealtad a la joven, ésta tomo la cuerda sujeto con su boca el otro extremo de la misma y continuo nadando, al llegar la pelirroja se agarró con fuerza de ella, hundiéndolas, aun bajo el agua la macha de ambas permitía ver los esfuerzos de Shamsir atándola por debajo del sobaco para que la arrastraran, dos tirones enérgicos avisaron de que la tenia ya sujeta, y el hombre tiro con fuerza, a su lado las tres mujeres unieron ímpetu y en segundos ambas salían a flote siendo arrastradas por la cuerda, Junaana abrazaba con fuerza a Shamsir, tiritaba y sus dientes castañeaban creando un eco desconcertante, era como escuchar a varios caballos trotar allí mismo.

Al llegar al a orilla Mahir la desató y cargo corriendo, azabache los miró desconcertada, ni su eunuco se tomaba tantas molestias, Celina la cogió y corrieron tras él, Ashala se quitaba su manto y lo colocaba sobre el cuerpo de Shamsir, su mirada fija en su eunuco dejó claro que era lo que le importaba y no era ella misma. La empujo para que avanzara escaleras arriba y tomó nota de que pusieran una reja a ese acceso antes de repetir la experiencia. Subieron, Shamsir tiritaba y temblaba pero no se quejaba, buscaba con su mirada a Juanaana, la esposa la guió de un sitio para otro, hasta llegar a unos baños privados, eran los del propio Califa, éstos tenían acceso al de sus mujeres y así ellas podían bañarse en su compañía si él así lo solicitaba, las aguas humeaban en su interior Mahir sostenía a la pelirroja que seguía inconsciente, la anciana que llegó tras ellas y acompañada  por Haala, hizo que le acercaran el rostro y acercó un frasco a sus fosas nasales, al cabo de un par de minutos el ceño comenzó a fruncirse, intentaba retirar el rostro, la mujer retiró el frasco y comenzó a darle palmadas al rostro hasta que Junaana abrió sus ojos, algo confusa miró a su alrededor, la anciana observó sus ojos y pidió que la mantuvieran al agua hasta que sus mejillas lucieran sonrojadas, luego que guardara cama, al salir empujó al agua a Shamsir exclamando que a qué esperaba, la joven llevaba las marcas de hipotermia a su rostro y  cuerpo, casi toda su piel presentaba un tono amoratado en especial sus labios. Celina no pudo por menos reír del descaro de la mujer, pero se sentía agradecida que todo hubiera quedado en otro susto, pensando luego que esa pareja les iba a dar muchos quebraderos de cabeza.

Asalah dejó instrucciones para los dos eunucos que las custodiaban, pasarían una semana recluidas, guardando cama y sin mas visitas que las que ella misma concediera, muchos caldos para su metabolismo y cítricos, te cada tarde y después de cenar, ella iria cada noche a verlas, dejando fuera de lugar todo pretexto o cuestión, en esa semana ya había tenido bastante y no deseaba que todo acabara peor.

Celina se volvió ha Azabache agradeciéndole su premura y asegurándole que ya todo estaba bien, también se ofreció a ayudar en lo que fuera si le hacia falta, la muchacha bajo la cabeza dudosa y la sonrisa de Celina se ensanchó divertida, por la timidez de la joven, si tenia algo en mente pero le seria difícil atreverse a compartir su necesidad.

-         bueno es algo que creo que difícilmente se pueda arreglar Dama, por lo tanto seguiré intentándolo por mi propia cuenta.
-         Te recuerdo que yo te he ofrecido mi ayuda, que soy una de las que mandan y cuyo conocimiento de lo que nos rodea es muy superior al concepto que podáis llegar a asimilar, por lo tanto te animo a que me confíes esas dudas, si te incomoda hacerlo aquí podemos apartarnos a un lugar mas privado.
-         No, por favor, si es solo por tomos en la biblioteca que me interesan pero soy incapaz de comprenderlos…
-         No entiendo eres alguien autodidacta y con una gran capacidad intelectual.
-         Bueno, es a causa del idioma, no manejo el francés, tampoco el Italiano  y menos Latín.
-         Comprendo…

La mirada de Celina brilló con interés aunque no pronunció nada más por el momento, sin embargo con el brío que caracteriza a Shamshir que ya no temblaba y se levantaba para salir del agua y acompañar a Junaana, antes de verse recluida tal y como anunció Asalah, se volvió a ambas con voz firme y un tono suave, casi acariciador.

Si es por el idioma yo tengo habilidad y soy versada al francés e italiano, si tienes que aprender latín primero te aconsejo que manejes bien el italiano, son lenguas hermanas, aunque el latín de orígenes mas antiguos que el italiano, si te conceden permiso para verme aun estando recluidas será un placer, prometo comportarme Azabache, has evitado que ella se ahora y creo que de esta manera te puedo pagar tu atención.

La mirada de Celina paso a ser de complacencia y observó como se alejaba la morena tras Juanaana que caminaba apoyándose en Mahir, pese a que su eunuco hacia esfuerzos por tomarla en sus brazos y llevarla a sus aposentos, ella se negaba, por orgullo o molestia, no dejaba que su eunuco se acercara.

Celina llamó a Zaham, el eunuco paró en seco y se volvió hacia la Dama, ésta le dio instrucciones de acompañar a Azabache e indicar que a la cocina privada prepararan una tanda de pasteles de frutos para ella, que él mismo debía llevárselos. Un modo de dar espacio y la atención debida a la lealtad de una de las jóvenes, cualquier otra por tener mas prioridades habría ignorado a Junaana y dejado que sucediera el accidente, la muchacha en cambio, no mencionó su encuentro con Shansir, pero si la entrada de Junaana a la caverna, tenia un código muy humanitario y le agradó.

Tras todo se retiró y visitó a Shafir anunciando que sus dos elegidas para los desayunos estaban recluidas por un lamentable incidente y que eligiera a otras dos esa semana para acompañarlo, el hombre la observó algo confuso, las dos era algo inexplicable, en ese preciso instante llegó Asalah, solicitando una reja que cierre el paso a la caverna dejando en su poder la llave de dicho acceso, el hombre la observó más intrigado y pidió finalmente explicaciones, ambas les contaron lo ocurrido, el pregunto luego sobre todo encuentro de ellas y con el resto del harén, cuando Celina explicó que no estaba lejos de las termas cuando la alcanzó Azabache, comprendió un detalle, pidió unos minutos y volvió mas incomoda después de éstos…

-         ella marchaba a las termas cuando so vio de lejos, os siguió y al alcanzaron se volvió tan ligera hacia las termas que creo curiosidad a una de mis criadas, la misma a la que encomendé el cuidado de las idas y venidas de ellas dos y que se me  informara, la joven me esperaba al recibidor.
-         Así que insinuaste ciertas alabanzas de Celina sobre Shamsir, y ella las vio juntas amigablemente y marchó despechada a la caverna… o deciden que sienten o pronto me veré poniendo una vigilancia especial a las dos.
-         Por eso las recluí.
-         Por eso me niego a no verlas cada mañana a mis desayunos, veamos como se ven unos minutos en mi compañía y no volverse a ver en esta semana…
-         Como gustes Shafir.
-         Celina, espera cada mañana a Shamsir cuando se retire de mi compañía y la acompañas a sus aposentos, dale ideas contradictorias a Junaana.
-         Asalah, visítalas cada noche sin nombrar a cada una de la otra.

Ambas mujeres se miraron comprendiendo las intenciones del Califa, él mismo lo ponía mas interesante, seria cuestión de subir al piso superior y mirar desde allí los ratos al jardín y luego recibirlas, ambas asintieron complacidas y se retiraron, las miradas del mismo lo delataban, tenia a alguien esperando en sus habitaciones privadas, ambas echaron a reír, pues era como mirar a un niño pequeño con la ilusión de un nuevo juguete. Justo cerraban las puertas cuando el Califa las llamó, parece que olvidaba algo…

-         Azabache será acompañante cada noche de Asalah y se la dejara en compañía de Shamsir, para que ella cumpla con su palabra, ha demostrado ser alguien muy diligente en su palabra y veamos si tras haber tomado a esa muchacha en el paso, resiste la tentación…
-         Señor, no pretendo llevaros la contraria, pero dudo que toméis en consideración la posibilidad de que haya una tercera interesada en la joven.
-         Entonces infórmame ahora.

La mirada del hombre se posó sobre la de Celina, firme y analítica, pero con un deje divertido en la misma, en cambio ella retiro la suya incomoda por su escrutinio, ese gesto alertó a Asalah de un cambio en su hermana, guardó silencio y decidió esperar ver los futuros sucesos, luego la mirada de Sharif cambio de dirección, la observó a ella de reojo con una sonrisa divertida mientras Celina continuaba con su mirada puesta al incienso que aromatizaba las habitaciones. No cabía duda que Sharif las conocía perfectamente y disfrutaba mucho con ése mismo conocimiento, ya planeaba como jugar con Celina para que olvidara a Setar y se centrara en la nueva candidata, desde luego ese hombre iba a dar que hablar al harén.

-         Shafir que la paz este con vos.
-         Ve en paz Salah, Celina asegurare de enviar comida de tu cocina a Setar, durante esta semana, es el tiempo que tiene para pasar en este palacio, si has de despedirte, que absolutamente nadie sepa de que la ves, yo sin embargo no te lo aconsejo. Sigue a tu hermana y considera lo dicho y también elige bien el menú.
-         Como gustes Shafir, que la paz este contigo.
-         Ve en paz querida.

Celina marchó sumida en sus pensamientos, tanto que ni se dio cuenta de que su hermana la observaba desde una distancia prudencial, tras verla salir marchó hacia sus deberes pero con mas felicidad en si de lo que cabía esperar, Setar no había dejado una marca tan amarga como pensó.

A sus aposentos Juanaana no dejaba de pensar a los acontecimientos, en su propia estupidez y todo lo que había ocasionado, un sin fin de problemas para todas, y para el colmo ser recluida a sus habitaciones y por ella también Shamsir, no solo recluida si lo pensaba también aislada de visitas, todavía no comprendía que le había pasado para dejarse a arrastrar a un acto tan inconsciente.

A su vez pensó en como se ofreció Shamsir a ayudar a Azabache, algo la encolerizó por dentro, si ellas pasaban mas tiempo juntas y a solas, no volvería a estar cerca de ella por que ellas dos ya compartirían una intimidad privada. Tras esos pensamientos recordó como ella la siguió y acompañó hasta sus habitaciones, también que fue ella y no otra la que se lanzó a las aguas heladas y la salvó…

Una cierta esperanza se abrió paso en sus dudas y temores, con una única idea, no todo esta perdido.

Llamó a su doncella, dándole ciertas instrucciones, cada dia cada alimento que se prepare para su persona se prepare una segunda ración para Shamsir, antes de ser llevada ella deseaba asegurarse que se presentaba como a ella le gustase, tambien de que anunciara que la cocina del harén no preparara menú para ella, pues pasaba a su cocina sus raciones, luego la mandó a avisar urgentemente, desde esa misma noche comerían lo mismo.

Al cabo de una hora, Juanaana recibía el servicio de cocina, a una fuente pudo ver lavash, muy fino y bien colocado, en un extremo el Baglava, su dulce favorito desde que llegó al harén, como plato principal Khoroshte Fesenjoon, y una fuente llena de arroz especiado, luego pidió que bebidas gustaba ella de tomar y que  lo tuvieran en cuenta cada vez que se la sirviera, tras esos detalles pidió que retiraran la comida y se la sirvieran, ella se sentó frente a su bandeja deseando que le gustara el detalle, siempre alegando por las molestias causadas y de su parte.

Tras cenar casi sin apetito esperó a ver las connotaciones de su doncella tras hacer su pedido a las habitaciones de Shamsir, al llegar le informo del gran agradecimiento y atención por su parte, también que no debía agradecerle algo que ella ya le debía tras el ataque de las cobras, de igual manera que era un placer tomar las comidas que la obsequiaba, incluyo el deseo de en un futuro conversar frente a una comida así las dos solas, ya que no pudieron disfrutar la que se preparó para el paseo por el jardín, a su informe añadió que ella estaba acompañada por Asalah, que halago tus atenciones y recordó que debía descansar.

Apenas hubo terminado el postre y el informe ella recibió también a Asalah interesándose por su estado.

-Veo que el susto no os ha dejado postrada a la cama.
-agotada si Asalah, pero todavía me es imposible acostarme, temo soñar con lo sucedido.
- Ha sido toda una temeridad entrar a esas aguas tu sola Juanaana, ¿en que pensabas?.
- me encegué y necesitaba desahogar y…
- ¿Qué te encegó?
- ¿En verdad debo contártelo?
-Estas viva de milagro, se me reclamo urgentemente, me veo obligada a restringir vuestra salida de vuestros aposentos, y además estoy aquí a tu lado interesándome por ti en vez con Haala disfrutando de sus atenciones…. Son suficientes razones a mi modo de ver.
-Las vi juntas tras que tu me contaras las alabanzas de Celina para con Shamsir
- pues debiste tragar con ese fuego y usarlo en tu provecho, en vez contra ti misma Junaana, te da un ataque de celos y en vez ir por ella te lanzan a una muerte segura, en verdad hoy no te comprendo, eres de lo mas prudente siempre y desde que te fijaste en ella a veces no se si perdiste la cordura.
- lo siento Asalah, de alguna manera no me siento yo misma.
- de eso estoy segura, ahora quiero preguntarte algo personal, pero primero deseo que lo pienses y seas tan sincera contigo misma como conmigo, y se cuando me mientes.
- de esa manera no me dejas salidas.
- no pero es necesario que así sea.

Junaana posó sus ojos en el lienzo terminado de su primera tarde con ella, seguia sus líneas y a su vez recordaba cada gesto de aquel momento, el rostro de ella se transformo bajo la mirada de Asalah en dulzura y una calidez que la conmovía desde los mas profundo de su ser, sólo deseaba abrazarla pero temía romper ese momento en el que ella debía reconocer la verdad para ser capaz de dar los pasos que la acercaran a Shamsir, luego notó en sus ojos el miedo, la tenacidad y finalmente sus celos, estos ardieron vivos en su mirada como ascuas incandescentes, una vez se calmó su mirada se fue volviendo resolutiva, algo en su interior estaba despertando, esa chispa que vio nacer el día que se presentó ante ella y descubrió su ilusión, el regocijó fue tal que no precisó de su respuesta, aun cuando se volvió a mirarla a los ojos le impidió hablar, se volcó sobre ella besándola a la frente y marchó en completo silencio, estando segura que iba a luchar y pronto dejaría de preocuparse por esas dos.

Celina tenia otros pensamientos  que la mortificaban pero conociéndola como la conocía Asalah eso era más que bueno para ella, y una diversión para si verla en esa controversia, Azabache había atraído su atención, incluso para hacérselo notar a Sharif, ahora temía no tener oportunidad por la decisión del Califa, todo el asunto se volvía una jaula de enredos emocionales, justo lo que más disfrutaba él.

A la mañana ambas fueron llamadas, reunidas al jardín ambas se miraron, Julaana tomó en sus manos el volumen de prosa y fue pasando las paginas hasta encontrar algo en concreto, la poesía era occidental, algo extraño en un tomo como ése, parecía reciente ya que las hojas eran nuevas, Shamsir no comprendía absolutamente el cambio y que fuera ella la que eligiera, mientras observaba la hoja pensando, la barbilla de Shamsir fue alzada por la mano de Junaana, era un gesto tierno, pero dejaba a la vista los ojos de ambas unos enfrente de los otros, los claros se oscurecían y los de la morena mostraban duda mientras su cuerpo reculaba.

El Califa llegó en un revuelo de sus ropas con paso firme y desasosegado, su gesto adusto indicaba de un estado de ánimo pésimo, Junaana tragó saliva pensando rápidamente, tomó una flauta y comenzó a entonar las primeras notas, las aves comenzaron a trinar, y poco a poco una sonrisa comenzó a asomar al rostro del Califa, luego se le instó a Shamsir que leyera y asi ella lo hizo, el Califa alzó su mirada hacia la mujer sorprendido de la elección, nada dijo sin embargo, esperó a ser servido su té y lo disfruto y luego se relajo con su Cachimba mientras observaba el alborozo de las aves por la música de Junaana, una vez asomó a las puertas el consejero se levantó y despidió con prisas a las mujeres, justo ambas alcanzaban la puerta hizo volver a Junaana.

-         Sobre Setar, ya dispuse sobre sus comidas y que estaría una semana aquí, se lo confirmé a Celina para que se ocupara de que se la sirvieran. Ahora exijo conocer tu futura decisión sobre su persona, podría ser que sacara un buen precio por ella después de todo…
-         Su futuro queda lejos de un harén, su devoción por las serpientes será su futuro, marchara a un criadero a vivir entre ellas criándolas y alimentándolas, caminara entre ellas apreciando día tras día el roce frío y escamoso de sus pieles, así como su alimentación pasara a ser la misma que el resto del servicio del criadero, nadie a su disposición  y su vida dependerá de un tutor que asegure que su cuero no será mancillado, pues a fin de cuentas sigue siendo vuestra.
-         Ideal para sus actos no lo niego, pero me privas de  sacar por ella un precio justo y así alejarla de nuestra existencia.
-         Su existencia fuera de tus manos complicaría tu posición Sharif, si ella en su nueva posición os desprestigiara a vos y al resto del harén perderías el favor de vuestros iguales y os verías mendigando un derecho que os merecéis por vuestro esfuerzo, esa mujer vive del veneno del odio y lo escupirá con gusto sobre todos si con ello satisficiera su orgullo oscuro.
-         Que así sea entonces, en una semana será enviada a un criadero de mi propiedad, en oriente y occidente hacen demanda de nuestras cobras y sus venenos extraídos, es un buen negocio. Dime una cosa Junaana, ¿por qué la mantienes viva?
-         No cargare con un asesinato, pero os aseguro que ella deseara su muerte día tras día, igual que la nuestra, vivirá padeciendo y odiando, lejos de todo lo que tuvo y al lado de lo que ocasionó su caída al harén.
-         Gracias por tu iluminación Junaana, marchad en paz.
-         Estad en paz Sharif.

Salieron por la puerta al tapiz que admiró el primer día que atendió ese desayuno y recordó el como entro con ella detrás a la sala de las cristaleras, también como la ultima vez que fueron juntas ella se negó entrar por primera vez desde que descubrió aquel lugar.
Junaana paró frente a la puerta el guardia, aguardó como de costumbre a que saliera, Shamsir la siguió esperando admirar su mirada a los cielos y la misma maravilla que aquella mañana.

En el interior la puerta se cerró por su propio peso, la pelirroja camino al mismo centro de siempre, pero esa vez la rosa no le daba la misma paz que de costumbre, se volvió a mirar a la morena, su mirada oculta en las sombras no le permitía saber que pensaría, con un gesto la animó a que se acercara, ella obedeció, una vez a su lado Junaana se permitió el placer de acariciar sus cabellos igual que noche tras noche cuando la tuvo convaleciente y ella descansaba en su lecho, la miró a los ojos y pudo ver unos ojos acuosos apunto de derramar lágrimas, eso le dolió  y en un ávido deseo de borrar esas lágrimas la besó en los labios, con toda la dulzura que de si nacía, prolongando el beso deseando mas de ése roce, sintiendo como ella le correspondía, como se entregaba a ella y aceptaba de buen grado sus besos. El rostro de Azabache volvió a cruzar su mente y se retiró, fue un gesto brusco que a Shamsir desconcertó, Junaana no quería ser una conquista, no quería ser la mujer del día, sino la mujer de sus días y noches, pero en ese instante ignoraba como expresarlo sin ofenderla.

Confusa por sus emociones, marchó de su lado saliendo de la sala y dejando allí a Shamsir, con autenticas ganas de llorar. La joven se recompuso y abandonó la sala dejando ahí el desconsuelo que la mortificaba tras los besos de la mujer que quería, por su huida, por demostrarle que no le era indiferente para luego rechazarla huyendo…

Al volver al harén las esperaba sus eunucos y Celina, la cual se ofreció a acompañar a Shamsir a sus aposentos, era imposible rehusar, una vez allí con cordialidad y majestuosidad Junaana se despidió dejándolas solas.

-         Dime algo Shamsir, ¿alguien te ha ofendido?
-         No Celina, ojala fuera algo tan fácil de olvidar.
-         No comprendo tus lágrimas y ojos rojos, lloraste y no te han ofendido.
-         La razón es mucho más simple y compleja a su vez Dama.
-         Tomemos un té juntas y cuéntame, además tengo noticias para ti.
-         Concededme entonces el honor de pasar a mis dependencias y sed invitada bajo el calido brillo del sol sobre mi buena fe.
-         Que siempre brille sobre ti para que me anime a venir mas seguido.

Un ritual antiguo de halagos para dar la bienvenida a alguien distinguido, algo que la madre de Shamsir insistió que aprendiera concienzudamente, y que en esos días sacaba buen provecho de sus conocimientos.

Tras disfrutar de un té algo mas amargo del que solía disfrutar, Celina le contó el la buena ventura de tener como invitada a sus aposentos a Azabache bajo la condición de aprender los conocimientos del italiano, tal y como se ofreció en el día de ayer, Shamsir acepto de buen grado la palabra dada, añadiendo que pondría todo de su parte por ser una institutriz adecuada para la joven.

Un silencio incomodo se hizo durante unos minutos…

-         hace unos días me decías que habías tenido fortuna pero no eras afortunada, ahora he de añadir que ha sido una gran fortuna tu llegada, la vida de Junaana ha pasado pro tus manos dos veces llegando a ser una gran bendición tu valor, pero me pregunto que te hace a ti desgraciada Shamsir.
-         El tener la misma fortuna de tenerla y perderla en un mismo instante,  el quererla y no poder tenerla.
-         ¿Qué te impide tenerla Shamsir?
-         Lo ignoro, ella vino a mí y conforme vino marchó, ignoro que  hice yo mal pero huyo de mí.
-         ¿Me dirás a quien amas?
-         Es evidente, por quien corro y doy la vida en estos días, tras quien marcho y dejo mi mirada perdida todos estos días, siendo tan evidente, no entiendo por que no se aleja de mí, por que me besa y luego huye, no estoy segura de que soy para ella, ni que espera de mí, si hice yo algo que la ofendió…
-         Un día me dijiste que no eras afortunada por tus actos, pues tus actos nos han bendecido, va siendo hora que hagas de tus actos una bendición para ti, deja que la fortuna te ilumine y deja de mortificarte, si te beso….
-         Que cambia que me besara, nada, si luego huye de mí.
-         Dime, de ti o de ella, de sus actos o del temor a lo que ellos lleven, te beso, eso es lo que yo sopeso, ella nunca ha buscado estar con nadie y te ha besado, creo que tienes tu más miedo y ella mas impulsividad, un cambio interesante conociéndoos.
-         Ya no soy la misma desde que llegué a vuestra presencia.
-         No, ella te ha cambiado, ha aflorado a la luz lo mejor de ti.
-         Exageráis.
-         No me creas entonces, debo dejarte me esperaras mis obligaciones, mañana te veré Shamsir, que la paz viva en ti.
-         Que la paz te acompañe Celina.

Tras el habitual saludo de bienvenida o despedida la acompaño a la misma puerta y luego volvió a su dormitorio encontrando allí una fuente de fresas, esa fuente le hizo recordar la primera segunda noche que pasó al lado de ella tras el ataque y cenó ese postre en su compañía, recordaba haber gemido de placer por esa fruta y que Junaana se deshizo en risas por su reacción indecorosa pero a su vez graciosa. Cogió a fuente en sus manos y bajo la misma encontró una nota…

“que te causen el mismo placer que aquella noche que disfrutamos juntas paladeando su sabor estremecedor.”

Si antes lloraba por el como la dejó a la cristalera ahora no podía por menos que sonreír de regocijo, ella pensaba en aquellos momentos también.

El día fue largo y tedioso sin poder salir ni moverse, lo único que se podía hacer era comer, y dormir, Junaana lo tuvo mejor en cierta manera pues se dedicó a pintar la imagen que tenia grabada a su mente como una obsesión, ella en plena pasión justo antes de besarla… Shamsir en cambio cada vez que se dormía soñaba con el beso y luego imágenes tórridas del cuerpo de ella desnudo deslizándose sobre el suyo, cubierto de una capa de sudor y meciéndose desesperado al ritmo de sus caderas ansiando el orgasmo prometido por el abandono de sus cuerpos en ese baile lujurioso, y cuando llegaba justo a punto de darle el máximo despertaba tras ver el rostro de Setar o el de Azabache, lo que estaba claro es que le perseguía sus actos y la idea de que la rechazara justo por eso… tendría que demostrar que no deseaba a nadie más y por lo tanto demostrarle que solo la deseaba a ella en su lecho y su vida, si por alguna razón eso fuera lo que la empujo a alejarse era algo que tendría que cambiar.

Al llegar el atardecer Asalah apareció por la puerta brindándole compañía y conversación, le comento las ideas extravagantes de algunas de mandarle flores para que se distrajera o pensara en alguna, las risas de Shamsir llenó la habitación respondiendo que disfrutaría deshojando cada flor por mero aburrimiento y luego inventaría algo… y ese algo llegó a su mente, pidió que dejara que ellas le mandaran las flores que le consiguiera un lienzo y resina, que ya encontró el modo de distraerse con los esfuerzos de las otras y a su vez hacer algo especial en ese tiempo, también pidió de un barniz que no diera color, traslúcido, Asalah siguió sus gestos con atención tomando nota de sus ideas, ese encierro estaba sacando algo interesante de la muchacha y la volvía loca de nerviosismo, al entrar se la veía decaída ahora la veía explosiva….

Luego marchó hacia los aposentos de Juanaana, ella en cambio se lo tomaba todo con mas tranquilidad disfrutaba con sus talentos y se distraía casi sin esfuerzo, observó que mantenía al frente el retrato de Shamsir, en un momento dado tras escuchar las ocurrencias divertidas de algunas jóvenes y reírse a gusto con los elogios del Califa sobre sus consejos y destino de Setar, se despidieron sin dar mucha importancia a la conversación del día anterior, de todas formas sabia lo ocurrido a la sala de las armas del Califa, una de las cristaleras daba a una terraza que comunica justo hacia el jardín de las aves, justo por encima de la red, ocultando su presencia, antes de marchar observó al califa discutir con su consejero y al volverse descubrió su entrada  a la sala y lo que allí se aconteció, deseaba ver como se desenvolverían a la mañana siguiente después de un encuentro tan fogoso.

Shamsir disfrutó de la ultima hora del día en compañía de Azabache, era ingeniosa y asimilaba con fluidez la pronunciación y comprensión del Italiano, supuso que lo difícil seria las formas verbales y pronombres, pero con alguien que le era fácil aprender disfrutaría mas puntualizando la pronunciación, pidió que al día siguiente se trajera un libro de poesía italiana, para leer y así su acentuación fuera mas pragmática y fácil de asimilar.

La noche fue larga, tras pasar el día adormilada la pasó desvelada y dos horas antes de levantarse una música la cautivó, alguien tocaba un instrumento de cuerdas con suavidad, dulzura y belleza, su pensamiento voló hacia las manos de Junaana tocando las cuerdas con sus dedos hábiles cada acorde ágilmente, luego soñó con esas manos y su maestría sobre su cuerpo y desde luego supo que no iría sin pasar por los baños a refrescar su cuerpo y apagar su lujuria.

Efectivamente era Junaana la que tocaba y pensando en esa melodía para compartir al jardín, los acordes ocultaban un ritmo cadencioso y sutilmente  seductor y sensual, esperaba cautivar los sentidos de ella con sus notas.

Apenas se levanto hizó alzar a Iman para que la acompañara con Mahir que dormía justo al otro lado de la puerta sobre una alfombra que apenas daba cabida a su enorme cuerpo, apenas pisó fuera de su habitación descubrió que toda la entrada estaba cubierta de ramos y ramos de flores de todo tipo, pidió a Inma que la ayudara a meter, ella se negó, Shamsir la observó escandalizada por su negativa, a lo que Iman se explicó, ninguna cosa pasaría sin ser inspeccionado, Setar sedujo algunas criadas y compro el silencio de otros, posiblemente alguno portaría en su interior algo desagradable, así que Mahir llamó a un especialista y se ocupó de dicha tarea mientras marcharon a los baños, aprovecharon que las termas estaban desiertas, al volver le esperaba el especialista con dos ramos  y un rostro desconcertado, en uno de ellos se ocultaba una araña en el otro una planta venenosa, se ordenó hacer un recuento de los ramos y su procedencia, dejó la investigación en manos de Mahir, Iman la siguió al dormitorio y se la preparó para volver al jardín de las aves.

Al salir lista para encontrarse con Junaana en presencia del Califa se encontró con Celina que la esperaba pacientemente.

-         he sido avisada de lo encontrado delante de tu puerta, del permiso de mi hermana y de cómo lo ha aprovechado alguien para vengarse por la marcha de Setar,  por lo que he ordenado que nada llegue a tus aposentos sin ser inspeccionado por el especialista que pongo a tu disposición, una doncella de Asalah toma nota de las doncellas y criadas que trajo los ramos, toma nota de todo, asi que ahora se investiga a cada una, las implicadas serán mandadas a servir a la guardia, es decir degradadas. Por lo que insisto que tengas cuidado y confíes en Iman, fue la doncella vigilante de Junaama tiempo atrás, te la impuse como precaucion y no me he equivocado.
-         Irónico, amor en comunión de la vida, odio, rencor y despecho bajo el mismo techo, aquí la vida es como una odisea griega Celina.
-         Buena metáfora lo admito, pero vigila tus espaldas, si el peligro te acechara te diré que el mismo Mahir tiene conexión directa con el Califa, predilecciones.
-         Esto es un asedio de poder, información y espionaje hacia mi persona.
-         Todo lo contrario, creaste mucho revuelo, envidias, celos y no todas poseen un alma pura como tu o Julaana, incluso Azabache nos ha sorprendido, así que cada uno tomó iniciativas separadas hasta que el tiempo asentara esos rencores despertados en gran parte por tu belleza.
-         Eso es una exageración.
-         En absoluto. Ves o llegaras tarde.

Mahir avanzó frente a ella, se encontraron con Junaana y su eunuco, desde allí las dos caminaron sin ellos y avanzaron en compañía de los guardias. Las dos se enviaban miradas o gestos cómplices, era divertido jugar así al cortejo, una vez a solas al jardín Junaana le preguntó si le gustaron las fresas, Shamsir sonrió radiante, ella aludió la respuesta haciéndole saber que le agrado mas el dulce en la cristalera…. Junaana se vio atrapada en un estado de ardor incomodo por la alusión de Shamsir.

Al ir a prepararse a sus lugares fueron sorprendidas por Sharif que estaba oculto por las plantas del fondo…

-         Se os ve dichosamente animadas, es un gozo, espero que no os importe deleitarme con un baile al son de tus manos Junaana, estoy seguro que Shamsir sabrá regalarnos la vista con el contoneo de su cuerpo.

Una sonrisa sardónica asomó a los labios del Califa mientras este se asentaba y tomaba un dátil con dos de sus dedos y se lo tomaba, la sorpresa para la morena fue tal que tardó en recuperarse y asumir su nueva situación, obligó a Junaana acercarse y consultarle si sabia bailar, ella asintió pero en esos instantes no se sentia tan segura de si misma.

La pelirroja se colocó en su lugar y se preparo con un setar para entonar los acordes que dieran pie a la melodía que estuvo practicando esa mañana, ignoraba si realmente sabría moverse con esa música o si llevaría bien el ritmo, pero dado que Shafir lo pedía, nada había que hacer.

Los primeros acordes bordaron el ambiente con suavidad, la mirada de Junaana se centró en la morena colocada de espaldas a ambos centrándose en el ritmo de sus manos, las cuales ya bailaban solas con el ritmo de la música mientras el hechizo de las notas y los colores de las ropas de Shamsir surtían su embriagador efecto sobre los sentidos de Shafir y por ende de la pelirroja que no era capaz de mirar los movimientos de la morena; sus pasos la llevaban de un extremo a otro como llamando a las sombras, atrayendo las caricias del deseo, contoneando su cuerpo como una amante lujuriosa, sus manos clamaban sus caderas seducían y sus senos saltaban ansiosos por ser atendidos, los labios de Shamshir mantenían una sonrisa sensual que mostraba el efecto de la música sobre si misma, era voraz el instinto que mostraba conforme el ritmo de la música se desbocaba acelerando los pasos y movimientos de su cuerpo hasta que de pronto cambio a un rimo pausado que daba con dulces caricias al fin de la representación…

Tanto a una como a la otra les faltaba el aliento, en cambio Shafir se deshizo en aplausos y alabanzas hacia ambas augurando mas mañanas así de magnificas, el cuerpo de ellas temblaba de la impresión de imágenes y emociones a las que se vieron expuestas, durante todo el duelo de ritmo y movimientos se sintieron la una a la otra como si compartieran un baile erótico en un lecho libre de palabras, las connotaciones del ritmo solo aumentaron la excitación y no eran capaces de mirarse sin enloquecer todavía mas… el  hombre marchó muy satisfecho sin dejar de elogiarlas, una vez las dejó  a solas, aludiendo un encuentro de equitación con un grupo nómada reconocidos por su bravura a la montura.

Shamsir cayó de rodillas al suelo intentando detener la corriente que le provocaba espasmos, nunca pensó que bailar delante de ella la enloqueciera así…. Junaana se alzó despacio, caminó hasta su altura y se arrodillo frente a ella, por el rostro de la morena corrían las lágrimas, pugnaban sin descanso por salir todo el tiempo hasta que cayó de rodillas y su aguante dio de sí, su cuerpo clamaba unirse con el de Junaana… la pelirroja la observaba consternada y con las mejillas encendidas, la abrazó con fuerza en un intento por ayudarla a calmarla el resultado a su gesto fue un gemido estrangulado de la garganta de Shamsir, que cegó del todo a Junaana, los labios húmedos de la morena, desbordantes de saliva eran el centro de atención de su mirada…

Junaana ya no soportaba más verla asi y sentirse arder de la misma manera mientras desesperaba por tocarla, acariciarla y sofocar en su cuerpo huracán que la deshacía en espasmos, su cuerpo ardía por saciarla y a su vez por derramar todo su fuego sobre ella, hacer del cuerpo de la morena una fuente de goce en el que el suyo aportaría todo de sí para llenarla…

La pelirroja comenzó a retirar las prendas superiores de la morena, para sorpresa de ésta no era capaz de moverse solo de mirar y esperar a recibir su contacto pleno, dejó al descubierto los seños plenos de una aureola rosada culminada por los pezones erectos ávidos por recibir caricias y desnudos ante la mirada zafiro de una pelirroja que consumía sus fuerzas de control con su lengua paseando por sus labios, la misma que rozo el pezón derecho arrancando otro gemido estrangulado, favoreciendo la seguridad de Junaana que con ambas manos la tomó en sus brazos y dio rienda suelta a sus deseos…

Los pezones de Shamsir fueron colmados una y otra vez por las caricias y los labios de esa diosa de fuego, su espalda poseída por un firme abrazo que no permitía que se separara de su cuerpo, el mismo que se mecía sobre el de ella acercando cada vez mas las caderas al punto exacto de su sexo, las manos de la mujer no cedieron en su empeño de terminar de desnudarla y tenerla para sí como una Venus sensual y lista para ser tomada por la lujuria, la misma que consumía por dentro a Junaana, pero dudaba que sólo fuera deseo, pues se centraba en hacerla sucumbir de placer aun cuando ella no se dejaba arrastrar por la misma marea que crecía entre ambas, las manos de de la pelirroja descendieron por su vientre bajo la atenta mirada que pasaba de su obligo a los labios y los ojos café de la morena, la fascinación por su cuerpo la traicionaba, hasta que superaba su hambre y deseo de verla sucumbir bajo su cuerpo dichoso por poseerla, y así mientras el vientre ascendía hacia las caricias de sus manos su rostro se sumergió entre sus muslos abordando la fuente ardiente de su cuerpo, arrancando algo más que un gemido con la estremecedora entrada de su lengua en su sexo húmedo y necesitado, las manos de Junaana agarraron sus caderas manteniéndola presa y profundizó en su disfrute en degustar de ese fruto prohibido que la volvía completamente loca y desesperaba en su palpitar, aroma…. Su cuerpo se entregó a satisfacerla a provocarla y guiarla al limite, finalmente abandonó su cuerpo para admirarla, sus labios entreabiertos, jadeante con falta de aire, sus ojos cerrados y sus mejillas sonrojadas, las manos de ella crispadas intentando cogerse de las grietas del suelo, sus caderas se alzaban implorando y justo entonces paseo sus dedos por los pliegues de su sexo introduciéndose sin piedad en las suaves carnes y ardientes de su cuerpo arrastrándola a un clímax demoledor y culminado por un grito agonizante… Shamsir era suya….

Junaana tomó aire y se sentó al lado de las caderas de esa piel cremosa, dejó posada sobre su ingles su mano, asegurándose de que supiera que seguía ahí, a su lado y en su cuerpo, los ojos azules recorrían su cuerpo sudoroso y todavía percibía los temblores gozosos de ella, una sonrisa complacía en el rostro de ambas acompañada de una mirada cálida y por parte de Junaana, posesiva, feliz de que fuera suya, dichosa de haber echo estallar ese fuego de su interior… no pudo por menos que acercar su rostro al de ella y besarla a los labios con suma suavidad, primero una vez y luego con mas brusquedad profundizó su beso dejando ver que ella rebosaba de deseo y era para ella, pero no entonces…. Ese instante llenaba una sola cosa la mente de la pelirroja, esa mujer era suya sin que ella se entregara, conocía el deseo y el placer que deseaba regalarle cada día, sin ella formar parte de ese regalo, hasta que Shamsir acudiera a ella por voluntad y no sólo necesidad.

La alzó de las losas y acomodó sus prendas de nuevo, bajo el estupor de Shamsir, la joven buscaba algo que decir, no le permitió que diera paso alguno a un raciocinio, solo la volvió a guiar y marcharon juntas en completo silencio y sin pasar por la sala de las cristaleras.

Al llegar al lugar dónde las dejaban los guardias, les esperaba de nuevo Celina, con una mirada inescrutable y una sonrisas cómplice, Junaana no pregunto, sólo esperó a ver que hacia la morena y ésta se mantenía paralizada, mirándola con confusión en sus ojos, la pelirroja se acercó volvió a la joven hacia Celina y la guió hacia ella, pero la joven se resistió no quiso, se mantuvo firme a su sitio y se volvió.

Los ojos de Shamsir ardían, aun con su desconcierto ardían, y un regocijo mayor recorría a Junaana, reconocía esa mirada…

-         por que me envías a su lado ahora, tras…
-         dime que quieres Shamsir, dime que deseas, que esperas.
-         No seré yo quien dé ese paso si tu no lo quieres dar, no me daré a la voluntad del deseo, si el amor no lleva las riendas del mismo.
-         Por que dudas de lo que yo quiero, si temes dar lo que sientes…
-         Eres hermosa, ardiente y capaz de tener a quien desees, pero no soy una mas, lo que yo deseo o quiera esta fuera de ése ideal, tu has de elegir que aspiras, que sientes y buscas, cuando lo sepas quizás podamos aclarar este laberinto…
-         Y si ya lo hubiera recorrido me seguirirías sacando del mismo y empujando hacia otra…
-         Puede que esa otra te convenga más…
-         Puede que seas tu la que no comprenda.
-         Ilumíname entonces sol del deseo.

Shamsir se tragó sus palabras, era muy consciente de todo lo que sentía, de lo que veía en los ojos de Junaana e incluso de atención de Celina sobre ambas, no deseaba seguir con aquello allí mismo, delante de nadie, pero luego se pregunto si tendría elección, era justo ahora o la perdería… no podía retroceder si deseaba vencer las barreras y tomar el corazón de ella como propio.

-         el deseo es ahogado por el mar de la tristeza, el amor consume la misma tristeza e irradia luz a la existencia, si te ciega el miedo es que no ves que tu eres la luz del amanecer en mi vida y anochece cuando tu me das la espalda.

Tras lo dicho se volvió y marchó dejando a solas a las dos mujeres boquiabiertas, Mahir la acompañó orgulloso de las palabras de su señora y del efecto causado en su precesora, nunca había visto esa mirada en Junaana pero ese día se sintió feliz de que así fuera por terca que fuera.

Al llegar el propio Sharif la esperaba en sus aposentos, se suponía que marchó a un encuentro al desierto con sus purasangres, sin embargo ahí estaba sentado a su sala con una espiga a su mano derecha que se mecía al ritmo de su muñeca mientras el hombre se mantenía ausente en sus pensamientos.

- Bienvenida seas Shamsir, un asunto que te concierne ha retrasado mis planes, en vez llamarte me he tomado la molestia de esperarte a tus aposentos, pues tu situación aquí se ha vuelto algo complicada.

-         no os comprendo.
-         Setar, tuvo dos amantes entre el servicio, a una la uso para conseguir las cobras y su hermana intento atacarte con un ramo el día de hoy, el mismo contenía una tarántula cuyo veneno causa alucinaciones hasta llevar a la muerte, la amante en cambio buscó una planta que provocaba unas escoceduras en todo el cuerpo que dejaban marcha y borrarían tu belleza natural y excepcional. Así que me he tomado la consideración de presentarlas ante la propia Setar y decapitarlas a ambas, como muestra de mi poder así como aviso, si a alguien quisiera correría el mismo destino, también le anuncié que su destino no seria tan rápido…. Así que pasara los próximos tres días colérica y atemorizada por lo que le podría esperar…
-         Os agradezco los esfuerzos y vuestra protección mi señor, no me lo agradezcas he disfrutado mucho en mas de un sentido con vuestro espectáculo y soy feliz por ello, espero que encuentres definitivamente tu lugar y hogar en mi harén joven Shamsir.
-         Alá iluminó vuestro deseo mi señor y sólo espero que sus brazos abracen el mío.
-         Que Alá sea misericordioso joven Shamsir, ya no hay peligro a las estancias ni al servicio que os sirven, por lo que me retiro a disfrutar de mi encuentro.

Antes de salir dejó pasar su mano indolentemente por la mano de Mahir que bajó la suya al suelo evitando que la de ambos se encontrara…

-         Mahir por favor, te insto a que acompañes a nuestro señor hasta los limites del harén, como señor no debe caminar solo en un lugar consagrado a la feminidad, ya que sus esposas no están presentes te pido que tu lo acompañes.

El rostro del eunuco se ilumino y marchó para colocarse al frente del señor y caminar por delante, antes le saludó inclinándose a sus pies y anunciando la petición, el hombre se volvió a observar a la joven que le sonreía sin pudor desde el umbral de sus aposentos, no por menos el hombre reanudo su paso riendo a todo pulmón.

La joven decidió que se saltaría las reglas de la Dama Asalah y se daría un baño, le hacia mucha falta y también relajarse, no podía pensar en nada mas que en como se había descubierto y que ella no dijo nada, ni siquiera la detuvo, dudaba que no entendiera sus palabras…

Con paso firme y seguida de Iman, llevaba en la mente algo con respecto a la joven, así que cuando pasó por las termas y siguió por el entramado de pasillos y otras estancias hasta llegar a los baños del Califa vio como la joven retrocedía,  la tomó de sus manos y allí encontró a uno de los eunucos aseando la estancia, le ordeno marchar y que las dejara solas, el joven recupero la compostura imponiéndose con respecto al a privacidad del Califa, Shamsir lo mandó a buscar al mismo y declararla sus intenciones, el joven así lo hizo añadiendo que el castigo de Alá caería sobre ella, eso desbordó la risa irónica de Shansir y esperó riendo, a los pocos minutos el joven volvía sumiso, acuclillándose y ofreciendo sus servicios y cuanto precisara, que el señor le concedía sus baños gustosamente.

La joven ordenó que trajera hierbas aromáticas, pétalos de rosa blancos, jabón de lavanda, y que luego marchara y la dejara sola. El eunuco que se presentó como Mustafá,  fue diligente en sus tareas y marchó presto de no ser castigado por su anterior osadía, el Califa lo recriminó por impedir el uso del mismo a la  joven.

Al salir y quedar a solas Iman se disponía a retirar las ropas de Shamsir para que ésta disfrutara del baño caliente, pero en cambio la joven no lo permitió, se retiró y volviéndose a ella la observó durante unos minutos.

-         Harás lo que yo te pida, ¿verdad Iman?
-         Por supuesto Shamsir.
-         No reiteraras protesta alguna Iman.
-         No señora.
-         Desnudaros ante mí y dejadme que sea yo quien os bañe y cumpla con mi deuda, pues gracias a ti hoy vivo, gracias a tu cautela e intuición no fui victima de un doble ataque de Setar.
-         Señora no me debéis nada, es un placer y mi obligación.
-         Tu obligación ahora es obedecerme Iman.
-         Como gustéis.

Shamsir deseaba compensar a Iman, hacerla sentir como una princesa, del modo que muchas las veían a ellas y no se le ocurrió otra manera de adularla y complacerla sin que nadie mas supiera de lo que ella hiciera… una vez Iman se desnudó no pudo dejar de admirar la belleza oculta de la mujer, la hizo girar ante sí, primero la guió a una ducha al fondo donde caía en cascada agua fría, allí le enjabonó los cabellos con el jabón de lavanda, luego tomó unos paños y lo embadurno del mismo jabón y frotó el cuerpo de Iman, siempre manteniendo su mente en su propósito, evitando no dejarse llevar por la lascivia, era consciente de que no la tomaría la única a la que deseaba era a la pelirroja, la quería y no deseaba a nadie en su lugar, pero no era inmune a sentirse excitada, Iman no reprochó en ningún momento incluso cuando pasó su mano por sus partes intimas, luego dejó que las aguas corrieras por su cuerpo hasta que el jabón fue eliminado de sus cabellos y piel, luego la guió hasta el borde del baño, allí esparció las hiervas, agitó las aguas y luego buscó la cesta de pétalos, la halló cerca de la entrada oculta tras una pared de conchas, le pidió a Iman que entrara al agua, la joven dudo pero obedeció, mientras ella se acercó a por la cesta y allí vio algo mas… los pies de alguien vigilando o espiando, ignoró la cesta y terminó de voltear la pared, para encontrarse con los ojos de Asalah, parecía enojada, con un gesto le pidió silencio antes de recriminarla, Shamsir volvió con los pétalos y los roció por el agua, y sobre Iman, antes de salir y pensar en su siguiente paso le regaló un beso a la mejilla, luego se retiró tras la pared y tomando a la Dama la sacó de la estancia, traspasaron las dos puertas esmaltadas en blanco y allí la mujer la abordó…

-         que pretendes hacer con Iman, tengo a Junaana conmocionada por tus palabras, a Celina riéndose como nunca y te encuentro aquí con el consentimiento de Sharif seduciendo a tu doncella…
-         interpretaste mal mis acciones, es gracias a ella que no recogí yo misma los ramos, y las intenciones de Setar no se cumplieron, es mi modo de compensar su lealtad y esfuerzo, solo intento que e sienta como una de nosotras, o como nos ven, una princesa, le doy unas atenciones que todas recibimos y ellas nunca disfrutan y me pareció adecuado, ser yo misma quien la compensara y no por un mero objeto, que se sintiera importante tras ella salvarme la vida.
-         Ahora comprendo, te pido disculpas, si te parece mandaré traer unos aceites y algunos perfumes, también mandaré que hoy pongan un plato extra de mi cocina para ella, la verdad tuvo una intuición ejemplar.
-         Gracias por comprenderme Asalah.
-         Antes de irme, en verdad le dijiste que sentías mucho mas de lo que pensaba a Junaana, bueno que la querias para ser exacta, te aseguro que dejaste a Celina abrumada por tu modo de enfrentar a Junaana, ese tipo de escenas le encantan.
-         Al menos ella lo paso bien, pero en cambio Junaana no hizo por detenerme o contradecirme u aceptar mis emociones o corresponderlas, sólo se quedó ahí tras intentar que me fuera con tu hermana.
-         Creo que ella no esperaba que la amaras, Shamsir.
-         Ni yo… bueno otras cosas.
-         No lo dudo, volveré en unos minutos, conozco un acceso a mis habitaciones que me permitirá ir mas ligera.

Así se alejó, ella volvió al interior Iman seguía en el agua paseando sus manos por los pétalos, Shamsir roció con agua de rosas sus cabellos, y se los cepillo mientras la joven seguía sentada en las aguas calientes, cogió unas pinzas que trajo consigo y se las colocó a sus cabellos realizando un lindo recogido en ellos, un ruido le avisó de la vuelta de Asalah, se alzó a recibirla y la mujer hizo el intento de seguirla, sorprendida la dejó acompañarla, justo aparecieron las dos Iman se levantó precipitadamente intentando salir de las aguas tropezando, Shamsir se adelantó intentando calmarla, ella la retiró lanzándose hacia Asalah, justo vió en ese instante que ocurría, a la vez que Iman gritaba cuidado… una cobra al pie de las escaleras bailaba amenazadoramente y la Dama estaba a un par de metros de la misma, Asalah giró su rostro para ver la razón de la alteración de la doncella, de su manga deslizó un cordel metalizado y lo hizo girar silbando en el aire, la doncella paró en seco para ver como el animal era decapitado a un gesto de la mujer, Shamsir e Iman la observaron anonadadas, nunca pensaron que la mujer llevara sobre si un arma tan sencilla y a su vez letal.

-         un regalo de Sharif para protegerme, soy madre de su primogénito y mi deber es cuidar su bienestar y sus pertenencias, tu y el resto sois parte de su tesoro y orgullo, soy la guardiana del harén Shamsir, perdona que no te explicara antes.
-         Ahora comprendo por que eras tu la que movilizaba al personal y no tu hermana.
-         Ella tiene otros artes.

Alzo uno de los frascos mostrándolo con una sonrisa presuntuosa, tramaba algo.

-         hoy Setar amenazó a Sharif de que no viviría para verla marchar, ya sabemos sus razones para decirlo, y gracias al aviso de Iman no he sido yo esta vez la victima de sus artes.
-         Empiezo arrepentirme de no haberla matado.
-         Hoy mandare por su osadía que le corten la lengua, Shamsir, es mi deber tras un ataque directo, esto ha pasado por que no interrogó de las próximas intenciones de Setar a sus doncellas, dejando en el olvido esta posibilidad.

Tras la explicación, tomó a Iman del rostro le beso en la frente y la guió a una gran mesa cubierta de telas sobre las que tumbarse, la mandó reclinar de espaldas, dejando sus seños a nuestra vista y su vientre musculoso, sus piernas eran sorprendentes femeninas y musculosas, debió de trabajar muy duro toda su vida.

Comenzamos las dos a masajearla con aceite de romero, la joven miraba suplicante sintiéndose fuera de lugar siendo tocada por ambas, las dos sonrieron comprendiendo el apuro de la situación pero no cedieron en su empeño, cubrieron todo su cuerpo del aceite, terminado por la espalda tras empezar por las pantorrillas, una vez terminaron, observaron las marcas de látigo a su espalda y comprendieron la razón de cómo siendo tan linda no formaba parte del harén, la dañaron como mercancía. Asalah le pregunto por las marcas…

-         Estuve un tiempo lista para formar parte del harén, mi padre ya lo tenia concertado, un joven despechado pues quería mi persona, se acerco un día antes de ser traída, mi madre me acompañaba para despedirme de mi abuela que le quedaba poco de vida, un látigo restallo a mi espalda mientras alguien empujó a mi madre al suelo, ella se golpeo la cabeza con una piedra falleció en el instante, mientras yo fui azotada por el joven encolerizado en plena calle hasta que mis hermanos llegaron y me protegieron, el Califa se sintió decepcionado, pagó mi coste igualmente, me trajo y curó mis heridas, luego me puso al servicio del harén, me pidió que protegiera sus tesoros como si fuera parte del mismo, que os cuidara igual que el me cuido tras mi ultraje, al muchacho lo trajeron y azotaron ante mi persona, le privaron de sus genitales y vendieron como eunuco a una caravana que se dirigía al sur, esa es mi historia.
-         Con más razón te mereces el afecto y un lugar entre nosotras, fuiste elegida y un mal paso del destino te desplazo de nuestro lado.

Tras estas palabras Asalah la abrazo aceptándola como una mas, la muchacha se había ganado un lugar entre nosotras con su corazón y esfuerzo, y su lealtad hacia el Califa era inquebrantable.

Ambas se miraron y comenzaron a prodigarle caricias mas intimas, Asalah tomo un frasco que llevaba oculto a su bolsillo y sobre su mano derramó un poco y otro en las manos de Shamsir, apenas comenzaron por su cuerpo las mejillas de Iman se fueron tornando sonrojadas, su respiración se altero, y su cuerpo se tenso por instinto, intentando evitar o dominar lo que sentía, le habían administrado un afrodisíaco potente, en pocos minutos la joven se deshacía en espasmos placenteros en un tierno abrazo con Asalah, luego la recostó de nuevo mientras Iman era vencida por el sueño.

-         has descubierto un diamante en bruto a tu servicio, alguien que lo dará todo por tu afecto y mantener su palabra, cuídala mucho Shamsir y si algún día la ves deprimida avísame y cuidaremos de ella como se debe, es mucho mas hermosa que algunas de las mujeres que forman parte de este harén, ahora se la razón de que no este entre nosotras originalmente, he rozado su sexo, sigue pura, incluso me atrevería a decir que es la primera vez que experimenta el placer carnal.
-         Cuidare de ella, al menos no me sentiré tan sola después de ver que no me considera digna de ella Junaana.
-         A veces no se quien es mar terco, si el desierto por no dejar nacer las flores, o el sol por lucir sin sobre el mismo como un castigo del cielo, ambas sois iguales, una el sol y la otra el desierto….. ambos sin comparación y duros.

Asalah la envió volver por las termas a sus aposentos, que en cuanto despertara le enviaría a Iman, le recordó que estaban recluidas y que este acto no lo tomaría en cuenta dada las circunstancias, Shamsir se despidió  sonriendo por el recordatorio y volvió a sus habitaciones, allí le esperaba Mahir algo platónico aguardándola con una bandeja de pastas, té y leche de cabra, se acomodó en silencio a desayunar, se sentía desmayada de hambre y disfrutó de las pastas hasta que se dio cuenta que las mismas llevaban pedazos de fresa en su masa, miró a Mahir y consultó de dónde venia las pastas, el eunuco le confesó que las trajo la misma Junaana y que había escuchado a una doncella comentar que la misma Junaana estuvo cocinando al a cocina de las Damas.