domingo, 1 de abril de 2012

CONTINUACIÓN DE MI DESCONOCIDA

SERENA

La comida transcurrió en un silencio algo tenso, cierto que no teníamos mucho de lo que hablar hasta que estuviéramos de vuelta sin las miradas de alrededor sobre nosotras, intentando indagar o presumir de quienes éramos o si para ellos pecábamos de los mismo que Adela, parece que seguía llevando sobre sus hombros las cadenas del pasado, con todo lo llevaba dignamente y no parecía que aquello la afectara en lo mas mínimo, en mi opinión la condena del perjuicio era como algo de arena que el viento arrastraba y no era mas que un molesto soplo en su vida, ninguno de ellos pudo impedir que realizara sus sueños o se embarcara en cualquier aventura que le viniera, testigo son sus fotos y ante todo no se privo de compañía u pareja, pues muchas aparecía con una mujer en común en la mayoría….

De alguna manera el pensar en esa mujer y todo me hizo recapacitar en lo que estaba viviendo con ella desde la noche pasada, en si no seria un consuelo por mi parte de ese sentimiento que me destrozaba, no era que se hubiera marchado por arte de magia pero bueno la nueva situación lo había menguado bastante, y ayudaba en pensar cuanto menos en ella y en todo en cuestión.

También me pregunte que esperaría ella de mi, que pensaría del echo de apenas conocernos dejarme arrastrar a su cama, finalmente en que intereses tendría realmente ella de mi o mejor si sentiría algo hacia mi aparte del deseo.

Mi mente dejó vagar mi imaginación por un tiempo indeterminado en la concesión de fantasías bastante disparatadas o románticas, a veces pienso que de cría leí demasiadas novelas románticas, otras que soy una empedernida de la emoción pura, en pocas palabras una soñadora sin remedio.

El postre y el café nos lo saltamos, ellas por abandonar tanta hostilidad y yo por que mi mente no andaba muy en el presente…

Como un perrito tras sus dueñas las seguía en pleno silencio ellas compartían bromas de un pasado sobre la situación de la homosexualidad y bueno algún cáliz de indignación les embargó muy seguido la voz, de vez en cuando salía la expresión, “a la silla”, por alguna razón me venia a la mente la silla eléctrica de ejecución americana, ruidos exasperados cada vez que salía a colación y bueno es que sino recuerdo mal el electroshock  fue el tratamiento para la supuesta enfermedad de doblamiento de la sexualidad…. Algo que en si no me gusta abarcar pues pensar en que mi madre pudo vérselas en una situación así en verdad me crea una sensación muy desagradable…

Al llegar apenas nos detuvimos en el umbral y enseguida nos rodeo la selva de su casa, enseguida la escuche como Adela decía de ir a la cocina a prepararnos un café antes de sentarnos a conversar sobre el piso o habitaciones así como de trabajo y puede que otros temas, esto ultimo medio riéndose, no tenia pensado nada en concreto cuando en vez quedarme a la sala como Sam fui tras ella a la cocina, en la puerta me recosté en el marco mirándola ensimismada como iba de un mueble a otro preparándolo todo.

Esa familiaridad con cada cosa o lugar, me traía a la mente otros recuerdos de Diana preparando la cena o un café, indirectamente me venia también a la mente recuerdos de ella buscando cosas en la cocina o comprobando si todo estaba bien o hacia falta algo un día antes de salir, me pregunté como seria verla en una silla en una cocina así preparando una merienda o el desayuno, si estaría sola o puede que ya tuviera alguien a su lado…. Instintivamente me eche la mano al pecho intentando apaciguar un dolor punzante que surgió al pensar en ella con otra, me retiré del marco me volví yendo al jardín y encontrando allí un banco me senté a las sombras, evitando mirar a Sam e incluso ignorando sus preguntas, necesitaba soledad.

Mi soledad no me duró mucho ya que Adela se acerco con dos tazas de café y se sentó a mi lado, me ofreció la taza y ahí se quedó en silencio, por alguna razón no me molesto su presencia mas bien agradecí su silencio y compañía. Así nos mantuvimos un buen rato tomando sorbos de café y mirando el verdor que nos rodeaba, cuando ya me empezaba a sentir mejor de la impresión y mas reconfortada, ella volvió a coger mi taza y la colocó al lado de la suya, me miro con cierta calma unos minutos, al final su voz resonó ronca y un poco tensa.

-         estuve conversando esta mañana con Sam, me contó su ruptura y de pasada de los sucesos que la rodeaban y bueno lo tuyo con esa muchacha, también que las dos marchasteis juntas, fui sacando mis deducciones y también decirte que estoy aquí a tu lado para lo que necesites y si te hace falta desahogarte o consejo te escucharé en cuanto necesites.

-         - gracias, lo único que en estés momentos no me siento con ganas de hablar de ello, solo quiero superarlo y encontrar mi camino sin mas tristeza, ella sigue amando a un fantasma y yo, yo no soy mas que un espejismo, peor no soy nada mas que una entupida que se enamoro de su tristeza…

-         bueno cuando te sientas mejor me lo cuentas con calma, y amores furtivos hay muchos e incluso de otros que te sorprenderías, y piensa que no es el fin del mundo arenque una se sienta así, siempre llega algo que te da una nueva despectiva.

Una hora mas tarde, las acompañé a la altura superior, y estuvimos viendo el ala que ella nos dejaba en alquiles para vivir mientras nos quedásemos allí, también nos contó las peculiaridades de las cañerías, el cambio de temperaturas, en dónde se pasaba mas calor o frío, e incluso nos explico como funcionaba algunos electrodomésticos y horarios para no molestar, las paredes al exterior eran gruesas, en cambio las del piso superior eran como la minas de papel en comparación del inferior, volvimos a la sala adyacente al jardín, ambas habíamos sacado dinero para cubrir gastos de limpieza y aseo, e incluso para necesidades y alimentos, teníamos una nevera en una pequeña sala con tele al principio del ala, apenas subir las escaleras, el aseo por desgracia seguía estando en el piso inferior, en una puerta algo apartada descubrimos una letrina algo olvidada, nos explico que le había cortado el agua por que no la usaba y de vez en cuando le daba un remojón, salio escaleras abajo muy animada, nosotras detrás, tomando nota de subir todo y comprar antes de que se hiciera tarde lo que nos hiciera falta, al bajar nos mostró una puerta al lado de la cocina, allí tras da a la luz, nos encontramos en una especie de trastero, en un lado cajas, en otro latas de pintura y una mesa de carpintería y esmaltes, un ligero olor a serrín y humedad envolvía todo, ella le dio a una lámpara que colgaba en medio de todo,  las latas apoyadas en unas estanterías, la mesa de carpintería  con una sierra circular a un lado, y unas maderas y varios troncos a su lado, en el otro extremo apoyadas a la pared cuatro bicis, dos de ellas ya con sus años encima y las dos que relucían sobre las viejas eran dos mountain bike, una blanca y otra roja, sobre ellas una lata de lubricante y un Bombin para hinchar las ruedas, hacia mucho que había olvidado lo mucho que me gustaba ir a todos lados en bici, una sonrisa asomaba a mi rostro y además unas ganas tremendas de darme una vuelta también.

Adela se deshizo en risas mirándome, desde luego mi rostro debía de mostrar la ilusión de una niña con un juegue que deseaba mucho por que desde luego me sentía como cuando niña mi hermano me enseñaba a manejar…  la mujer separo la roja de las otras, la colocó en medio de la estancia, se volvió y abrió las puertas de madera dobles que cubrían la pared frontal y estas daban a la plaza, entrando la luz de la temprana tarde, el aire despejo enseguida la humedad a cerrado que antes se concentraba y el frescor dio un gran cambio al ambiente, se notaba el polvo en las estanterías, también que la mesa de trabajo se usaba de manera asidua, tras despejar todo cogió un trapo que descansaba sobre las latas y roció con lubricante, luego estezo la cadena y piñones de la bici con éste, también cogió el hinchador y comprobó la presión de las ruedas hasta tenerlas lista, comprobó los frenos dando una vuelta de entrada y salida de la plaza adentro, una vez la noté conforme me la entrega y me empuja a que saliera con ella, soy incapaz de resistirme y me lanzo a la calle con ella, detrás llevo una cesta y otra delante, y con el viento de la velocidad dándome al rostro decido ir así a comprar todo lo que en la lista hemos apuntado, las dejo solas mientras me siento libre de todo, con muchas ansias de renovar todo cuanto siento.


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