lunes, 26 de diciembre de 2011

CONTINUACION DE MI DESCONOCIDA

TIARA

Durante unos cuantos minutos mis carcajadas fueron el único sonido de la habitación, las miradas de todas se posaban sobre mi, mi abuela algo incrédula su pareja en cierta manera satisfecha, la morena en cambio, sus ojos eran como dos platos llenos de lágrimas, finalmente en vez llorar la mujer acabó acompañándome, parece que le contagie la risa y ella sus ganas de luchar y determinación, no hay marcha atrás, así que hacia delante, es algo que debí ver ya antes en vez hundirme en la autocompasión.

El estomago ya no me aguanta, me siento mucho mejor como si me hubiera librado de algo muy virulento y una nueva fuerza hiciera acoplo en mi para empezar de nuevo, mientras mi limpio las lagrimas, consigo volver a ver las expresiones de todas, unas cómplices y felices y la otra todavía intenta dejar de reír pero por supuesto no puede, me mira y vuelta a empezar…

Sigo cenando entre comentarios sin importancia como  nuevas parejas en el pueblo y futuros embarazos, apuestas de si serán niños o niñas, como si el sexo del crío fuera importante, mientras llegue bien, la felicidad será completa.

Tras el atracón que me he dado casi no soy capaz de tenerme despierta, entre risas de las demás por mis balbuceos me hacen acostarme, y me dejan sola, es absurdo pero justo me estoy durmiendo y siento como si estuviera rodeada de hermanas y todas pendientes de mi, es acogedora la idea, un sueño si tengo en cuenta que no he tenido mas familia que mi abuela.

Una promesa antes de cerrar los ojos pasa por mi mente, mañana he de volver a caminar por mi misma un par de pasos y sosteniéndome como sea, supongo que descubrir que he podido hacerlo me empuja a sobre esforzarme y la verdad no me importa, antes alcanzaré mi meta de estar frente a serena y decirlo lo que siempre me he negado a admitir, la amo y solo deseo que vuelva.

A la escalera se escucha alboroto y risas, parece que la promesa no tiene que ver con algo en la habitación así que me causa mas curiosidad, que tendrán en mente esas dos, en este momento me dan mas ganas de reír, parezco mi abuela pendiente de mi y mis amores, no me lo puedo creer, será mejor que me duerma tanta excitación me ha alterado de alguna manera para no ser yo.

Cierro los ojos y su mirada viene a mi en sueños, sus sonrisas, su coqueteo, va a ser una noche muy larga o muy agradable.

Al despertar por un ruido que me ha sobresaltado, me incorporo aprisa, con la única idea de abrir la puerta y ver que pasa, caigo de la cama, todavía voy tan dormida que no recuerdo que no me puedo sostener ni mover bien, el ruido que creo es tan fuerte que el de afuera se ensordece, la puerta se abre enseguida, y la morena me mira algo perpleja, yo sigo intentando ver que pasa fuera y comprendiendo se aparta…

Mel y mi abuela borrachas en plena escalera, riéndose como niñas traviesas, sin sostenerse apenas en pie y dándose empujones juguetones…

-         ¿Tu crees que llegaran a la cama y se pondrán a gritar quien se quita primero la ropa?

-         Yo creo que si suben la escalera alcanzaran lo suficiente para tirar lo que en el cuerpo lleven.

-         Posiblemente, desde luego la han armado grande si van tan desvividas.

-         Bueno esto es para hacer una foto, para que  las ausentes vean que se han perdido y ellas a la mañana vean la pinta que traen, me pregunto que habrán echo a la taberna, desde luego nada apropiado y menos que se llegue a repetir fácilmente.

Mi mente da vueltas y vueltas, al pensar en estas dos riendo y bebiendo delante de los parroquianos, haciendo bromas y gritos de ánimo, desde luego pronto he de pasar por allá para escuchar las anécdotas de esta noche, por que mi abuela borracha puede ser muy tremenda.

Mi abuela hace una apuesta mientras se coloca como un gato a cuatro patas y riéndose anima a Mel a subir las escaleras así y ver quien llega primero, madre mía esto no me lo pierdo, mi abuela con artritis y gateando escaleras arriba y la que se supone que ha de mantener la mente fría y atender alguna necesidad, subiendo tras ella entre risas, la hermana cae a mi lado sentada riéndose mas de ellas que antes con las alas en la cena, al final nos haremos amigas intimas si estas dos siguen así.

Una vez terminan los vítores resuenan por toda la casa mi abuela ha conseguido subir y un alivio para mi compañera de risas, ya que no tendrá que izarlas hasta su dormitorio y acostarlas, finalmente se levanta y toma a su hermana y la arrastra medio sostenida hasta la habitación, en un principio no puede abrir la puerta, y opta por dejarla allí abrir y volver a por su compañera de copas, que me mira sonrojada y picara, desde luego la vergüenza no forma parte de su vocabulario, pero así es ella y doy gracias a dios pues mas ánimos y  risas en mi vida nadie ha podido regalarme con un modo de ser tan especial.

Con un grito de sobresalto es alzada y llevada por su niñera, a este ritmo nunca mejor apodo, la lleva hasta la cama que deja constancia de su llegada con sus muelles antiguos, luego otro peso cae en la misma y ahí se acabó la fiesta nocturna, yo me coloco a cuatro patas riendo otra vez, ya que me acuerdo de esas dos en la misma pose y poco a poco voy izando mi cuerpo yo sola al colchón, una vez sujeta noto la sombra de la morena a mi espalda, le pido que no me ayude, ella asiente y espera a que termine, entre algún grito de rabia por no conseguirlo en un principio, me acuesto en ella con la respiración agitada y acalorada por el esfuerzo, eso si orgullosa de haberlo echo, la luz se apaga y un buenas noches suena a las sombras, me deja sola, vuelvo a cerrar los ojos, esta vez con una sonrisa y sabiendo que no soy una carga.





SERENA

No se si estoy cuerda o estoy tan sensible que fácilmente soy accesible,  no me puedo creer que realmente sienta deseos de responder a la cercanía de esta mujer, tampoco me puedo permitir estropear esta oportunidad de un techo y un lugar donde dejar atrás las penas de amor.

La mujer nos acompaña a una sala de paredes calidas, tonos suaves, una mezcla de crema y naranja claro, los muebles clásicos con un tono roble apoyados en las mismas, rodeando una mesa de comedor para cenas familiares, todos los muebles tallados con cenefas, por un momento me hizo soñar con una casa de cuento, como la de caperucita roja, cuando era pequeña soñaba con algo así…

Ella nos pide que la esperamos en la estancia y nos deja ahí admirando la belleza y el buen gusto en la decoración, fotos de todas las etapas cuelgan por las paredes, en ninguna se ve a ella de casada, es algo habitual en todas las casas en la sala de espera, en una foto se la ve escalando con todo el equipo puesto, se la ve mucho más joven, en otra sobre un caballo con otra mujer a su lado montando otro blanco, en otra se la ve en grupo en la muralla china… así todo un desfile de fotos y maravillas y descubrimientos de una vida disfrutada a tope, un deje de envidia me corroe, me saco de encima esa sensación y sigo admirando todos eso recuerdos, mientras mil preguntas llegan con más curiosidad…

Al cabo de un rato vuelve con una bandeja llena, con una jarra de sangría y vasos, nos invita a sentarnos a una mesa camilla que hay al lado de un sofá bajo la ventana que da al exuberante jardín, tomando ejemplo de ella nos acomodamos en distintos asientos, Sam al sofá, yo el sillón de su derecha y la mujer frente a mi a la izquierda de ella, la mujer nos sirve un vaso a cada una y se acomoda, nos mira con calma mientras degustamos la bebida y después nos pregunta nuestros nombres, ella se presenta y su nombre es bonito y muy sencillo, Adela, en cierta forma va con ella pues me recuerda al jardín, sus ojos vuelven a posarse sobre mi, con esa atención que ya percibí antes.

En un intento de conocernos y dar un ambiente más ameno Sam le pregunta sobre las fotos, al cabo de un rato soñamos con las anécdotas que ella va transmitiendo con su voz pausada y calida, es difícil resistirse a su hechizo y quedar embobada durante horas, cuando nos damos cuenta es ya de madrugada, ni siquiera hemos cenado, tampoco siento sueño ni hambre, mi compañera se ha quedado dormida sentada, yo era la única que seguía atenta a nuestra anfitriona, ella se levanta y saca de un mueble una mantita y la cubre con ella, luego cierra la puerta del patio y con un gesto me indica que encienda una lámpara de pie que hay cerca del sofá, su luz no es fuerte y tras apagar las luces principales, nos queda suficiente para salir a un pasillo que apenas está iluminado por una lamparilla de pared al fondo, la mujer anda hacia ella en la seguridad de conocer la casa, yo la sigo entrando tras ella a una cocina inmensa, los muebles son parecidos a los de la sala donde descansa Sam, la mujer se dirige a una pica de mármol antigua, allí deja los vasos y luego en una nevera cercana la jarra, de ahí saca queso y chorizo, en un plato los sirve, a un banco cercano, luego se dirige a un jamón que hay cerca de una alacena, tras cortar unas lonchas sirve al lado del queso y lo acompaña con unos trozos de pan a la catalana, una cena improvisada, es toda una atención si se piensa en las horas que son.

Ella se sienta en el banco y me invita a acompañarla, la conversación divaga de nuestras infancias, a familia, de algún modo le voy contando muchas anécdotas de mi niñez y resuelta que ella también coincide con recuerdos parecidos, si no es una es la otra la que empieza unas risas con un toque cómplice, finalmente de estar una frente a la otra, nos encontramos sentadas juntas, y bastante arrimadas, tras finalmente hablar de amores y acertar en intuir sobre su interés personal hacia mi, su mano pasa suavemente por mis cabellos rozando mi oreja, una corriente eléctrica me recorre, me quedo paralizada, ni siquiera se como reaccionar, acabamos de conversar sobre amores perdidos, ella enviudó y yo…. Creo que intenta consolarme pero bueno, reacciono de una manera tan inesperada a su cercanía, no se como tratarla yo ahora, algo me dice que haría mal, que no puedo ahogar mi tristeza en su afecto, no debo usar su amabilidad, ella sonríe comprensivamente y baja la mirada, luego me acompaña a una habitación y me explica que es la de invitados y que acomodara en la otra a mi acompañante, a la mañana nos mostrara donde podemos hospedar y que no me preocupe, estamos en buenas manos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

waooo!!! no me imaginaba un ahistoria tan genial... me costó al principio recoradar el anterior capítulo pero pude hacerlo mientras leía está fantástico, no te detengas ojalá sigas la historia pronto!!
ANA!

Teresa-Saori dijo...

me alegro de que te guste, y hasta que no la termine no la dejare antes o despues le dare el toke final hasta entonces....