viernes, 20 de abril de 2012

CONTINUACION DE MI DESCONOCIDA


SERENA


Bajo la mirada de los curiosos seguí buscando los objetos necesarios y aquellos de la lista que tenia pendientes, dos veces volví a la vivienda a dejar lo que ya cargaba en la cesta de la bici, a ultima hora tuve dos peticiones inesperadas de comprar un par de cosas mas, el tanto moverme me vino muy bien, cada vez me sentía mejor y la carga interior ya no me pesaba de la misma manera. Mi móvil sonó varias veces mientras pedaleaba, miré el numero y al no reconocerlo la memoria de éste lo ignoré, no tenia ganas de ocupar mi mente en nadie y nada por el  momento, por ahora quería seguir siendo una desconocida para el mundo, ese detalle tan insignificante me hacia feliz.

Cuando al fin termine con los encargos, volví sintiéndome en paz y más relajada, usé la llave que Adela me presto, tras entrar al taller y recolocar la bici, saque las bolsas de la cesta y me giré decidida a subir las escaleras y reunirme en la cocina con Sam  y Adela, algo llamó mi atención antes de llegar a la puerta interior, me volví  acerqué a la mesa de trabajo, en ella oculta bajo un trapo reposaba una nueva obra o tarea, dudaba de si mirar y más pensando en no invadir su espacio e intimidad.

Sintiéndome bastante entrometida me vuelvo dándole la espalda a la mesa y decidiendo no curiosear ni ofender a la anfitriona, asi que dando mi primer paso hacia la escalera quedo parada en seco, ella está en lo alto de la escalera mirandome, darme cuenta que ella me estaba observando me ha puesto tan nerviosa que no me salen ni las palabras de disculpa por estar al lado de la mesa, ella baja sin decir nada, se detiene frente a mi y muy cerca, luego me rodea y mira su mesa en silencio, yo apenas me vuelvo y ella se gira rápidamente me quita la bolsa para luego sujetarme y empujarme escaleras arriba, una vez cierra la puerta un simple vamos, echa andar hacia la cocina conmigo detrás muda, supongo que no tiene nada que decir o si que esta molesta por acercarme…

Adela prepara la cena sola en la cocina, es temprano y en mi opinión podríamos preparar un café para la tarde a lo que responde que eso se hace en un minuto y que es mas aparatoso hacer la cena y bueno así solo seria servirla y disfrutarla, además se gasta menos luz, todo eso mientras iba y venia cogiendo ingredientes, intentaba ayudar pero ni siquiera me lo permitía, acabe sentada a un lado de la mesa mirándola o mas concretamente perdida en el recuerdo de la llamada.

Como si fuera clarividente el teléfono vuelve a sonar, esta vez respondo y todo mi ser se congela en un pálpito de mi corazón.

-         Serena, soy Diana, veras han pasado algunas cosas y me gustaría conocer tu dirección en caso de necesidad, se que ahora necesitas estar lejos de todo, pero también es necesario saber que estas bien y poderte llamar si tu madre necesitara tu ayuda, ten conciencia cariño,…

La voz de diana era ronca, algo seca y con un deje triste, no parecía ella siempre llena de vitalidad y optimismo, ¿seria que Tiara había empeorado?, un frío helado me recorría el cuerpo y el miedo me dejaba muda, no era capaz de pronunciar palabra, el rostro de Tiara ocupaba mi mente… solo atiné a pasarle el móvil a Adela, ella me miro muy entrañada mientras lo cogia y solo conseguí a modo de explicación decir dirección, parece que ella comprendió y atendió mi llamada.

-         Buenas tardes, soy Adela la dueña del piso que ocupa Serena, ¿que desea?.

-         Buenas tardes, llamo en nombre de la madre de Serena, en estos momentos pasa por unos momentos difíciles y bueno esta preocupada por ella y necesita su dirección en caso de necesidad, si a usted no le importa, por cierto ¿Qué le pasa a ella, por qué no habla?.

-         Digamos que se ha quedado impactada al escucharla, supongo que se le pasara un rato, si este es su numero le mando por mensaje la dirección desde mi móvil y así no la pierden, si necesitan algo mas aquí estoy, eso si, no quiero problemas de ningún tipo, si ella esta de acuerdo les envío la dirección si no tendrán que esperar, solo les digo que esta bien y que estén tranquilas.

Colgó y dejó el móvil a la mesa, se puso a lo que estaba antes y yo seguí silenciosa, seguía sin saber si ella estaba bien, si mi madre no me llamaba personalmente es que algo iba muy mal, cada vez mas nerviosa y asustada y sin comprender nada.

Debí empezar a llorar sin saberlo, cuando me di cuenta ella limpiaba mis mejillas de lágrimas, se sentaba a mi lado y me preguntaba si quería que supieran mi dirección yo negué, no se por que, pero no estaba segura de que pensar al ver que intentaban saber donde estaba, ella asintió y luego me empezó a preguntar por mi madre, de alguna manera comenzamos con su divorcio y que guardó en secreto que estudió medicina y en donde ahora vivía todos la adoraban de las intenciones de mi padre, a lo que ella chasqueaba la lengua en desaprobación, de alguna manera me negaba a tocar los recuerdos de Tiara hasta que ella preguntó quien era la mujer del teléfono, guardé silencio sin saber como explicar su relación sin exponer lo que sentía por la nieta, si contaba lo de la relación con mi madre daría la impresión de que me molestaba o lo rechazaba, no era el caso, no me quedaba mas remedio que contar el porque me marché.

Apenas abría la boca intentando explicarme entró Sam interrumpiéndome y tomando el relato en sus manos, me sentí aliviada y muy agradecida…

-         Serena se enamoró de la nieta de esa mujer, la cual ahora tiene una relación con la madre de ella, a su vez yo he estado mucho tiempo con la tía de Serena, mi relación ha quedado rota y lo que siente Serena por alguna razón no le ve futuro, eso te lo ha de explicar ella, básicamente así están las cosas, y perdonar que me entrometiera, la he visto tan afligida y apurada buscando el como explicarlo que he intentado ser lo mas clara y simple que he podido.
-         Gracias sam, no sabia como decirlo…
-         Bueno esto aclara mucho, ahora entiendo esa tristeza y abatimiento que os noté ayer, bueno creo que por hoy ya hemos tenido suficiente de verdad o prenda, si os parece termino de meter la cena al horno y subimos a la terraza juntas, la brisa de la tarde es muy agradable, creo que será un lugar adecuado para anécdotas del pasado.

Tras estas palabras nos dejo a las dos sin palabras, terminó de meter unas colas de merluza con tomate al horno y recoger los desperdicios y sobras, me levante mirando a Sam que  no me quietaba ojo, agité mis hombros a modo de indiferencia, no tenia palabras y menos tras desvelar la verdad de que estemos ahí, un torbellino de pensamientos y de emociones me ahogaban, lo de la noche pasada, la marcha fortuita y la carta, era como si mis emociones estuvieran estancadas otra vez en esos hechos, volví a sentarme descompuesta, la llamada de Diana, el no saber que iba mal, todo a mi alrededor giraba o era mi cabeza, no lo se, al menos hasta que noté el frío suelo en mi cara y la nada.

El dolor de cabeza y el brazo me sacaron de mi sueño, o al menos me dieron aviso de que despertaba, no recordaba cuando me acosté ni nada, al menos hasta que abrí los ojos y me di cuenta que no estaba acostada sino sentada en un sillón, y rodeada por Sam y Adela que susurraban aliviadas de que despertara, me costaba oírlas y mucho mas entenderlas, toda mi cabeza palpitaba y las punzadas del brazo casi hicieron que me encogiera sujetándomelo, me detuvieron al primer intento, hablándome despacio, Adela me vendaba la cabeza y Sam me mantenía erguida, mientras esperaba a que me dejaran moverme fui recordando la caída, luego el resto, ya me sentía tan mal que lo anterior no me afectaba tanto, solo quería tumbarme y estar tranquila.

Noté como me vendaban la mano, antes me pusieron una crema y me dijeron que me había lastimado la mano, que no estaba rota pero que no debía forzarla y que me había echo una brecha en la cabeza al caer y tuvieron que hacer unas curas y vendar primero, que estuvieron preocupadas por que no despertaba y que era mejor que no durmiera de momento, era peligroso, eso me hizo recordar cuando tuvimos un niño en la casa por una conmoción y mi madre daba esas instrucciones a la madre del niño, sabia que era cierto y que debía aguantar las ganas de dormir, la vista estaba tan desenfocada que me era imposible distraerme, necesitaba conversación, aunque me doliera la cabeza tanto que no pudiera pensar con claridad.

Adela se sienta a mi lado, con suavidad me cuenta cómo conoció a la mujer de su vida, la de bromas que le hizo durante un viaje hasta que ella fue cara a ella dispuesta a destrozarla y reclamarle sus ofensas, esperó a tenerla cerca de solas, tan furiosa estaba que cuando la tuvo enfrente no vio la tranquilidad y diversión de Sara, así se llamaba, la miro rabiosa y apenas abría la boca Sara la besaba, con una pasión que la conmociono tanto que no pudo decir nada, solo mirarla, tan absorta estuvo en lo que había hecho que tardo en darse cuenta de la felicidad que sentía y el calor que la llenaba, luego no sabia si sentirse emocionada o rabiosa, Sara lo arregló cogiéndola de la mano y llevándosela a su caravana y confesando que desde el principio intentó llamar su atención y no se atrevió hasta ahora a declarar lo que sentía.

Esa noche la pasaron juntas, y siempre que se separaban por trabajo una de las dos viajaba un finde para estar juntas, así hasta que volvieron juntas a su casa cuando su madre enfermó, allí se instalaron y viajaban muy seguido, de ahí tantas aventuras que disfrutaron, luego cuando ya los viajes dejaron de tener interés se acomodaron a la vida de campo, cuidaban de un campo en el que cultivaban sus hortalizas, paseaban en bici, leían juntas y salían a la ciudad a por películas además de pasar un día o dos lejos de todo, la discriminación de algunos se le hizo muy dura a Sara, nunca se tuvo que molestar en luchar por defender su inclinación, tampoco veía por que tenia que defenderse, ella solo pedía respeto y dignidad, no fue fácil hasta que en la época hippie varias tribus de ellos acamparon cerca y los consideraron peor, ya no fueron la principal razón de rechazo.

Solo algunos con un rencor muy profundo seguían molestándolas, hasta que un día uno de ellos borrachos intentó sobrepasarse con Sara, Adela no permitió las intenciones del otro enzarzándose una pelea cuerpo a cuerpo con el hombre, la rabia que la movía era mayor que las fuerzas del otro, este acabo en el suelo indefenso, desde ese día nadie osaba cruzar cierta línea, tuvieron miedo de lo que fue capaz de hacer y por otro lado el agresor se sintió tan avergonzado que era más cólera lo que lo llenaba por ser vencido por una mujer y a la vista de todos que lo que hizo por si mismo…

Desde ese día, vivieron con una cierta tranquilidad y paz, la nostalgia a viajar las movió años más tarde, volvieron a salir fuera a visitar los lugares en los que estuvieron, Sara le ocultó que un tiempo atrás le diagnosticaron un cáncer cerebral, imposible de operar, ese viaje era su despedida y regalo a ella, tras éste se descubrió que ya no le quedaba tiempo, Adela tomó a mal que lo callara, se enfureció con todo tanto que no fue capaz de recriminarle nada, solo callar y llorar, no se separó de su lado mientras seguía furiosa por que no la podía curar, por que la perdía, hasta que una noche Sara confeso que quiso viajar para pasar sus mejores momentos otra vez juntas, para recordar el como se enamoraron, y revivir su amor por ultima vez, que no tenia nada que reprochar a la vida por que la había vivido a su lado, esa noche todos sus demonios marcharon y la mañana Sara también.

Aun con todo ese tiempo, seguía amándola, descubrió en una carta oculta en una foto los últimos deseos de Sara, ella seguiría en su corazón pero eso no le debía impedir volver a ser feliz al lado de otra mujer, y si ese momento no llegaba que nunca se negara ser feliz o hacer feliz a otra persona igual que lo fueron juntas, que se reunirían de nuevo y volverían a ser felices juntas…

Era tan conmovedor que las lágrimas humedecían mi rostro, no me importaba llorar, eso era amor, eso era lo que yo quería con Tiara, y era lo que ella tenia con Celeste…

-         Hable con Diana tras desmayarte, Sam te cargó hasta aquí pero ninguna sabíamos si padecías algo  y tampoco de tus alergias, asi que llamamos y nos quedamos tranquilas cuando nos dijo tras preguntar a tu madre que se puso muy alterada, que no sufrías nada serio, y tampoco alergias, le dije que llamaría cuando despertaras, perdóname si te parece mal, tenia que hacerlo.

No dije nada, me recosté en su hombro haciéndole entender que no pasaba nada, seguía pensando en Sara y ella, en Tiara y yo, y luego en si podría estar con Adela el tiempo que durara sin penar en ella…

Adela me dejo un rato sola, se llevó mi móvil y unos diez minutos después volvió, se la notaba algo feliz, como si algo hubiera cambiado, hasta se la notaba divertida por algo, eso me gusto, al menos no estaría preocupada por mi, y si ella podía hablar con mi madre y calmarla mejor, no me sentía con ganas de explicarme ni de enfrentar su preocupación sin sentirme culpable… supongo que seguía siendo una cobarde al no dar la cara todavía.

Tras dos horas en las que me contaba curiosidades y su historia, me pidió que descansara, que ya había pasado tiempo suficiente como para descartar la conmoción y que ahora solo tendría que despertarla cada cierto tiempo, me sentía agradecida de poder dormir y descansar, la cabeza ya me pesaba mucho, cerré los ojos y dormí, todavía no estaba en mi cama, tampoco me importó me podía el cansancio.

Al caer en el sueño, muchas cosas dieron vueltas en estos, emociones, pensamientos, preocupaciones y recuerdos, cada vez que el beso que compartimos volvía a mí, todo lo demás nada importaba, era como si un beso, un solo beso, despejara todas las dudas y dolor que llevaba en mi, ese momento fue el mejor que tuvimos juntas, el momento que la tuve para mí, ella se entregó sin dudar, tuvo miedo de lo que sentía, tuvo dolor de retenerme cuando su accidente, y me deseo siempre, una y otra vez todo rondaba mi mente en mis sueños, y algo me abofeteaba cada vez que me negaba a escuchar, “cobarde”, y despertaba, Adela seguía  a mi lado, Sam tomaba un café a su lado mientras jugaban a las cartas, me miraban silenciosas, yo volvía a cerrar los ojos y otra vez todo empezaba, después de seis veces, la cosa ya no me alteraba, simplemente me acostumbre y lo ignoré deseando soñar cosas mejores.

Estuve dos días así, el cuerpo agotado, un medico me visitó, luego extendió unas recetas para que me trataran y se marchó, no se le veía muy a gusto, una semana mas tarde evitando hablar y escuchando los viajes de Adela con Sara, comencé a volver a entablar conversación con ella, incluso comentando de escribir sobre sus viajes y descubrimientos y vivencias, lo hizo todo más ameno, ella se había abierto a mi con su pasado y yo seguía callando, no paraba de darle vueltas, antes o después llegaría el momento, así fue. Una tarde al jardín recordando nuestro encuentro en el faro empecé a narrar nuestro encuentro y lo que sentía, después de ese primer paso, se me hizo más fácil seguir hasta que llegué a mi marcha, me derrumbe.

-         Serena, intenta calmarte, me gustaría decirte algo, te he escuchado y me doy cuenta de algo, ella nunca te dijo te amo, pero tu siempre sentiste que ella era para ti, tampoco ella te dijo lo de Estela, y en ningún momento te dijo que la siguiera amando; puede que ella la amara, puede que siga llorando su perdida, pero si los lazos dejan de fortalecerse, la relación que como algo pasado, la amo, pero no creo que te besara así sin sentir nada hacia ti, tampoco creo que pueda guardar celibato una vida entera por alguien que ha fallecido, y por lo que me has contado, no se dejo seducir, nada le impedía darse un gusto, solo creo, que ella no quiere que la compadezcas, ni que sufras por ella, pero si lucha contra lo que siente, si se resiste estar con otras y te besa a ti… creo que eres tu quien se precipitó, quien le ha dado la espalda por no saber superar lo que pudo sentir por esa Estela, no le diste la oportunidad a explicarse, tu misma decidiste por ambas, supongo que cuando uno esta dolido no es capaz de ver las cosas desde fuera de la situación, asi es como yo lo veo, ella ha hecho todo por alejarte, tu te has rendido y ella ni siquiera ha podido decir nada con respecto a Estela, creo que falta su versión de lo que siente antes de dar todo por perdido…

Ahora ya se por que no paraba de tener el mismo sueño, y la misma acusacion tras mi desmayo, inconscientemente llegué a la misma conclusión, supongo que no estaba lista para aceptarlo, ahora he de pensar en que hacer, si en volver o quedarme, en si sigue siendo tan importante o lo que tengo ahora con Adela lo es más; no me puedo creer que plantee algo así, Adela es mi confidente y puede que algo más, una amante, pero Tiara es a quien quiero a mi lado, a la que quiero demostrar lo que siento, y con quien deseo ser feliz … Tengo que volver y aclarar una vez por todas todo.

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