sábado, 28 de julio de 2012

PARTE II


PARTE II

Con el rostro ceniciento llegó a su alcoba ignorando tanto a Iman como a Mahir, a ninguno se le permitió seguirla y la esperaron  a la misma entrada, ambos fieles y preocupados la recibieron, entraron a su lado con sendas expresiones de alivio, enseguida se ciñeron a procurarle alimento y liberarla del traje con el que recitó poesía al Califa.

Dado que tras la entrevista e imposiciones no se sentía con animo de volver a ver a nadie, decidió pasar allí el día, le pidió a Mahir mas poesía por que sospechaba que ésa semana seria la elección del Califa para disfrutar de su desayuno, sintió necesidad de versarse en lo que el mismo poseía a su biblioteca, de niña ya leía a su madre a las noches poesía mientras ella bordaba a la espera que volviera su padre de sus que haceres como varón.

 Se acomodó a su sala y evitó tomar nada sólido, algo en su interior se había roto con las palabras de las esposas, y a su vez se sintió acosada en la idea de alguien allí que pudiera reclamarla y verse vedada a esa persona con la posibilidad que no fuera de su agrado, ante todo el echo de no poder mantener sexo con las otras la frustraba, no tenia modo de saber quienes tenían alguien y quienes no, pero lo que mas le sorprendía era justo ese modo de vida a un harén, pensó que era unas relaciones prohibidas que rebajaban el poder del varón a su casa, y desde que conoció al hombre cada vez deseó mas morir pero no sin antes divertirse, ahora en cambio ya no le era tan insufrible la idea, volvió a recordar a Junaana, la idea de si tendría pareja le creó curiosidad, también el echo de que ni intentara sacar provecho sobre la mujer esa misma mañana dada la intimidad que tuvieron, pero lo desecho al pensar el peligro que había fuera de las dependencias del harén.

Muchas ideas le pasaron por la mente, pero cada vez se sentía mas inquieta, deseó salir a los jardines, pero hasta el atardecer era mejor no intentarlo, no deseaba ver al señor podando o alguna de las otras mujeres, tampoco conocía todas las costumbres y los limites a los que estaban  sujetas…

Una mujer paró frente a las cortinas, se presento como doncella de Junaana y que solicitaba que se presentara a la entrada de las termas lista para pasear por los jardines, le pregunte si podía rehusar, el rostro de la joven se volvió una mueca de espanto, y balbuceado me confesó que la petición venia de las señoras esposas, asentí y consulte la hora, confirmando que seria para las cinco de la tarde el paseo, pero que debía presentarse con ella en cuanto estuviera lista, su señora deseaba hablarle antes de salir a pasear, en privado.

Le indico que esperara un segundo y la seguiría, llegó Mahir con el tomo de poesía y lo dejó a un lado, pidiéndole que la siguiera, Iman no había vuelto de ir a buscar unas pastas para tomar con el té, salieron con calma y pensó que estaba teniendo un día muy solicitado y movido, que debía tener paciencia pues cabía la posibilidad que le organizaran los siguientes días para tenerla distraída y calmada, como a un cachorro inquieto.

Siguió a la joven que se la notaba insegura y algo asustadiza, se preguntó el por qué, pero luego deshecho el pensamiento decidiendo no dar vueltas a nada mas.

Al llegar su sorpresa fue mayúscula, dos guardias a la puerta y apenas les concedieron el paso, dos doncellas se acercaron para asegurarse de que la integridad de su señora no sufriría ataques d ningún tipo, prácticamente la hicieron desnudarse por completo para luego colocarse otras prendas ya elegidas para su llegada, era como ver un pastel de chocolate y nata al espejo que colgaba de la pared frontal, se hizo a la idea del estricto escrutinio y volvió a esperar a que se le concediera paso a la siguiente dependencia, minutos mas tarde la joven que la condujo hasta allí aparecía  indicándole que la siguiera de nuevo, si la entrada era pulcra y senilla ni punto de comparación con el salón al que pasé, las paredes cubiertas de tapices que homenajeaban la lujuria y otras facetas de la vida sexual, en otros en cambio la bendición de la prole y en algunos la misma inocencia en prados floridos, los suelos cubiertos de distintas alfombras impidiendo que los pies rozaran la fría piedra y alrededor de la sala cada pared era limitada con un sin fin de vivos colores, en almohadas y cojines de distintos tamaños, al centro una mesa mimosamente tallada con corceles, en la misma ya servida en piezas de cristal tallado un té humeante, mientras admiraba tanto lujo Shamsir apenas se percató que aguardando en otra entrada se encontraba su anfitriona observándola con calma, se regocijaba en las impresiones y gestos, que transparentaban las emociones de la morena incauta.

Junaana rozó con suavidad las cuentas que adornaban la entrada a sus aposentos privados advirtiéndola de su presencia y así adentrándose con suma tranquilidad a ese espacio en común en que esperaba conversar con la joven, dudaba de las futuras reacciones de la misma, así como el como recibiría para así sus negativas, con todo asumió que era lo más notable, aceptando para si que esa joven la fascinaba notablemente y le era difícil resistirse a su cercanía.

Elegante mente la invito a sentarse en su compañía,  con un gesto indicó a su doncella de que sirviera las pastas y dátiles dulces tradicionales de ésa tierra, la muchacha con recato acepto cuánto se le ofreció y con unos modales discretos la acompañó en ese tentempié manteniendo siempre la cabeza gacha y la mirada perdida, comprendió que se mantenía obediente al decreto de las Damas del harén, y elogió para sí su autocontrol y respeto hacia las mismas, decía mucho de ella, sabia reconocer su lugar y aceptaba cuando alguien imponía su autoridad pese a su desagrado, supuso que en el fondo no se sentiría a gusto en su presencia y también que desconfiaría de sus intenciones, Druha le comentó a su llegada de que la muchacha pretendió declinar la invitación pero se vio privada al indicarle de que la misma provenía de alguien de por encima de ella, tampoco fue de su agrado de que la preavisaran de un interés ajeno, supuso que fue la justificación que dieron para solo ser corregida sin exponerla a un castigo mayor, en gran parte lo agradecía, todo hubiera sido realmente difícil de haber lidiado con un resentimiento generalizado.

A Junaana siempre le fue difícil entablar conversación con el resto, siempre se limitaba a respondes escuetamente y a poder ser con gestos, su voz no le era agradable para si misma, y la única petición que en un pasado expuso a su señor fue la de evitar conversar o recitar en presencia de cualquier otra persona ajena a él, ni siquiera ante el resto de los miembros del harén, el hombre en cierta manera se sintió halagado y puesto que no le privaba así mismo y lo más notable en ella eran sus propios rasgos, no le disgustaba la petición, acepto con la condición de que cada mañana tocaría para el a su jardín, siempre que el clima fuera bondadoso.

Se dedicó a admirarla hasta que decidió tomar un lienzo y trazar sus rasgos para realizar un retrato, pero apenas hizo el intento la otra se sobresaltó, le mostró el lienzo en blanco sonriéndole, a lo que recibió una mirada incrédula, recibiendo la misma con regocijo se levantó y retirando el tapiz de su espalda que ocultaba un hueco cóncavo extrajo un par de lienzos en los que ya había plasmado a otras mujeres del harén, una de ellas era Setar, otra una de las esposas, Asalah, y la última se trataba de Ayana otra de las jóvenes de aspecto risueño y actitud inquieta, siempre se le ocurría actos en los que compartir risas y juegos.

La muchacha admiró los retratos impresionada, comprendiendo ya sin palabras mis intenciones, para Junaana era un modo de disfrutar de su compañía y cercanía, de pasó evitar que ella se alejara de todas aislándose a sus aposentos como presintió que haría, es difícil dominar la naturaleza de una misma y mas si se le es impuesta, la única manera posible seria alejarse de todo, era algo que le disgustaba pues le privaba de sus encuentros y posibles acercamientos, de ahí la petición extra a cambio de realizar un lienzo a la esposa Celine con Setar, la Dama deseaba obsequiarle el retrato a la joven a la vez de demostrarle su celo ante el resto, lo cual no le implicaba esfuerzo alguno y si deleitarse con las miradas cómplices que se denotaban cuando ambas estaban cercas en cualquier zona común, eran esos momentos que ella disfrutaba mucho y a su vez envidiaba ya que la hacían sentir muy sola.

Shamsir no se atrevía a alzar el rostro, pero le era imposible evitar mirarla disimuladamente, igual se sentía incomoda como atraída, con esmero intentaba ocultar sus reacciones. En cambio la vista agudizada por sus sentidos de atesorar gestos y detalles para pintar le permitía darse cuenta de todo a Junaana, y justo esas emociones eran las que deseaba plasmar a su lienzo, la hacían ver tan frágil como adorable, era un rasgo difícil de captar en su actitud osada, pero efectivamente seguía ahí oculto, sospechaba que la joven sabia de gozar y nunca experimentó el sentir del alma en esos instantes…

Se dejó llevar por su pasión artística, era cierto que tocaba varios instrumentos musicales de cuerda a insistencia de su padre reconocido compositor, y de su madre que siendo hija de las arenas ardientes, marchó con un extranjero lejos hasta que este le dejó desprotegida hace ya unos años y volvió con su familia materna cargando con ella, el fruto de su deshonra a sus costumbres y vida social, de ésa manera fue como acabo al harén tras una visita a la familia para juzgar los actos de la misma, perdonando los mismos a cambio de adquirir los derechos sobre el fruto.

Su mano diestra y ágil enseguida trazo sus formas, luego sus rasgos y sombras, sus cabellos y detalles siguieron después, trabajó sin descanso por dos horas y ya oscurecía cuando cedió su ímpetu ligada a la fascinación que la joven le creaba, con una sonrisa agradecida le indico que por ese dia ya era suficiente, la joven intentó levantarse para marchar desconcertada, pero la mano de Junaana se alzo impidiéndoselo, sujetando su mano y por primera vez usando su voz le suplicó que se volviera a sentar.

Shamsir no impuso resistencia, tampoco pronunció palabra, realmente no sabia que  decir ni cómo, ya que lo único que era capaz de pensar era la nada, la voz de la mujer todavía recorría su cuerpo como una caricia calida y sensual que la estremecia de puro placer, también un escalofrió de pánico hizo presencia por su espalda.

Al sentarse volvió a bajar su cabeza y prácticamente cerrar sus ojos para no mirarla, para no mostrar el deseo que le causaba y sobretodo para no dejarse dominar por su belleza, la joven sentía necesidad de huir y con urgencia, pero la situación se lo impedía, tampoco podía excusarse así como así, para ser sincera consigo misma no le venia al a mente excusa alguna aparte de mil maneras de echarse sobre ella y tomar esos labios que la enardecían como brasas, en espacial cuando sonreía.

Junaana, sentía como si hubiera echo algo inapropiado, contuvo el impuso de disculparse, decidiendo que era hora de explicar las razones de que las Damas indicaran que la viera hoy mismo, sino deseaba que ellas impusieran su propia disciplina controladora.

Muy buena manera pensaba ella de extender el látigo y fustigarla a avanzar corriendo…

Suspirando buscó rauda las palabras con las que abarcar la situación en la que se encontraban ambas sin desvelar su interés personal, no deseaba que ella la evitara y menos ahuyentarla reconociendo que era ella su protectora.

-         desde el día de hoy Shamsir se me encomienda el instruirte en ciertas ausencias de tu conocimiento al harén, también de ocuparme vigilar que no faltes a tu palabra, también me harás compañía como el día de hoy como una dama de compañía, hasta que alguna mujer del harén te tutele o tome como compañera, claro esta con tu consentimiento, si eso ocurriera deberás demostrar tus votos y serás leal a ella y fiel, no te prohibirían seguir con tus amistades si las tuvieras, pero si relacionarte mas allá de la cortesía, supongo que para tu fuero interno podrías definirme tu niñera, pero te recomiendo que me consideres tu amiga, el tiempo que vas a pasar a mi lado no lo voy a considerar una carga ni mucho menos pero si me lo tomare en serio, o me pesara a mi si fallo en las funciones que se me han encomendado, espero que me comprendas.

-         Comprendo lo que implica nuestra situación.

-         Si tienes dudas, por favor exponlas, no te cohíbas, aunque tengo entendido que no es un rasgo en tu persona.

-         Vaya, veo que mis actos han corrido rápido de boca en boca y soy el centro de las miradas.

-         Te equivocas, Setar se vio obligada a rebelar lo ocurrido, Shamsir, le debe fidelidad a Celine y tu la tomaste sin contemplaciones según expuso, para no caer en vergüenza públicamente tuvo que confesar dichos actos, recayendo sobre si un grave castigo, el dolor de ser repudiada por Celine sin que nadie conozca las razones, si ellas dos vuelven a unirse… dependerá del esfuerzo que ponga Setar en recuperar la confianza de Celine y a su vez es perdonada, la dama está muy herida y cóleria contigo, Asalah carga un gran peso sobre si soportando el animo de su hermana. No te equivoques, se tratan como hermanas por compartir el mismo rango de esposas al harén y por el afecto que se profesan, pero no son de la misma sangre, Azabache en cambio todavía no había sido tomada bajo custodia de nadie pero si habían lazos casi a punto de ser bendecidos, apenas informó Setar se te fue a buscar, así me contaron y te vieron salir del pasadizo oculto a la biblioteca y allí aguardando el eunuco de la joven, observaron a la joven y comprobaron como se cohibía en tu cercanía, al igual que huía y tus gestos cómplices, tuvieron que hacer el esfuerzo de que la otra parte no supiera de los hechos acontecidos e intentaron que ella te invitara a seguirla para que no resaltara mas la situación, finalmente te han encomendado a mi evitando así comentarios mas perjudiciales, si la desconfianza y la venganza se integra al harén en horas podrías estar muerta envenenada o por un posible accidente, es algo que se prefiere evitar, protegiendo a todas de una investigación de los hechos y sucesos al harén, los eunucos nos sirven pero le deben pleitesía al Califa, no lo olvides, no delatara tu inclinación pero si podría delatar tus actos o acercamientos…. Si así se lo reclama su señor.

-         Entiendo, he provocado una situación volátil y peligrosa tanto para mi persona como para el resto de integrantes.

-         Así es Shamsir.

-         Si tuviera la amabilidad de dispensarme, me gustaría retirarme ya.

-         Ves en paz Shansir.

-         Que la paz este con vos Junaana.

-         Así sea.

Con un agotamiento inexplicable Shamsir volvió a sus aposentos sin levantar la mirada de sus pies, entró y se deshizo de sus prendas dejándolas caer al suelo y sin inmacular su cuerpo con el roció de rosas con el que se refresca antes de acostarse, se dejó caer a su lecho con el rostro inundado en lágrimas. Un pensamiento que le pesaba en su pecho y en su alma se repetía como ecos de su corazón, a ella no le agradaba.




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