lunes, 22 de agosto de 2011

XIX

XIX

Descubrí mi musa en los ojos de la prosa,
Bendita diosa que en mis alabanzas
Siempre llevo impronta su hermosura,
Condición de los trovadores y bardos,
Es su arte un don sin igual,
Voz incondicional de la palabra y el soneto,
Mas su mayor valor es la rima,
Que con amor acunan con voz melodiosa,
Dan son a las baladas que el amor inspira,
Proclamando en su inocencia,
El dulce sentimiento que embarga,
A jóvenes y mayores….
La vida es larga y joven en el tiempo,
Mas el amor sentimiento jovial es eterno,
Más si buscas en el tiempo,
En el hilo de la memoria,
Éste recibe el reclamo y añoranza de los lares,
y el abrazo de los amantes,
Beso dulzón del amor,
Que nace en nuestros corazones,
Reviviendo la felicidad olvidada,
Que antaño fue el gozo de nuestras almas,
y en su perdida la tristeza nos embargaba,
Con la esperanza de que volviera a rozarnos,
Con su calida caricia.


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