lunes, 22 de agosto de 2011

XXX

XXX

En la devoción de mi locura,
Retorno a misa raíces,
En las heridas de mi alma,
La cual implora la paz del olvido,
Más este se niega a contemplar,
Tal dicha y bendición,
Ya no es más que un castigo,
El divino infierno de una vida,
El infortunio de un pasado,
El desasosiego del recuerdo….

Es la lucha del día a día,
Es la superación en cada acto,
Tomada con ansia y determinación,
A seguir sin pausa y con inspiración,
En la búsqueda de un futuro,
De un lugar, un amor, un sueño,
Todo en si, todo en uno,
Mi destino.

Ese que se burla de mi,
En un gesto cómico,
Sonriente con sorna,
Saca su lengua en cada tropiezo,
Que mi alma desvalida,
Sufre en su esfuerzo.

No hay rendición,
No habrá cuartel,
Seguiré sin olvidar
Como llegué aquí,
No hay caída mayor
De la que no me pueda
Levantar, que mi propia rendición,
Y esa mi vida, jamás
Tendrá lugar en mi decisión,
Pues en mi destino está,
El mayor tesoro,
La formula de mi felicidad,
La cuál hallé en tu mirada,
En tu voz, en tu sonrisa,
En tu ser mi luna hermosa,
Pues serás mi guía en las noches,
Y mi sol en el día,
Sola tú lo eres todo,
Sueño de la vida eterna.


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