lunes, 22 de agosto de 2011

XIIIL

XIIIL

Esperanza muerta,
Sueños de un suspiro que ya no tiene sentido,
Amor de un momento lujo escondido,
Amor eterno un secreto no contado,
Cantado en la oscuridad de una noche.

Entregar el secreto de un corazón maldito,
A la soledad del sol naciente,
En el desierto de lo que es una vida,
Sin un alma gemela con que compartirla.

Desprecio la voz del momento,
Mentiras trae su palabra,
Juramentos sin sentido es la voz que la somete,
Con los engaños de sueños ya perdidos.

En un olvido y una ignorancia,
Que ni valor ni orgullo le veo a su camino,
No hay valor en la lucha sin creencia,
No hay seguridad sin confianza,
Que en lo       que uno predica uno practica,
Llegan a ser más que palabras huecas en su mayoría.

La mano me quemaré una y mil veces,
Por amar y ser traicionada,
Por desear un imposible,
Por confiar en un futuro,
Cuyo destino es impredecible,
La fe ha muerto y con ella mi alma,
La desdicha solo es el suspiro de los minutos que paso
Mirando el vacío,
Escuchando el silencio de una ilusión marchita.

El cuento de hadas dejo de serlo ante mis ojos,
El sol dejo de lucir para dar paso a una lluvia llena de recuerdos y melancolía,
Para ser acompañada por las lágrimas de la tristeza,
Compañía insustancial del corazón partido,
Por la espada del desatinado destino.

Su recuerdo dulce y amargo es el objeto de mi mente perdida,
En el dolor de algo que se debió esperar y jamás deseó su llegada,
Ni en un presente ni en un futuro.
Felicidad, sustancia que da sentido a una vida, a la existencia de una persona,
Placer a caminar día a día disfrutando de cada hecho que se acontece, dejando atrás las penurias anteriores.

Eso predica mi mente, mas mi corazón ya no la escucha,
Solo desea abandonarme,
En el suplicio de esta amargura,
Alas le daría,
Para dejar de sentir su latido,
Y así no ser objeto de ese dolor inmerecido.

Por que amor me entregaste
Este sentimiento,
Me uniste en corazón y alma,
Para luego destruirme,
Consumiéndome en el fuego de la pasión.

Dejando de mí las cenizas,
De un corazón roto,
Polvo al polvo,
Para ser llevado por el viento,
Tristemente esparcida en el vacío.

De un desconsuelo inmerecido,
Mientras la lanza del destino
Me atraviesa sutilmente,
Desgarrándome el alma,
Y así dejándola vagar,
Sin futuro….

Esperanza muerta,
En la
Soledad perpetua,
Llamando a la
Muerte,
Pidiendo que me lleve,
En el silencio de la noche,
Donde ya ni la luna
Me recuerde.


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