Busquemos la fuente de la vida, salgamos a recorrer los confines del mundo, domaremos las mareas, salvaremos los obstáculos en pos de nuestras metas…
Savia divina de la juventud eterna, sonría mujer la risa es la mejor cura para la melancolía…
Y si lloras sin razón, sacrilegio para ese corazón que se marchita en la tristeza de esa alma perdida, en el recuerdo, en la añoranza, en el suspiro de una decepción pasada…
Fuente maravillosa, que vive en cada uno de nosotros, devolviendo la salud al desafortunado, busca la ilusión, busca el color y en cada paso que avances, más cerca estarás de la divina felicidad.
Y cuando la halles no lo dudes, abrázala con fuerza, nació de ti y toda tuya es, pues bendice así tu futuro.
Se feliz, vive la vida, camina con la cabeza alta, no mires atrás, disfrútala cada instante, sonríe sin perjuicios, olvida el pasado y sueña sin parar, que mal no harás ni nada a cambio te pedirán y tus deseos perseguirás.
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