sábado, 28 de abril de 2012

Continuacion de Mi desconocida


SERENA


Volvía a tener el móvil entre mis manos, dos llamadas rechazadas en lo que iba de mañana, mi padre seguía insistiendo, tras ver sus planes e intenciones para mi no cuenta y tampoco siento deseos de hablar con él, discutir un caso perdido no me lleva a ninguna parte en conclusión sólo a disgustarme, en cambio mi madre, no daba ya señales de vida, llamó un par de veces en los últimos días, en una ocasión conversó con Sam y en la otra con Adela, ahora era yo quien miraba el móvil anhelando escucharla.

Sam se acercó a mí, ella estuvo dando vueltas cerca de donde yo estaba sentada sin atreverse acercarse, la fuente cercana a la casa era un buen lugar de estar al sola y cómoda y ver a todos desde ahí hacer sus encargos; durante nuestra estancia pasaba mucho tiempo fuera de la casa, realizando curas a las personas mayores de la zona, comenzó supliendo en la consulta un día en el que me acompañó a una revisión, pese a que me encontraba mucho mejor insistían en que fuera cada dos días a que me vieran la herida y los sentidos por el temor de que algo interno no fuera bien; el médico la recomendó tras ser impresionado por su eficacia, cada mañana comenzaba la ruta, mientras yo intentaba recoger  las estancias sin esforzarme, siempre bajo la constante atención de Adela, incluso un día en su compañía nos acercamos a la mini biblioteca del ayuntamiento en busca de lectura actual, en ocasiones  me pasaba ratos allí leyendo revistas antes de elegir algo que me agradara, finalmente elegía alguna cosa ligera, ya que la vista se me cansaba rápido y en cuanto fijaba más tiempo del que debía necesitaba un analgésico para el dolor de cabeza.

Al llegar ahí, yo pensaba en olvidar y avanzar en una nueva vida alejada de todos, esperar a que todo pasara antes de volver y enfrentar esa parte de mi vida, en cambio muchas de mis horas las pasaba pensando en ella, la verdad tanto tiempo de ocio no daba a nada más constructivo, en especial tras las palabras de Adela cuando tocamos el punto de mi marcha.

Sam  continuaba a mi lado, silenciosa e incomoda, es inquietud suya me hizo sonreír, se le notaba enseguida cuándo algo la preocupaba, se volvía más silenciosa y distante, hasta que decidía y entonces se le notaba cierta inseguridad mientras se esforzaba en cumplir con lo que llevara en mente, eso me recordó que distinta se volvía en otras situaciones. Recordé de nuevo la visita con ella al médico, las secuencias de sus curas improvisadas en la sala de espera, en especial con una madre histérica con su niño sangrando a causa de un corte que se hizo al romperse un cristal, entró toda pálida detrás del niño que cargaba Adela, el médico estaba ocupado en una urgencia de vida o muerte, realizándole la respiración cardiaca a un hombre enfermo del corazón y que había entrado en parada, Sam tomó l a iniciativa cogiendo al pequeño que temblaba de miedo, fue difícil no sonreír entre tanta tensión al ver a Adela darle un empellón a la madre y ordenarle que ni se acercara, acompañó al crío mientras Sam le distraía, apenas llegó la ayudante con gasas, desinfectante, vendas más el hilo y la aguja, Sam se lo arrebató todo sin dejar de hablar con el pequeño, comenzó a curarle y luego a coser el corte, en dos minutos la hemorragia controlada, el niño perplejo mirándose la mano y la madre muda, eso sin contar que el resto de pacientes estupefactos y admirados sin saber que hacer; los que vimos al niño esperábamos más histeria, ya que tenia unos 8 años y se le veía muy asustado, el niño respondía entre hipidos a Sam cada vez que le preguntaba algo manteniéndolo distraído de lo que hacia, así supe que se llamaba Salvador, el niño la miraba con adoración y al volverme para tomar asiento de nuevo, comprendí por laminada de todos que en ese instante se había ganado el aprecio y confianza de los presentes…

Mientras todo esto pasaba por mi mente, yo esperaba a que ella me hablara, sabia que ese algo tenia que ver conmigo, de otra manera no estaría tan inquieta y silenciosa esperando.

-         Serena…

-         Dime.

-         Estuve conversando por teléfono hace unos días y…

Esperé, algo me hizo pensar que quería marcharse y pensaba despedirse de mí. Mientras la miré de reojo, cada vez más nerviosa, algo me dijo que más que fuera conmigo en especial, que tampoco era que quisiera marcharse como predispuse, era algo que le afectaba a ella y puede que a mí…

-         Tendremos visita en unos días,  les di la dirección, han insistido, sobretodo desde varios incidentes, te aviso para que te hagas a la idea, sé que  no has tenido ánimo de hablar con ellas, ni de explicarte; están preocupadas y sé que en el fondo necesitas a tu madre, al igual aclarar tus conflictos, puede que yo también, siendo sincera pero ignoro si estoy lista, bueno creo que lo dije todo.

Yo en cambio no era capaz de decir nada ante tal revelación, una única pregunta venia a mi mente, con un nudo en la garganta y una presión de ahogo en el pecho conseguí pronunciarla.

-         ¿Tiara también?

-        

Mi corazón aceleró a mil por hora, una especie de ansiedad y terror me llenó, era como estar en una montaña rusa de emociones sin control, sin despedirme me marché, eché a andar sin un rumbo fijo, no saludé a nadie, me era imposible y mi único deseo era alejarme de todos, era lo que mas necesitaba en esos momentos, huir.

Por alguna razón no quería detenerme a descansar, cada vez que aminoraba el paso era presa de mis ganas de llorar y el ahogo, con todo no me alejé del a casa,  esquivé las zonas concurridas, cuándo ya no pude más me dejé caer en el árbol más grande de la zona forestal, detrás de la casa de Adela,  en dónde había oculto un antiguo pozo cubierto por hiedra, se les prohibía a los niños ir para evitar accidentes, yo ya conocía su ubicación  gracias a Adela que me lo mostró el día anterior; ya no fui capaz de contener las lágrimas, ni el miedo que me atenazaba hasta que la desesperación me impulsó a golpear el tronco, aún dañándome yo no cedía, continuaba en mi empeño de liberar todo contra el tronco, hasta que alguien me rodeó por detrás sobresaltándome, mis manos fueron sujetadas por otras con aspecto ya rugoso y femenino, al instante lo supe, Adela era quien me contenía, ella seguía pendiente de mí, cuidándome sin importarle que yo amara a Tiara, ella continuaba a mi lado sin esperar nada.

Ignoraba como sentirme al respecto a ella, tampoco el cómo mirar a Tiara tras lo ocurrido con Adela, el saber que hacer ahora y en un futuro para mí era el mayor de mis problemas…

Mientras mis sollozos de confusión e impotencia convulsionaban mi cuerpo, ella me giró hacia sí, con sus dedos limpiaba mis lágrimas y  luego me acunaba en un abrazo, era como volver a estar en brazos de mi madre siendo una niña.

Así estuvimos bastante tiempo, cuando la necesidad dijo, nos sentamos a la raíz del gran pino, en mi vida había visto uno tan grande como ése, el diámetro de su tronco era tal que era imposible rodearlo y abrazarlo con los brazos, su sombra era un bálsamo para quienes buscaran su frescor, era como ver un titán de los bosques y mientras mi mente divago en la cantidad de historias que habría sido testigo a lo largo de su existencia.

-         Sabes, éste pino pronto será talado, está enfermo y pronto será un peligro sentarnos a su sombra, ya que sus ramas no se sostendrán podridas por la enfermedad,  he pasado una vida mirándolo desde mi casa, admirando su majestuosidad y ahora cuándo llegue la hora veré su final, seguiré mirando su lugar vacío y triste sin esa presencia imponente y su acogedora sombra…. Lo echaré mucho de menos.

Era como decir que ella seguirá ahí sola mientras todo lo que ama desaparece, me sentí muy apesadumbrada, todo ello me hizo pensar en mi madre en como estaría por mi lejanía y más culpable me sentí, cada vez necesitaba más hablar con ella y  disculparme, también pensé  en pedirle a Adela en que viniera con nosotras, luego caí en la cuenta de que ella no querría alejarse de sus recuerdos.

La rasca del anochecer me estremeció, me di cuenta que apenas llevaba algo que me cubriera y también que tanto rato sin moverme era normal que tuviera frío, me incorporé sacudiéndome las agujas de pino de los pantalones,  Adela  me imitó algo más lenta cuando intenté descender la pequeña pendiente en donde estaba el pino ella me detuvo,  me volví descubriendo que sostenía su móvil en la oreja, asentía a la vez que respondía, yo no escuché la llamada y comprendí que llevaba el audio apagado en estado silencioso.

Al terminar se me quedó mirando lo que me puso muy nerviosa y en estado de alerta, sin decirme nada avanzó adelantándome, la seguí extrañada y a la vez preocupada, un presentimiento  me decía que algo no iba bien.

Al llegar llamó a Sam a gritos, no esperó ni a llegar a la sala, ella acudió corriendo y frenó en seco delante nuestro, me miró de un modo extraño como si esperara encontrarme más descompuesta, al menos eso pensé por su gesto.

-         Coge el coche y ves con él a la central de correos de la costa donde desembarcan los ferrys, la del almacén grande, se le conoce como el de los canarios por una casa colindante llena de éstos, con un jardín cubierto para que no escapen, ahí vive un amante de ellos así que no te sorprendas, todo el mundo la conoce, hay que hacer una recogida urgente, ves rápido te esperan, no me han podido avisar antes y es algo que no puede esperar, lo siento.

Sam marchó como alma que lleva al diablo a cambiarse y las llaves, ni pregunto ni nada, simplemente se limitó a cumplir lo que le pedía, pasó a mi lado como una exhalación sin despedirse.

Una vez solas Adela comenzó a carraspear, la actitud de ambas me era sospechosa, la observé preocupada, finalmente con una voz un tanto pesarosa me pidió que la acompañara, así lo hice y una vez en la cocina me indicó con un gesto que me sentara ala mesa, eso me recordó la primera noche en su casa, ella mientras se dedicó a preparar un té, al volver a la mesa con sendas tazas preparadas y el horno ya en marcha, el cual desprendía un rico aroma a pescado y especias, se sentó frente a mí, volviendo a carraspear antes de tomar un sorbo de su taza.

-         Verás, Diana acaba de llamarme, según me ha contado acaban de llegar a la central de correos de los canarios, lo han hecho en el transporte postal, ocultándose de tu padre, éste ha atacado a tu madre y su nieta a dispuesto sacarlas de Claustrom para protegerlas y sin ser vistas, Sam ha salido a recogerlas, tu tía y Tiara tardarán algo más, se dedican a cubrirles las espaldas y dejar todo arreglado antes de que él se de cuenta de todo.
-         Mi madre, ¿cómo está?
-         Bien, agotada por la tensión, magullada por lo que me han dicho y asustada por la nueva línea de acción de tu padre, piensan que está perdiendo la cabeza, me han dicho que te reclamaba, ahora Diana está también deshecha por lo que le pueda ocurrir a su nieta, así que ten fortaleza, tu madre necesita tu apoyo y afecto, por lo que sé ha sido todo muy rápido y de golpe.















jueves, 26 de abril de 2012

ENTRE LA ESPADA Y LA FLECHA.




En un tiempo en el que los bosques cubrían con su bardos los campos, montañas y un paraje inusual hoy en día, nacieron muchos relatos y mitos, que crearon un sin fin de paradojas y valores muy variopintos, muchos ocultaron la verdad a favor del honor, otros la vergüenza era mayor y la necesidad no permitía error a la hora de ocultar lo inconfesable….

Era así que un día en el que al joven rey de Inglaterra se lo creyó desaparecido y muerto en tierra santa, su hermano en la avaricia y ansias de poder se apoderó del trono, el cual mantenía en sus manos temporalmente hasta la vuelta del digno sucesor de Inglaterra, el desapareció corazón de león.

martes, 24 de abril de 2012

ENTRE LA LOCURA ANDA EL MOCHO






Sea como fuere, siempre llega la limpieza, para bien o para mal pasa el mocho y olvida, la suciedad vuelve y se multiplica solo piensa a empezar de nuevo y repite la limpieza, si tu conciencia reclama, ignórala no cuenta….

Si la locura te abraza anímala te sanara el alma, si el orgullo se revela cállalo es un incordio, si la salud se resiente tranquila ya pasara el mal trago, si te duele el corazón busca a la fregona que te devuelva a brazos  de la locura, si es triste espera una risa y a seguir la juerga.

El día da la noche, el sueño se desvela, la luz te trae esperanzas, las estrellas una juerga, el sol la carrera, y si sueñas un bálsamo a esta guerra.

Un revuelo se alza y las acciones se suceden, la agonía taciturna grita, busca una salida ya sea descabellada e inaudita, reconoce el límite, el precipicio tiene un aspecto apetecible, limpiar con el mocho el pasado y dejarse caer al fondo….

Los actos son impredecibles, los pensamientos incoherentes, si la locura es amiga o enemiga ya da lo mismo si de ella te dejas llevar, el aire falta y la templaza desaparece, ya no cuenta la cordura y el primer acto empieza, en esta obra que es la vida….

En la acción del día, llega desquicio....  restriegan una fregona recién usada por la cara, todo perjuicio ocasiona un resultado, un cubo de agua sucia por su cama, toda iniciativa contiene un peligro, venganza lo mismo por la de sus hermanos, la desesperación se cierne y un único pensamiento hace pasto de la cordura, o sale pronto de la casa o algo mucho peor puede ir pasando, el camino elegido hace mucho sobrepasa los limites, hoy un rebote en un futuro la locura y si parece extremo es que se olvida quien convive con un enfermo que dimite, no se puede convivir el resultado es acabar locos..... O desear la muerte..... Cada día la esperanza es más lúgubre.

domingo, 22 de abril de 2012

Continuacion de mi desonocida


TIARA

Tantas revelaciones de golpe me impidieron dormir bien, cada vez que lo conseguía las palabras de mi abuela y sus recuerdos, se volvían en nítidas escenas de terror en mis sueños y despertaba alterada. Intenté  no molestar a nadie, hasta que yo me llevé la sorpresa, cuando ya eran las cuatro de la madrugada y volvía a sufrir la pesadilla me encontré con el rostro de Mel observándome, desde un sillón al pie de la cama, el mismo que yo usaba a la sala antes y subieron a mi cuarto para que no estuviera siempre a la cama.

Estuvimos mirándonos en silencio bastante rato, su rostro demacrado dejaba constancia de los momentos tan difíciles por los que pasaba, ésa tarde mi abuela llamó a Serena a modo de suplica por el estado en el que ella se encontraba, más tarde escuché desde la entrada de la casa dónde tomaba el aire el cómo Mel se alteraba tras una llamada, ignoraba quien llamó y la causa que provocó su falta de control habitual,  después de lo ocurrido con su exmarido, cualquier cosa podía provocarla, en la tensión en la que se encontraba no era de entrañar que sus limites fueran superados, eso sin contar que una llamada de su abogado confirmaba la negación del hombre a un trato de separación de mutuo acuerdo, las cosas se presentaban más tempestuosas todavía…

Yo en cambio me preocupaba no saber nada de Serena, también el recuperarme pronto y no ser una carga y el asunto de lo de mi abuela, el cuál era algo que por el momento me superaba, necesitaba tiempo, eran decisiones  que en sí formaban parte de una cadena de acontecimientos que acondicionarían mucho mi futuro, antes de acceder necesitaba arreglar mis otros asuntos y aprende a defenderme con la nueva situación.

La peor parte la cargaba mi abuela, por un lado mis problemas siempre la habían afectado y ahora había que incluir los de su pareja y su ansia por ayudarla y protegerla, a fin de cuentas así ha sido ella siempre todo un pilar de apoyo y protección para todos, espero que todo pase pronto sin mayores problemas, aunque eso seria ser demasiado optimista.

Nos seguimos mirando un rato hasta que ella se acercó a mi cama, no le dije nada ahí se quedo un momento con la mirada en las sabanas hasta que se le escapó un suspiro incomodo y me miro con esa preocupación que ya le noté horas antes.

-         escúchame Tiara, tu abuela no quiere contarte nada para que te centres en recuperar y no pienses en nada más mientras decides que hacer con la carga que ella ya sostiene una vida sobre sus hombros, en mi opinión se extralimita y puede sufrir un colapso, necesito que sus cargas y preocupaciones sean aligeradas  y para eso ella tiene que entender que no puede hacerse cargo de todo, y que los demás estamos aquí no solo ella, además hoy hemos tenido una mala noticia extra se niega a que lo sepas pero la ultima palabra la tengo yo, asi que te voy a contar un poco lo que pasa y también lo que pienso.
-         De acuerdo te escucho y habla bajo que ella se entera de todo.

-         Serena se negó a hablar hoy con nosotras, también le paso el teléfono a la mujer con la que conviven y no nos dio la dirección, luego nos llamo la misma mujer pidiendo datos médicos de ella, se ha desmayado Tiara y al caer se golpeo en la cabeza, hace un par de horas me volvieron a llamar y se puso Sam al teléfono confirmando el accidente y que me tranquilizara por que estaba consciente y razonaba elocuentemente, eso ya me ha calmado lo suficiente como para saber que esta fuera de peligro, le dolerá la cabeza y tendrá que guardar reposo hasta que le baje la hinchazón y se recupere, es mejor no forzar los sentidos, eso es lo que me tiene tan intranquila y tu abuela no para de estar pendiente de mi por todo lo sucedido.

-         Que crees que puedo hacer, de entrada intento que no me ayude y valerme por mi misma, pero ya la conoces no deja nada de quienes la rodean sin involucrarse, si la aislamos no lo va a tomar a bien y te aseguro que es muy rencorosa.

-         En una semana, vamos a salir de viaje, todas, el correo se ocupara Sofía ya nos ha pedido que nos alejemos un tiempo, últimamente tanto mi ex como Jacobo pasan tiempo juntos y estamos muy inquietos por lo que tramen, tenemos idea de ir a dónde esté mi hija, aligerar preocupaciones de todas y tensiones, alejarnos de todo hasta que se resuelva y podamos poner freno a lo que tramen, hazte a la idea y asegurate que Diana no pueda estar cargando con más, me da miedo perderla por excesos y cada vez descansa menos.

El corazón me dio un vuelco al escuchar la noticia de ir al lugar en donde estaba ella, también me recorrió un escalofrió al comprender que la salud de mi abuela peligraba, entendía muy bien lo que me pedía. No era ni por ella, ni por mi, no era por ver a Serena, sino para que ella dejara de sufrir por nosotras y asi que no cayera enferma, era algo que no nos podíamos permitir y tampoco que nos llegáramos a perdonar en la vida.

Asentí y un cierto alivio inundó a Mel, todo lo que contenía lo estaba liberando y cuando su cuerpo se relajó un temblor hizo presa de ella, parece que al bajar la guardia la ansiedad hizo presa de ella, ya lo había visto antes cada vez que Estela recibía un ataque tras una situación limite con su padre, la abrace y la mantuve conmigo como en un pasado ya hice, esperando a que pasara y pensando que no permitiría que cayeran enfermas por mi, y que cuidaría todo lo que pudiera de ellas, en esos instantes no tenia a nadie más, ellas eran mi familia.

Ella quedó dormida tras el agotamiento, empezaba a pensar que mi cama no era exclusivamente mía, de alguna manera muy seguido acababa durmiendo en compañía sin proponérmelo, la verdad que la situación tenia su punto de humor, excepto la persona a la que amaba había dormido con casi todas las mujeres de esta familia.

Durante una hora mas estuve en la cama despierta pensando en que hacer, finalmente decidí levantarme y bajar a la cocina a preparar el desayuno, allí encontré a Natalia, se la notaba distraída y perdida en sus pensamientos, tomaba un vaso de leche o mas bien lo miraba sin verlo, se lo saque de delante y es cuando reparó en mi, me observó algo incrédula, le indique con un gesto que viniera conmigo a ayudarme, mi abuela era muy madrugadora, solía desayunar y salir al huerto, asi que hoy era momento de hacer el desayuno nosotras, ella siguió mis indicaciones, en media hora todo listo, Salí al exterior en donde el rocío de la madrugada y el frío me dejaron la piel de gallina y tiritando, abrí el agua de riego y lo deje correr diez minutos, aspire y me centré en el esfuerzo de volver al interior de la casa, allí encontré a ambas conversando muy cordialmente y sentadas a la cocina, apenas entré mi abuela hizo por levantarse y la detuve con una mirada de reproche, ella se quedo quieta y algo dolida, se tendría que dar cuenta antes o después que no puedo depender de nadie si quiero avanzar.

Me pregunto entre sorbo y sorbo el por que estaba en mi cama Mel, me eché a reír, eso eran celos en estado puro, la miré y dije que vino a darme consuelo  tras una  pesadilla recurrente y me miro algo incomoda, supongo que se sentía mal por no haberse dado cuenta, le explique que la note tan agotada que tras abrazarla ella se quedó dormida, y la dejé dormir, no era toda la verdad pero tampoco iba a inquietarla y romper la confianza de su pareja en mi.

Pase el día alejándome de mi abuela, poniendo distancia entre ambas y negando su ayuda cuando ella lo intentaba, finalmente  se marchó a la taberna molesta, así seguimos tres días más con la visita de Mel para inyectarme los calmantes, en esos momentos me explicaba el como notaba a mi abuela y sus mejoras en el descanso y que la tensión ya no andaba por las nubes, todo un alivio el que ella se estuviera recuperando aunque no admitiera que lo necesitaba.

El resto de la semana seguimos así, Natalia se ocupaba de los desayunos, Mel la comida y yo las cenas, así nos fuimos repartiendo las horas para estar en la casa y asegurarnos de no pasar más percances, a la oficina ella solo subía el correo y yo lo archivaba, cada vez me sentía más fuerte, y entre Natalia y yo nos ocupamos de preparar las maletas, Mel de zanjar sus asuntos mientras yo tenia a mi abuela a mi lado, poco a poco Edmundo pasaba más seguido por correos, se fijaba en lo que hacíamos y tomaba notas, mi abuela aprovechaba para preguntarle cosas sobre los asuntos de la comunidad y su secreto, yo escuchaba en la distancia evitando meterme, de vez en cuando recibía miradas de soslayo de Edmundo, el se dio cuenta que estaba pendiente y un cierto deje de complicidad nació entre ambos, cada vez tenia más claro que era algo que no podría esquivar…

Llegaba el fin de semana y apareció corriendo mi doctora con los ojos brillantes y una sonrisa, me mostró un mensaje en el que aparecía la localización de su hija, ambas respiramos felices y aliviadas, la volveríamos a ver en unos días.

Justo pensábamos en eso cuando entró el ex, yo cogí el móvil para que el otro no se diera cuenta, ni siquiera se percató de mi gesto, en dos segundos la oficina estuvo llena de gritos y amenazas, reclamaba a su hija y ninguna le respondimos su desprecio cayo sobre mi además de tratarme de lisiada, la ira me consumía, el se lanzó sobre Mel cogiendola del cuello, yo me levanté gritando, la agitaba y en un instante en que vi como ella caía al suelo forcejeando con el encima, cogí el teléfono de la oficina que era antiguo y pesado y se lo lance a la cabeza, lo dejo muy aturdido, las puertas se habían abierto segundos antes dando paso a Edmundo que siempre se acercaba a la hora del cierre, no tuve tiempo de decir nada, en un segundo el hombre era arrastrado al exterior sujetado por el cuello de la camisa, pataleaba como un niño y gritaba rabioso, un gemido me confirmo que ella seguía consciente y me apresuré por llegar  a su lado con mi silla de ruedas, un chichón se le notaba a la frente, sus nodillos raspados en el forcejeo, su garganta mostraba las marcas de las manos de él,  le costaba respirar, unas lagrimas ya caían por su rostro y sus ojos enrojecidos por un llanto que contenía, entre temblores logró ponerse en pie, decidí que esa noche debíamos marchar, primero al apartamento y luego con Serena. Llame a Natalia la única que sabia el lugar donde estaba el apartamento del que me habló, le conté lo sucedido y se alteró, le pedí que mi abuela no supiera nada, que viniera leí una nota que me extendía Mel, me sorprendía que fuera capaz de escribir en ese estado, en el papel pedía una pomada, se lo pedí a Natalia y enseguida me colgó, me levante y ayude a sostenerse a mi doctora y en esos instantes protegida, apenas ella me abrazó las puertas se abrieron de nuevo, un policía seguido por Edmundo entró presentándose, no hacia falta ya lo conocíamos, supongo que por cortesía  y pidió que le contáramos lo sucedido, así lo hicimos y Edmundo lo corroboró todo, nos ofreció su ayuda y escolta, nos negamos y así se retiró.

Las cosas se estaban volviendo muy violentas, me sentía como si reviviera los días que pase en la locura de Estela bajo los golpes de Jacobo, mis dientes rechinaban mientras la guiábamos a un asiento, pedí la atención de Edmundo y le expliqué lo que tenia en mente, la camioneta de correos para el exterior debía salir en tres horas, en su interior saldrían su abuela y Mel, le pedí que condujera él como de costumbre y las llevara fuera de la isla, también sus enseres, le expliqué que  a la mañana siguiente iríamos Natalia y yo, así evitaríamos más sospechas, era lo que teníamos pensado para dentro de dos días, las cosas se precipitaban, Mel me miró fijamente y me tocó confirmarle que yo cogía el mando de nuestra situación así como del puesto de mi abuela…

Edmundo me abrazó impulsivamente y fui consciente de cuanto había esperado mi ayuda entre tanta gente mayor, casi todo debía de depender de el y unos pocos, por el momento no me iba a preocupar de eso, ahora era proteger a mi familia de la locura de ése hombre.





CONTINUACION DE LEALTAD FUERA DE LUGAR



Las dudas y preguntas se me acumulaban en la cabeza, ella era la única que podía aclarar muchas, también la única persona a la que podía confiar mis temores y emociones, sin embargo en ese instante un nuevo sentimiento afloró en mi interior, nada de lo que le pudiera contar podría definir ni la mitad de lo que en mi había, otra persona me causaba más cercanía y confianza a la vez que recelo o temor a no recibir el trato esperado, supongo que tengo mucho que aclarar todavía y mas conmigo misma que con lo que me rodea….

Aguarde a que pasara el resto de protocolo en el que ella dejaba de ser originalmente la segunda al mando del sistema a cambio de ser una confidente y guía, solo bajo mi supervisión tendría acceso a dichos directorios o en todo caso si concedía mi permiso tras una solicitud al sistema, así nunca pasa desapercibido cualquier movimiento, tras este punto solicito el informe de últimos accesos a la información así como de solicitudes pendientes de los colaboradores o agentes bajo nuestra supervisión, el sistema se negó solicitando mi permiso o el de Estela, así se comprobó que la base se encontraba a nuestra completa disposición sin restricciones ni interferencias de autoridad, su mirada se centro en mi persona esperando mi permiso, lo concedí, algo que tenia muchas ganas de conocer, era la identidad de quienes estaban a nuestro servicio, lo primero que pude comprobar que cada uno hacia uso de un seudónimo y que si no se accedía a la ficha no se reconocía su identidad real, así que antes de tomar conciencia de todo decidí volver a buscar a mi nueva compañera designada a ser mi superior, para que entre ambas abordáramos a cada uno de los componentes a investigar y comprobar su lealtad antes de confiar en ninguno, también investigar que tenían entre manos cada uno a nuestro servicio y al servicio de la corona, siempre hay agentes dobles y siempre cuesta conocer hasta donde llega la lealtad de algunos, incluso cuando cambian de intereses…

viernes, 20 de abril de 2012

CONTINUACION DE MI DESCONOCIDA


SERENA


Bajo la mirada de los curiosos seguí buscando los objetos necesarios y aquellos de la lista que tenia pendientes, dos veces volví a la vivienda a dejar lo que ya cargaba en la cesta de la bici, a ultima hora tuve dos peticiones inesperadas de comprar un par de cosas mas, el tanto moverme me vino muy bien, cada vez me sentía mejor y la carga interior ya no me pesaba de la misma manera. Mi móvil sonó varias veces mientras pedaleaba, miré el numero y al no reconocerlo la memoria de éste lo ignoré, no tenia ganas de ocupar mi mente en nadie y nada por el  momento, por ahora quería seguir siendo una desconocida para el mundo, ese detalle tan insignificante me hacia feliz.

Cuando al fin termine con los encargos, volví sintiéndome en paz y más relajada, usé la llave que Adela me presto, tras entrar al taller y recolocar la bici, saque las bolsas de la cesta y me giré decidida a subir las escaleras y reunirme en la cocina con Sam  y Adela, algo llamó mi atención antes de llegar a la puerta interior, me volví  acerqué a la mesa de trabajo, en ella oculta bajo un trapo reposaba una nueva obra o tarea, dudaba de si mirar y más pensando en no invadir su espacio e intimidad.

Sintiéndome bastante entrometida me vuelvo dándole la espalda a la mesa y decidiendo no curiosear ni ofender a la anfitriona, asi que dando mi primer paso hacia la escalera quedo parada en seco, ella está en lo alto de la escalera mirandome, darme cuenta que ella me estaba observando me ha puesto tan nerviosa que no me salen ni las palabras de disculpa por estar al lado de la mesa, ella baja sin decir nada, se detiene frente a mi y muy cerca, luego me rodea y mira su mesa en silencio, yo apenas me vuelvo y ella se gira rápidamente me quita la bolsa para luego sujetarme y empujarme escaleras arriba, una vez cierra la puerta un simple vamos, echa andar hacia la cocina conmigo detrás muda, supongo que no tiene nada que decir o si que esta molesta por acercarme…

Adela prepara la cena sola en la cocina, es temprano y en mi opinión podríamos preparar un café para la tarde a lo que responde que eso se hace en un minuto y que es mas aparatoso hacer la cena y bueno así solo seria servirla y disfrutarla, además se gasta menos luz, todo eso mientras iba y venia cogiendo ingredientes, intentaba ayudar pero ni siquiera me lo permitía, acabe sentada a un lado de la mesa mirándola o mas concretamente perdida en el recuerdo de la llamada.

Como si fuera clarividente el teléfono vuelve a sonar, esta vez respondo y todo mi ser se congela en un pálpito de mi corazón.

-         Serena, soy Diana, veras han pasado algunas cosas y me gustaría conocer tu dirección en caso de necesidad, se que ahora necesitas estar lejos de todo, pero también es necesario saber que estas bien y poderte llamar si tu madre necesitara tu ayuda, ten conciencia cariño,…

La voz de diana era ronca, algo seca y con un deje triste, no parecía ella siempre llena de vitalidad y optimismo, ¿seria que Tiara había empeorado?, un frío helado me recorría el cuerpo y el miedo me dejaba muda, no era capaz de pronunciar palabra, el rostro de Tiara ocupaba mi mente… solo atiné a pasarle el móvil a Adela, ella me miro muy entrañada mientras lo cogia y solo conseguí a modo de explicación decir dirección, parece que ella comprendió y atendió mi llamada.

-         Buenas tardes, soy Adela la dueña del piso que ocupa Serena, ¿que desea?.

-         Buenas tardes, llamo en nombre de la madre de Serena, en estos momentos pasa por unos momentos difíciles y bueno esta preocupada por ella y necesita su dirección en caso de necesidad, si a usted no le importa, por cierto ¿Qué le pasa a ella, por qué no habla?.

-         Digamos que se ha quedado impactada al escucharla, supongo que se le pasara un rato, si este es su numero le mando por mensaje la dirección desde mi móvil y así no la pierden, si necesitan algo mas aquí estoy, eso si, no quiero problemas de ningún tipo, si ella esta de acuerdo les envío la dirección si no tendrán que esperar, solo les digo que esta bien y que estén tranquilas.

Colgó y dejó el móvil a la mesa, se puso a lo que estaba antes y yo seguí silenciosa, seguía sin saber si ella estaba bien, si mi madre no me llamaba personalmente es que algo iba muy mal, cada vez mas nerviosa y asustada y sin comprender nada.

Debí empezar a llorar sin saberlo, cuando me di cuenta ella limpiaba mis mejillas de lágrimas, se sentaba a mi lado y me preguntaba si quería que supieran mi dirección yo negué, no se por que, pero no estaba segura de que pensar al ver que intentaban saber donde estaba, ella asintió y luego me empezó a preguntar por mi madre, de alguna manera comenzamos con su divorcio y que guardó en secreto que estudió medicina y en donde ahora vivía todos la adoraban de las intenciones de mi padre, a lo que ella chasqueaba la lengua en desaprobación, de alguna manera me negaba a tocar los recuerdos de Tiara hasta que ella preguntó quien era la mujer del teléfono, guardé silencio sin saber como explicar su relación sin exponer lo que sentía por la nieta, si contaba lo de la relación con mi madre daría la impresión de que me molestaba o lo rechazaba, no era el caso, no me quedaba mas remedio que contar el porque me marché.

Apenas abría la boca intentando explicarme entró Sam interrumpiéndome y tomando el relato en sus manos, me sentí aliviada y muy agradecida…

-         Serena se enamoró de la nieta de esa mujer, la cual ahora tiene una relación con la madre de ella, a su vez yo he estado mucho tiempo con la tía de Serena, mi relación ha quedado rota y lo que siente Serena por alguna razón no le ve futuro, eso te lo ha de explicar ella, básicamente así están las cosas, y perdonar que me entrometiera, la he visto tan afligida y apurada buscando el como explicarlo que he intentado ser lo mas clara y simple que he podido.
-         Gracias sam, no sabia como decirlo…
-         Bueno esto aclara mucho, ahora entiendo esa tristeza y abatimiento que os noté ayer, bueno creo que por hoy ya hemos tenido suficiente de verdad o prenda, si os parece termino de meter la cena al horno y subimos a la terraza juntas, la brisa de la tarde es muy agradable, creo que será un lugar adecuado para anécdotas del pasado.

Tras estas palabras nos dejo a las dos sin palabras, terminó de meter unas colas de merluza con tomate al horno y recoger los desperdicios y sobras, me levante mirando a Sam que  no me quietaba ojo, agité mis hombros a modo de indiferencia, no tenia palabras y menos tras desvelar la verdad de que estemos ahí, un torbellino de pensamientos y de emociones me ahogaban, lo de la noche pasada, la marcha fortuita y la carta, era como si mis emociones estuvieran estancadas otra vez en esos hechos, volví a sentarme descompuesta, la llamada de Diana, el no saber que iba mal, todo a mi alrededor giraba o era mi cabeza, no lo se, al menos hasta que noté el frío suelo en mi cara y la nada.

El dolor de cabeza y el brazo me sacaron de mi sueño, o al menos me dieron aviso de que despertaba, no recordaba cuando me acosté ni nada, al menos hasta que abrí los ojos y me di cuenta que no estaba acostada sino sentada en un sillón, y rodeada por Sam y Adela que susurraban aliviadas de que despertara, me costaba oírlas y mucho mas entenderlas, toda mi cabeza palpitaba y las punzadas del brazo casi hicieron que me encogiera sujetándomelo, me detuvieron al primer intento, hablándome despacio, Adela me vendaba la cabeza y Sam me mantenía erguida, mientras esperaba a que me dejaran moverme fui recordando la caída, luego el resto, ya me sentía tan mal que lo anterior no me afectaba tanto, solo quería tumbarme y estar tranquila.

Noté como me vendaban la mano, antes me pusieron una crema y me dijeron que me había lastimado la mano, que no estaba rota pero que no debía forzarla y que me había echo una brecha en la cabeza al caer y tuvieron que hacer unas curas y vendar primero, que estuvieron preocupadas por que no despertaba y que era mejor que no durmiera de momento, era peligroso, eso me hizo recordar cuando tuvimos un niño en la casa por una conmoción y mi madre daba esas instrucciones a la madre del niño, sabia que era cierto y que debía aguantar las ganas de dormir, la vista estaba tan desenfocada que me era imposible distraerme, necesitaba conversación, aunque me doliera la cabeza tanto que no pudiera pensar con claridad.

Adela se sienta a mi lado, con suavidad me cuenta cómo conoció a la mujer de su vida, la de bromas que le hizo durante un viaje hasta que ella fue cara a ella dispuesta a destrozarla y reclamarle sus ofensas, esperó a tenerla cerca de solas, tan furiosa estaba que cuando la tuvo enfrente no vio la tranquilidad y diversión de Sara, así se llamaba, la miro rabiosa y apenas abría la boca Sara la besaba, con una pasión que la conmociono tanto que no pudo decir nada, solo mirarla, tan absorta estuvo en lo que había hecho que tardo en darse cuenta de la felicidad que sentía y el calor que la llenaba, luego no sabia si sentirse emocionada o rabiosa, Sara lo arregló cogiéndola de la mano y llevándosela a su caravana y confesando que desde el principio intentó llamar su atención y no se atrevió hasta ahora a declarar lo que sentía.

Esa noche la pasaron juntas, y siempre que se separaban por trabajo una de las dos viajaba un finde para estar juntas, así hasta que volvieron juntas a su casa cuando su madre enfermó, allí se instalaron y viajaban muy seguido, de ahí tantas aventuras que disfrutaron, luego cuando ya los viajes dejaron de tener interés se acomodaron a la vida de campo, cuidaban de un campo en el que cultivaban sus hortalizas, paseaban en bici, leían juntas y salían a la ciudad a por películas además de pasar un día o dos lejos de todo, la discriminación de algunos se le hizo muy dura a Sara, nunca se tuvo que molestar en luchar por defender su inclinación, tampoco veía por que tenia que defenderse, ella solo pedía respeto y dignidad, no fue fácil hasta que en la época hippie varias tribus de ellos acamparon cerca y los consideraron peor, ya no fueron la principal razón de rechazo.

Solo algunos con un rencor muy profundo seguían molestándolas, hasta que un día uno de ellos borrachos intentó sobrepasarse con Sara, Adela no permitió las intenciones del otro enzarzándose una pelea cuerpo a cuerpo con el hombre, la rabia que la movía era mayor que las fuerzas del otro, este acabo en el suelo indefenso, desde ese día nadie osaba cruzar cierta línea, tuvieron miedo de lo que fue capaz de hacer y por otro lado el agresor se sintió tan avergonzado que era más cólera lo que lo llenaba por ser vencido por una mujer y a la vista de todos que lo que hizo por si mismo…

Desde ese día, vivieron con una cierta tranquilidad y paz, la nostalgia a viajar las movió años más tarde, volvieron a salir fuera a visitar los lugares en los que estuvieron, Sara le ocultó que un tiempo atrás le diagnosticaron un cáncer cerebral, imposible de operar, ese viaje era su despedida y regalo a ella, tras éste se descubrió que ya no le quedaba tiempo, Adela tomó a mal que lo callara, se enfureció con todo tanto que no fue capaz de recriminarle nada, solo callar y llorar, no se separó de su lado mientras seguía furiosa por que no la podía curar, por que la perdía, hasta que una noche Sara confeso que quiso viajar para pasar sus mejores momentos otra vez juntas, para recordar el como se enamoraron, y revivir su amor por ultima vez, que no tenia nada que reprochar a la vida por que la había vivido a su lado, esa noche todos sus demonios marcharon y la mañana Sara también.

Aun con todo ese tiempo, seguía amándola, descubrió en una carta oculta en una foto los últimos deseos de Sara, ella seguiría en su corazón pero eso no le debía impedir volver a ser feliz al lado de otra mujer, y si ese momento no llegaba que nunca se negara ser feliz o hacer feliz a otra persona igual que lo fueron juntas, que se reunirían de nuevo y volverían a ser felices juntas…

Era tan conmovedor que las lágrimas humedecían mi rostro, no me importaba llorar, eso era amor, eso era lo que yo quería con Tiara, y era lo que ella tenia con Celeste…

-         Hable con Diana tras desmayarte, Sam te cargó hasta aquí pero ninguna sabíamos si padecías algo  y tampoco de tus alergias, asi que llamamos y nos quedamos tranquilas cuando nos dijo tras preguntar a tu madre que se puso muy alterada, que no sufrías nada serio, y tampoco alergias, le dije que llamaría cuando despertaras, perdóname si te parece mal, tenia que hacerlo.

No dije nada, me recosté en su hombro haciéndole entender que no pasaba nada, seguía pensando en Sara y ella, en Tiara y yo, y luego en si podría estar con Adela el tiempo que durara sin penar en ella…

Adela me dejo un rato sola, se llevó mi móvil y unos diez minutos después volvió, se la notaba algo feliz, como si algo hubiera cambiado, hasta se la notaba divertida por algo, eso me gusto, al menos no estaría preocupada por mi, y si ella podía hablar con mi madre y calmarla mejor, no me sentía con ganas de explicarme ni de enfrentar su preocupación sin sentirme culpable… supongo que seguía siendo una cobarde al no dar la cara todavía.

Tras dos horas en las que me contaba curiosidades y su historia, me pidió que descansara, que ya había pasado tiempo suficiente como para descartar la conmoción y que ahora solo tendría que despertarla cada cierto tiempo, me sentía agradecida de poder dormir y descansar, la cabeza ya me pesaba mucho, cerré los ojos y dormí, todavía no estaba en mi cama, tampoco me importó me podía el cansancio.

Al caer en el sueño, muchas cosas dieron vueltas en estos, emociones, pensamientos, preocupaciones y recuerdos, cada vez que el beso que compartimos volvía a mí, todo lo demás nada importaba, era como si un beso, un solo beso, despejara todas las dudas y dolor que llevaba en mi, ese momento fue el mejor que tuvimos juntas, el momento que la tuve para mí, ella se entregó sin dudar, tuvo miedo de lo que sentía, tuvo dolor de retenerme cuando su accidente, y me deseo siempre, una y otra vez todo rondaba mi mente en mis sueños, y algo me abofeteaba cada vez que me negaba a escuchar, “cobarde”, y despertaba, Adela seguía  a mi lado, Sam tomaba un café a su lado mientras jugaban a las cartas, me miraban silenciosas, yo volvía a cerrar los ojos y otra vez todo empezaba, después de seis veces, la cosa ya no me alteraba, simplemente me acostumbre y lo ignoré deseando soñar cosas mejores.

Estuve dos días así, el cuerpo agotado, un medico me visitó, luego extendió unas recetas para que me trataran y se marchó, no se le veía muy a gusto, una semana mas tarde evitando hablar y escuchando los viajes de Adela con Sara, comencé a volver a entablar conversación con ella, incluso comentando de escribir sobre sus viajes y descubrimientos y vivencias, lo hizo todo más ameno, ella se había abierto a mi con su pasado y yo seguía callando, no paraba de darle vueltas, antes o después llegaría el momento, así fue. Una tarde al jardín recordando nuestro encuentro en el faro empecé a narrar nuestro encuentro y lo que sentía, después de ese primer paso, se me hizo más fácil seguir hasta que llegué a mi marcha, me derrumbe.

-         Serena, intenta calmarte, me gustaría decirte algo, te he escuchado y me doy cuenta de algo, ella nunca te dijo te amo, pero tu siempre sentiste que ella era para ti, tampoco ella te dijo lo de Estela, y en ningún momento te dijo que la siguiera amando; puede que ella la amara, puede que siga llorando su perdida, pero si los lazos dejan de fortalecerse, la relación que como algo pasado, la amo, pero no creo que te besara así sin sentir nada hacia ti, tampoco creo que pueda guardar celibato una vida entera por alguien que ha fallecido, y por lo que me has contado, no se dejo seducir, nada le impedía darse un gusto, solo creo, que ella no quiere que la compadezcas, ni que sufras por ella, pero si lucha contra lo que siente, si se resiste estar con otras y te besa a ti… creo que eres tu quien se precipitó, quien le ha dado la espalda por no saber superar lo que pudo sentir por esa Estela, no le diste la oportunidad a explicarse, tu misma decidiste por ambas, supongo que cuando uno esta dolido no es capaz de ver las cosas desde fuera de la situación, asi es como yo lo veo, ella ha hecho todo por alejarte, tu te has rendido y ella ni siquiera ha podido decir nada con respecto a Estela, creo que falta su versión de lo que siente antes de dar todo por perdido…

Ahora ya se por que no paraba de tener el mismo sueño, y la misma acusacion tras mi desmayo, inconscientemente llegué a la misma conclusión, supongo que no estaba lista para aceptarlo, ahora he de pensar en que hacer, si en volver o quedarme, en si sigue siendo tan importante o lo que tengo ahora con Adela lo es más; no me puedo creer que plantee algo así, Adela es mi confidente y puede que algo más, una amante, pero Tiara es a quien quiero a mi lado, a la que quiero demostrar lo que siento, y con quien deseo ser feliz … Tengo que volver y aclarar una vez por todas todo.

miércoles, 18 de abril de 2012

MI AMIGO Y MAESTRO EL AMOR.


En la niñez no existía nada mejor que todas las atenciones que se reciben levantándote día a día en busca de nuevos descubrimientos, los padres te colman, los abuelos te consienten, los tíos te animan e incitan a provocarles, ese sentimiento inocente que te enseña a buscarlo, a conseguirlo, a regarlo con una sonrisa, un beso o una mirada plena hacia aquellos que siempre han estado compartiendo esos días pasados por un sentimiento común, amar, querer por ser alguien especial en sus vidas o en las de uno mismo.

Nunca nos planteamos que nos muestra ese sentimiento que siempre nos guía en nuestras vidas y nos empuja a acercarnos al mundo, a conocer mas de él, a extasiarnos con aquellos que nos elevan a un pedestal o a entregarnos por otros a los que adoramos, nunca pensamos en las lecciones que recibimos de ese sentimiento, las que nos imparten los que nos rodean queriéndonos, buscando nuestro bien o un trato justo, nunca sabremos en su momento cuanta razón tendrían o en su contrario equivocación, pero siempre acaba surgiendo su abrazo o su lección en nuestras vidas…

Amor, es un sentimiento tan voluble y sorprendente, nunca es suficiente, siempre es cambiante, y si llega te llena y cuando marcha ese sabor amargo te deja con tantos pensamientos del por que llego o por qué terminó, que con el tiempo empezamos a comprender otros aspectos de ese sentimiento, en ocasiones no se recibe bien, todo depende del ser humano.

La razón siempre molesta buscando una justificación, nunca pensamos que no hay un punto clave, el miedo siempre huyendo de la verdad, cuando le es difícil entregarse a otro o por temer ser rechazado, entonces es cuando llega el dolor por no ser sinceros, la ilusión dando ánimos sin parangón, creando un ambiente entusiasta y sin reservas y cuando llega el feliz momento si la emoción no es correspondida llega el abordamiento del desengaño y la decepción, lastima cuando uno por un bache pierde la confianza, la seguridad excesiva siempre es un problema que regala dosis de prepotencia, crea temor alrededor y cuando se acerca si uno se siente atrapado pronto busca escapar para no sentirse asfixiado, eso si la prepotencia esta dispuesto a ceder terreno o no se da por aludida, es cuando nace una obsesión mal sana, son tantos los precedentes….

Durante nuestra existencia nos acompaña siempre esperando su oportunidad de darnos un soplo de inspiración y emoción, de ilusión por conocer a quien nos encandila, en encontrar un detalle que emocione a esa persona, en robarle el primer beso, compartiendo miradas cómplices, encontrando momentos inolvidables juntos, descubriendo secretos, deshojando la timidez, adorando sus virtudes y sufriendo sus defectos y siempre volviendo a sus brazos, añorando sus ausencias, sonriendo sus gracias, y así va naciendo y creciendo ese amigo que nos acompaña y se muestra en la mirada de la persona amada, en la mirada de quienes siguen a nuestro lado, en el gesto amable de quienes nos aprecian, parece invisible,  y siempre sigue ahí a la expectativa.

Cumple su propósito, hacernos feliz, no siempre acierta pues si así fuera que sencillo seria todo, y si se equivoca no hay más que perdonar y volver a abrazar la vida y soñar con alguien que te llene…

Si se duda de algo, solo hay que volver el rostro al pasado, contemplar sus encuentros en tu destino, contemplar sus idas en cada ruptura, sus deslices en momentos de tensión y si te fijas, veras en la distancia que te espera para despedirse siempre que algo no sale bien, solo hay que recordarle… y te regalara una sonrisa fugaz.

LIII

LIII


Esa tormenta de fuego
Que ahoga el pensamiento,
Esa quemadura que escuece
En la piel dorada,
Ese rojo que seduce
Cuando hablas….

No hay modo de sofocar
El ardor que crece,
No hay modo de consumir
Las llamas que me recorren,
No encuentro tu ser a mi lado
Para aliviar nuestras ganas,
De quemarnos y dorarnos
Al ritmo de nuestros besos,
Al roce de nuestras caricias,
Al ansia de nuestro deseo….

Es difícil ignorar
Ese magma que me recorre,
Es roja mi sangre
Y quema como mis sentimientos,
Los mismos que se reflejan
En esos ojos ardorosos,
Por los que me derrito
Al mirarte…

Dejas que anhele tu valle,
Que implore por tus montes,
Que le cante a los luceros,
Mientras escucho al ruiseñor
En esa voz calida,
Que mece mis sentidos
Mientras me seduces,
Son dulces susurros
Que el agua lleva
En el rocío de mis lágrimas
Por no tenerte….

LII

LII


En esa mirada traicionera
Que esconde ese sentimiento perdido,
Oculta la verdad maldita,
De un amor no correspondido.

La ira se yergue
En un lamento infinito,
Un corazón muere
En un triste latir,
El palpito moribundo
Del amor que murió
En manos de la culpa,
En el soplo del olvido,
En la pérdida de la confianza,
Para encontrar nuevos caminos,
Y así dejar en el pasado
Esos momentos compartidos.

Terrible verdad se cierne,
En una tormenta que el vendaval
Arrastra y arrasa la vida,
La esperanza se pierde,
Y con ella la fe y la felicidad
Caen a un pozo de oscuridad,
Ocultando su rostro,
Huyendo de la realidad,
Indigno temor que traiciona al valor,
Apuñalando la dignidad
Con el que un pasado se amo,
Sin dudas ni penurias,
Hasta el día de hoy,
Nunca se soñó con una rendición.

EROTISMO... DE UNA NOCHE...






La sensualidad de su mirada atrajo mi atención, nada mas que nuestras miradas se cruzaran en ese local repleto de gente, dejo de existir el bullicio, para ser sustituido por la atención constante de su presencia, de sus movimientos, donde mi mirada se volvía mas ávida y mis sentido mas hambrientos por la necesidad, pero esta era distinta, esa diosa que caminaba con la soltura de un felino, me atraía como una fragancia seductora, a la que no me pudiera resistir.


Era difícil comprender, la fijación que sentía por esa morena, de sonrisa sinuosa, que me miraba desde el otro extremo, sin recatos, dejándome en claro, que yo era su presa, o mas bien ignoraba que yo ya sentía la sangre hervir por el festín de tal presa, entre mis brazos, ella era la presa y yo la cazadora….

lunes, 16 de abril de 2012

INSURRECCION





Vivimos entre la avaricia, en una tierra de locos condenados a una existencia rica que nos empobrece y nos consolamos en el sueño de un futuro plagado de abundancias, en sí solo queda conformarse en la espera que todo mejore...

el estado actual es deprimente, seguimos las directrices de la especulación de los bancos, en la confianza de los gobernantes, caminamos entre las hojas del otoño, llega la fría verdad, el viento nos arranca lágrimas a la vez que acalla nuestro llanto de impotencia, no somos nadie...

el gobierno pecó en confianza olvidando ser cauto y previsor, es un órgano confiado que dona sangre española a terceros, exigiendo al pueblo un sacrificio que ellos desconocen, bien mirad somos Job, entregando a su dios a su primogénito en sacrificio, así entregando lo único que nos queda para el pan de cada día... El superior sigue sin faltas, rico y amasando a nuestra costa, ocultan el desfalco y adquiriendo mas deudas, nos recortan derechos como si podaran a un árbol enfermo, pues si entre ladrones vivimos es normal que las arcas que nuestros impuestos llenan se hallen vacías, el pueblo no cobra ni paga, siendo realistas el paro es el nuevo consultorio a la enfermedad de este país, la plaga aumenta con la crisis, el desempleo es nuestra enfermedad, mientras el gobierno jugó con nuestra seguridad, con los bancos cómplices a un juego de dados se dieron las actuales consecuencias dejando a un pais indefenso, mientras nuestro imperio, nuestro mundo se desmorona...

en la vida las salidas son callejones, la solidaridad una fachada que se ceba del orgullo en vez beneficencia, en un error de equilibrio subsistimos, somos muchos y seguimos siendo más, si aclaramos ideas, no es que la natividad supere las estadísticas, sino que siguen llegando manadas del exterior en busca de la nuevas américas, la complejidad es de lógica, llegan de cualquier manera buscando calidad de vida, sin ser avalados u apadrinados por ningún compatriota nuestro, asegurando su lugar en este infierno en el que nos amasamos.

El balance, no precisamos de una báscula para ver la diferencia, muchos lucharon y se esforzaron en un futuro prometido, piedra a piedra cae ante sus ojos nuestro país, alzan la mirada al horizonte buscando la solución, no es agradable y sí sustancial, un puesto al extranjero volviendo a las raíces de nuestros comienzos tras la guerra, preparados se convierten en emigrantes en busca de oportunidades, un lugar en el que se valore sus capacidades con un futuro que les conceda un bienestar asegurado.

El compañerismo amordazado por el egoísmo, el mido y la necesidad, estos atan la buena fe al exilio, liberando la bestia que ocultamos en las sombras, antes dócil y bien apaciguada en la abundancia, ahora fiera y atroz ante el peligro.

El afecto la base de la fortaleza en nuestra humanidad, se ve dañado en éstos tiempos de secano, el coraje extenuado por la preocupación, la entrega se marchita bajo el sol de la desesperación, la esperanza es apuñalada por el mido y la inseguridad, finalmente un amor antes con alas plateadas y extendidas seguras del cielo azul al que echa su vuelo, cae mutilado al vacío en una ruptura eminente.

El poder es una mascarada, la seguridad un cambio de moneda a favor de la incertidumbre, el culto un fraile sin monasterio, seamos sinceros, la comodidad nos ha traído incompetencia, inmadurez y desdicha, desconocemos el valor y la moral, las bestias devoran nuestra indefensión arrastrándonos a la desesperación.

Olvidamos tanto... la riqueza en la que vivimos, nos atamos al concepto de cuanto tuvimos y es que nada es para siempre, todo tiene un precio, por supuesto si permitimos demasiado luego caemos, la riqueza es una ilusión y la pobreza una maldición, somos los únicos capaces de sacarnos las castañas del fuego, guste o no las decisiones, cueste lo que cueste seguir sobreviviendo, los manda más dirigen un país, ellos controlan una economía, hacen y deshacen unas leyes, nosotros, dirigimos nuestras vidas, sostenemos nuestras cabezas bien altas contra el viento, ya nos despeine su empuje, y seguiremos gritando y exigiendo un basta, al hipocresia con las que nos gobiernan, somos un pueblo, no un rebaño de ovejas.

domingo, 15 de abril de 2012

LI

LI

Melodía cambiante,
tenue sonata
de la noche y el ambiente,
siente su influjo y sigue, 
dale ritmo contiguo,
olvida el mundo en el baile,
levanta el rostro y sonríe
la música te envuelve.

Es la noche,
se belleza se refleja
en tu mirada oscura,
su influjo te consume,
meciendo tu cuerpo en sus brazos,
rozas la paz a su sombra
y hallas un nuevo ser en tí,
redentor del dolor y la esclavitud,
liberador del secreto silencioso
que en tu interior reside,
gloria, gozo y orgullo,
un nuevo comienzo vuelve
a ése camino castigado,
domando las penurias
en su haz divina
de la luz del cielo,
el arcángel batalla
en honor a tu templeza,
bendito su esfuerzo 
trayendo fe 
en la noche y su hechizo.

sábado, 14 de abril de 2012

CONFLICTOS

FAN FIC

(YUMI Y SACHIKO)



La luna lucia plena en un cielo estrellado, era la envidia de la muchacha que la observaba desde la cristalera de su dormitorio, el cuál mantenía a oscuras para no ser molestada, esas horas en su habitación a solas le eran de lo más acogedoras, quizás no fuera lo más adecuado para una chica de su edad en el puesto que ocupaba en una familia del porte y los lazos que mantenía su familia con las otras grandes familias, se podría dar lugar a comentarios poco adecuados, como el sufrir de melancolía u alguna otra dolencia emocional…

CONTINUACION DE MI DESCONOCIDA

TIARA


El tabernero salió de las sombras del almacén, tras de si se discernía una luz, conforme se acercaba se discernía el marco de la puerta que daba  a la cocina, el olor a fritura llegaba hasta el coche, el hombre con un paño en las manos se acercaba, en vez directo a la puerta del conductor como yo me esperaba, se dirigió a la parte trasera, comprobó que la persiana estuviera bien cerrada, una suya resonó en ella, seguida de un par de maldiciones y un ligero chirrido en el que se confirmaba el cierre completo de la persiana, parece que le faltaba engrasar o eso pude entender mientras protestaba del mal cierre de ésta. Tras mirar un instante nuestro coche, abrió el maletero sacando directamente la silla de ruedas, la llevó hasta donde yo me encontraba en el interior y la desplegó con suma facilidad ante mi, tras unos segundos comprobando la fiabilidad de ésta, se volvió hacia mí, abrió mi puerta y se acercó extendiendo sus brazos a mi, era como ver a un padre acogiendo a su hijo tiernamente. Edmundo es muy fuerte, en ocasiones me recordaba a un gladiador desaliñado, e incluso a un fornido leñador, en especial cuando iba con ese paño a las manos y andaba con su balanceo de macho… Casi todas las mujeres de la zona se volvían locas al verlo desfilar en los bailes con su traje y camisa abierta, esos momentos eran para mi como ver una novela de envidias y lujuria, solo tenia que ver como se les salía los ojos de las cuencas o babeaban sin darse cuenta.


Tras la barra parecía otra persona, una vez las tareas del negocio familiar no lo retenían y se quitaba ése aura de apelmazamiento, era como ver resurgir la virilidad y la tentación de un Dios griego deseado por simples mortales, eso si era digno de ver cuando sucedía, desde luego siempre fue mi espectáculo favorito, no por su belleza mas bien por la reacción femenina del lugar.


Sintiéndome algo incomoda, me dejé cargar hasta la silla, mi abuela seguía al lado de Melissa, con la mirada tomaba nota de todo cuanto sucedía a nuestro alrededor, su amiga la madre del Dios griego, Sofía, las acompañaba intercambiando palabras en voz baja, Sofía asentía algo tosca, de vez en cuando su bastón golpeaba el suelo, durante un par de minutos retiró su mirada de mi abuela y su atención se dirigió al coche, observó con detenimiento la capota abollada, ahora que yo lo podía mirar desde otro ángulo me sorprendía la suerte que hemos tenido, el motor parecía intacto y funcionaba perfectamente, en mi opinión era algo imposible ya que pensé que alguna pieza se abría desplazado o dañado y no parecía el caso…


La voz algo ronca de Sofía, se escuchó apenas en una plegaria de agradecimiento a los cielos, antes de sorprendernos con su revelación.


Menos mal que pedí que reforzaran el subesqueleto del vehículo, por las granizadas en épocas de bajas temperaturas, muchos han tenido que sustituir los propios por lo mismo, y pensé que no os vendría mal, por suerte ha servido para algo más.


Todas la miramos, ella encargó unas modificaciones al coche de mi madre, esa frase resonaba en mi mente sin comprensión alguna.
Me explico, ya que a Tiara le esta costando comprender; (eso viene a mi expresión, por que la mujer no puedo ocultar una sonrisa entre divertida y picara), cuando se jubiló el primer medico de la isla, el agradecimiento fue tal entre mis padres y el resto de los ciudadanos, que entre todos le regalaron una placa en el antiguo consultorio, yo y tu abuela éramos unas niñas entonces, con el siguiente todos acordaron un viaje antes de que supiera que se le pidió un sustituto, para cuando regresó y encontrarse que se le estaba dando puerta del lugar, bueno sus palabras no fueron dignas de recordar, ¿verdad Diana?, (mi abuela asentía algo divertida por su recuerdo, sin desviar su mirada de su pareja), con el anterior, ya que perdimos el consultorio tras una guerra y un incendio, la comunidad le concedimos la parcela en donde hoy reside el actual medico de Claustrom, no es ningún secreto que sea alguien desagradable para los presentes y la mayoría de la población,  además la parcela estaba destinada para un consultorio y no su lugar de residencia.


Mientras Sofía tomaba aire para seguir el hilo de sus pensamientos, mi abuela la interrumpió siguiendo con parte del conocimiento de la historia del lugar.


Igual que la biblioteca, fue trasladada al claustro y antiguo convento, en donde nuestros padres se casaron de jóvenes y nos contaban que la iglesia siempre estaba llena de religiosas de hábito y con sus rosarios en las manos orando mientras se celebraban los enlaces; desde la guerra en la que las religiosas fueron trasladadas y abandonado y seguidamente expropiado, no tuvo uso alguno y nos ocupamos entre todos de adquirir sus escrituras y propiedad en nombre del municipio, se aireó y restauró, con el tiempo se ha convertido en una parte de nuestro orgullo patrimonial.


Al conocer los dotes de nuestra Melissa, reconocer su buen hacer y el afecto y la integración que se ha ganado desde su llegada, que no viene a colación, fue nuestro deseo obsequiarle con todo nuestro agradecimiento, supimos que buscaba un vehículo mejor acondicionado para emergencias, al estar en una isla dependemos de una central de telefonía en la isla y bueno ésta reside en el mismo cuartel para casos de emergencia, estando a la taberna nos enteramos ya que el guardia de turno nos comento la buena nueva, así que tras meditarlo pedí algunos datos y solicité hacerme cargo del pago y de paso que reforzaran a conciencia el coche, es decir la factura esta cubierta, así como que el seguro se ocupará de los desperfectos, también tiene los cristales de seguridad. Al saber del ataque no pude dejar de santiguarme y sentirme aliviada por que no estuvierais heridas.


A Melissa se le saltaban las lágrimas, mi abuela la cogia de la mano a la vez que a Sofía, se sentía agradecida a su gesto, gracias al cual nos encontrábamos bien, el aprecio y la generosidad demostrada por el pueblo y ella nos tenía emocionadas. Desconocía muchos detalles y muchas historias de la adolescencia de esas dos y del pueblo entero en aquella época oscura de la guerra, la mayoría de la gente mayor del lugar en aquél entonces no eran más que críos, era increíble pensar en la cantidad de historias que podían guardar entre todos e incluso secretos de un entonces que muchos ya dejaron atrás al llegar nuevos tiempos.


Con la explicación de Sofía tampoco se aclaraba tanto secretismo, algo se me hacía muy sospechoso, sobretodo intrigante y mi curiosidad aumentaba con cada gesto casi imperceptible,  las circunstancias no acompañaban en esos momentos, y recordando un dicho de mi abuela, “la bebida siempre suelta la lengua y la confianza”, en otras me soltaba, “al lado de una botella de vino todo sabe mas confiado” lo que siempre me hacia sonreír pensando en la complicidad y la alegría que uno compartía cuando andaba chispado, eran momentos que siempre dejaban un camino abierto a indagar sin causar cautela, en ese punto debía decir, bendito sea el alcohol.


Escuchar el como nos vimos protegidas por un bien inesperado, nos dejo un rato fuera de contexto a todas, tardamos un rato en asumir y quedar conformes con la explicación dada, decidimos entrar al local con el resto de parroquianos y dejar el almacén iluminado por un par de bombillas que parpadeaban avisando de fundirse cualquier día, al llegar a la escalera caemos en la cuenta que no puedo subir con mi silla y eso significa que me tienen que alzar en brazos y cargar hasta el interior, no hay rampa y la puerta es estrecha para la silla si la hubiera, las miradas pasan a tres puntos de comprensión, la puerta, mi silla y el Dios griego, estaba claro que todas pensaban en una misma cosa, es decir el espectáculo y diversión, para todos los presentes al local, lo que atraería una semana de chistes y bromas… Mi abuela mirándome se echa a reír, no creo que mi rostro exprese conformidad o dicha, de seguro que el disgusto es patente, no me atrae para nada entrar en brazos por la puerta como una novia recién casada, espero que no saquen una toquilla para colmar la broma…


Apenas lo imagino ya me alzan en brazos, mientras me suben por la escalera escucho como hacen subir a Melissa, el sonido de fondo de un aire acondicionado amortigua sus voces además del plegado de la silla.


Al cruzar el marco de la puerta un olor a especias inunda mis fosas nasales, mareándome, en dos pasos del gigante que me carga o puede que tres ya estamos en la estancia principal, en cuanto nos ven un silencio sepulcral y al pasar la primera impresión todos estallan en aplausos y jocosos comentarios, “así se hace”, “viva la novia”, “que se besen”…


Edmundo ni se inmuta, da dos pasos más hasta la barra y un flash nos sorprende, un momento inmortalizado y los vítores siguen resonando entre risas, miro al cielo como pidiendo auxilio la vez que deseo ser tragada por la tierra, con esa foto que inmortaliza este momento no lo van a olvidar en la vida, un recuerdo así va a ser insuperable, al pensar en el concepto de recuerdo, me viene a la mente Estela, en el pasado que compartimos, en su padre, caigo en la cuenta en detalles que no me paré a pensar antes, mientras Edmundo se ocupa de la barra y no un sobrino que viene a suplir algunos horarios, Jacobo suele evitar entrar y si lo hace no se atreve a sobrepasarse, quizás sea la preocupación por su madre y la agresividad de éste desgraciado, lo que le retiene aquí, ya que no parece que la vida como tabernero le emocione en sí, seria algo muy loable por su parte, y para mi un gran alivio saber que no veré a Jacobo por aquí estando él al cargo.


Mi mente abarcó una nueva expectativa de la situación o mi futuro, pensando en como desencajaba aquí Edmundo, me pregunté si Selena no buscaría un lugar en donde encajar, si marcharía de ésta isla huyendo por que también se asfixiaría aquí, en un pasado era yo la que deseaba huir y no lo hacia por tener a mi abuela, solo pensaba en liberarme y lo veía como una cárcel, si ella pensara así, yo tendría mucho que considerar, es cierto que ahora descubría el aprecio que en verdad me tenían y eso cambiaba mucho mi modo de ver las cosas, ahora me preguntaba si podría marcharme y ya no le daba el mismo valor, en parte eso me preocupaba, por que significaba que ya no me importaba quedarme. Luego considere que si ella encontraba a alguien, si tendría fuerzas para renunciar a ella, ese detalle me llenó de dolor y el pecho se me contrajo mientras las lagrimas se agolpaban a los ojos y éstos me ardían.


Ahora era consciente que el perder a Estela no me causó el mismo daño que el echo de perder a Selena, en un pasado sufrí y me conformé a no tenerla, ahora me superaba el verme indefensa con un sentimiento tan puro que me llenaba y la vez me laceraba como una espada al pensar en su rechazo, ese sentimiento era algo mas que amor, era miedo.


Mis pensamientos me tenían tan distraída y sumida en mi mundo aparte, que al escuchar las risas y fijarme, pude comprobar que ya corría varias jarras de cerveza por la mesa, mientras o seguía con la primera. Sofía disfrutaba de ver a mi abuela después de un tiempo casi sin verse, parece que la bebida había conseguido relajar a Melissa, el estado de conmoción había pasado, Edmundo iba de aquí para allá sirviendo y recogiendo, un gesto furtivo llamó mi atención en una de ésas ocasiones, recogía la mesa que los guardias usaron unos cinco minutos antes para unos cafés antes de seguir con sus guardias y así conversar un poco con los parroquianos, en un gesto rápido se guardaba algo, al volver hacia la barra lo dejó caer en las faldas de su madre mientras recogía una jarra vacía de nuestra mesa, hice un esfuerzo por que no me descubrieran observando, la cabo de unos minutos se la pasó a mi abuela con una mirada llena de significado y complicidad, sentí que era mi oportunidad, ella metió la nota bajo la servilleta y se la acercaba a la cara disimulando, estiré mi manos en ese instante sin mirarlas y se la arrebaté de los dedos, ella grito sobresaltada, no fue un gesto que llamara la atención pues ya hacia rato que entre risas y bromas alguno que otro se le escapaba, las miraba a ambas mientras sostenía el papel, sintiéndome triunfante al tenerlas descubiertas, las desafiaba en silencio y esperaba alguna respuesta, al cabo de unos segundos el local se sumió en silencio y las miradas se centraban en mi persona….


No me amilané, miré directamente a mi abuela.


-Abuela, cuéntame todo, actuar como si fueras una espía en un lugar tan pequeño resulta muy llamativo, con conversaciones inconclusas, miradas con un significado desconocido, además de la complicidad constante y las notas, además siempre con los de tu quinta como tu los llamabas, no es la primera vez, asi que se acabó tanto secretismo.


Diana, ¿todavía no le explicaste?


No, Sofía, quise esperar a que eligiera su futuro, sabia que ella no deseaba quedarse aquí, no quise cargarla con este tipo de responsabilidad, luego pasaron muchas cosas y nunca le conté nada.




Ya va siendo hora vieja amiga, no la puedes tener a ciegas siempre.


Lo sé.




Empieza, lo que falte o necesites aquí estoy.


Gracias.


Ella seguía con la mirada perdida en la mesa, ya habían pasado cinco minutos y con sus manos entrelazadas  sobre la superficie de madera, no se atrevía a mirarme, le era difícil encontrar las palabras, así lo percibía yo, su voz resonó en el silencio en un tono ausente, la gente se había alejado y permanecía todavía callada, algo titubeante comenzó una historia que sonaba mas como un recuerdo que más bien no quería recordar.


“ Ya hace tanto tiempo que creyeron que el ejercito invasor destrozó el patrimonio de esta isla y saquearon cuanto poseíamos, además de nuestro espíritu, al estar aislados tardaron en devolvernos la libertad, estuvimos dos años a merced del enemigo, en ese tiempo quemaron varios edificios y descubrimos que el medico no era de confianza, resulto ser un vil traidor y ninguno acudíamos a pedirle ayuda, algunos cayeron por la enfermedad y entre nosotras descubrimos una partera, es decir Sofía, la gente acudía como si tal cosa a la taberna, su padre avisaba a Sofía y esta salía en la noche con alguno haciendo de acompañante para que llegara bien a su casa por que iba ebrio, siempre al lado de donde una mujer estaba de parto y allí acudía ella y ayudaba a traer al mundo al recién nacido, yo resulté ser buena aprendiendo contraseñas y descifrando y bueno bajo  la iglesia había unas catacumbas, en ellas se extendió un cableado que se uniera al del enemigo y recibir a su vez los comunicados  y ordenes, así supimos como iba la guerra y lo que nos esperaba, poco apoco urdimos un plan  para salvar todo cuanto  poseímos, ya que lo guardaron en la antigua clínica, todos los tesoros de la iglesia y la población estaban allí, lo que desconocía el medico es que en el sótano había una entrada secreta a un refugio en caso de emergencia y al cual no pudimos acceder al ser invadidos por sorpresa, llegaban ordenes de abandonar a sus tropas nuestra isla y llevarse todo, así que fuimos en la noche los jóvenes allí, como cinco ángeles caídos, éramos muy jóvenes para sopesar lo que cargaríamos una vida entera, nunca nos arrepentimos pero jamás pudimos olvidar lo que hicimos y vimos, ese hombre mantuvo a dos de las mas jóvenes encadenadas al sótano, las creímos  desaparecidas y muertas por causas de la guerra, no que nuestro medico fuera un depravado sexual, y por otro lado supimos que experimentaba con ellas científicamente e incluso con los cadáveres de nuestros allegados tras fallecer, muchas familias fueron fusiladas más por sus riquezas y posesiones que por traición o rebeldes en acción, por supuesto la avaricia y poder era el bien mayor de los que ocupaban zonas enemigas, por desgracia las dos muchachas estaban en sus ultimas, apenas les quedaba un suspiro de vida cuando llegamos, una de ellas enloquecida y la otra con la suficiente lucidez nos relato todo cuanto supo pidiendo justicia y venganza, la liberamos y sacamos de la casa ocultándola a la vista de ojos ajenos que nos delatara, tras eso ocultamos en el refugio todo, el medico seguía bebiendo al retén de vigilancia, así que nos sobro tiempo y no tuvimos ningún problema en prender fuego a lo más alto de la casa, soltamos a la otra e intentamos dominarla, escapó al interior cuando ya nos fue imposible rescatarla, huimos llevando con nosotras a la moribunda que tras ocultarla al almacén y concederle el santo sacramento falleció en paz. Todos acudimos dolidos al ver como había pasado sus últimos días Elena y Sonia, su tía no se separó del cuerpo de Elena hasta que tras el incendio lo enterramos, las tropas ya se preparaban para zarpar y abandonar su posición, el médico nunca sospechó lo que se le venía encima, esa misma mañana cuando zarparon y el bebía colérico por la perdida de la clínica  y todo cuanto había reunido en ésta, más su trabajo científico, la investigación con la cual las había torturado y profanado a nuestros seres queridos. No pensó que fuera descubierto y mientras los hombres se aseguraban que no quedaba ningún enemigo, las mujeres le rodeamos y bueno se le castigo de todas las maneras posibles y dolorosas hasta llegar la noche en el que le degollé delante del acantilado, el mismo por el que zarparon las tropas enemigas, ya que los nuestros habían cercado a los suyos y alejado dejándolos desprotegidos y sin refuerzos, sólo les quedaba marchar o ser prendidos, así rezaba el comunicado que recibieron esa misma noche en que incendiamos la clínica, el cuerpo del medico lo atamos a una soga con una roca  y así lo sumergimos en las aguas, no deseamos darle sepultura al lado de los nuestros, tampoco creímos que alguien así lo mereciera o tuviera derecho, dudo mucho que San Pedro le dejará pasar con las almas puras y de buena voluntad.”


Tras este relato, ella guardó silencio, a todos les conmocionó escucharla relatar recuerdos tan dolorosos, momentos tan difíciles que me cuesta creer que no les tocara la cordura entonces, también pensé en la gran fuerza de voluntad que todos poseían y ante todo lo unidos que se habían mantenido siempre sin olvidar quienes fueron y como siguieron desde entonces, reconociendo los pros y contras sin dejar de seguir adelante. Un carraspeo me indicó que ella se preparaba a continuar con su relato.


“En aquellos días nadie pensó más en lo que ocultamos al refugio, simplemente nos pareció que ahí estaba bien y ningún peligro correría, por lo tanto toda la guerra y la renovación del civismo y el gobierno siguió ahí, tras renovar el convento y acondicionarlo para que sirviera como biblioteca y algún que otro menester, decidimos trasladar a las catacumbas todo lo que allí en un pasado se protegió y usarlo para el bien común, la mayoría de lo que ahí se retenía preteñía a familias que ya no residían entre los vivos, así que antes de otorgarle tales posesiones al gobierno, lo guardamos para el bien del pueblo, ya que el mismo pueblo sufrimos por su valor y el egoísmo de otros, los jóvenes nos reunimos entonces y creamos una especie de guardia entorno a los nuestros, para protegernos de individuos como el médico, para ayudarnos entre si como en un pasado y guardar en nuestro silencio el sacrificio de aquel entonces que hoy en día los jóvenes ya no dan la misma importancia ya que piensan que son tiempos pasados, nos hicimos llamar los faroleros, ya que el faro nos sirvió en mas de una ocasión como lugar de reunión y refugio, al estar apartado también nos permitió defendernos cuando alguno se ocultaba en una fuga de ser fusilado… yo misma por ejemplo.”


Otra vez calló y la mirada de Sofía caía sobre mi con decisión, dejando asomar un colgante de plata con forma de faro, igual al nuestro, este difería en llevar grabado un año en su superficie, el año en que todo ese infierno terminó, conocía el tiempo de ocupación de las tropas enemigas, que muchos murieron pues muy seguido se contaba sobre las perdidas cuando los mas mayores les lloraban bajo algunas cervezas de más.


Mi hijo Edmundo me sustituirá en guardar lo que tantas lagrimas nos ha causado, y se usara para ir devolviendo la felicidad a estas tierras, por ejemplo, Jacobo es hijo de un militante de los que nos ocuparon, él no nació en la isla, su madre fue llevada por el militante, cuando dio a luz, ya estaba muy lejos y le fue imposible volver hasta que el niño tuvo unos años, para entonces toda la agresividad y malos perjuicios ya fueron inculcados al muchacho, nada se pudo hacer cuando regresaron, por cambiarle, es el estigma que nos ha quedado como herencia de aquel entonces, mi hijo fue marine hasta que en un simulacro algo salió mal y perdió parte del oído e incluso la vista de un ojo, lo consideraron inútil para seguir en sus líneas y lo licenciaron, desde entonces sigue aquí y forma parte de los faroleros como un guardián y protector, lo que tu abuela desea es que tu aceptes su lugar entre nuestros descendientes y así podamos respirar en paz.


Mis ojos seguían puestos en mi abuela, que se deshacía en lágrimas y caí en la cuenta de un día que ella me contaba una historia de su infantaza, las dos niñas que la acompañaban eran sus primas y se escaparon al faro a demostrar que no había fantasmas en lo alto, se llamaban Elena y Sonia, las mismas que fueron torturadas por el medico…