jueves, 15 de diciembre de 2011

EN SU AUSENCIA




Solo un suspiro, así es el día a día, un suspiro embargado de melancolía, minutos plenos de recuerdos, una búsqueda constante de llenar silencios, un esfuerzo sobrehumano de mantener la mirada al frente y seguir caminando como si eso fuera lo único que fuera capaz de hacer…

Una mascara invisible acompaña al semblante compungido, serena y feliz, toda una hipocresía de la realidad, es tristeza lo que los ojos contienen, es llanto lo que la voz transforma en risa, es dolor lo que el silencio oculta, es una farsa lo que se vive en la perdida y la ausencia de quien se ama.

El mundo se convierte en una carga, lastima que no sea una liberación que bendiga tal mortificación, los lugares antes agradables son una opresión de recuerdos antes felices y hoy puñaladas traperas, sentimientos confusos en el abrigo del hogar, la confusión tiende a ser traicionera, la realidad confusa, las dudas constantes, los temores mayores, para ser arrinconados en un rincón del Ring y ahí ser descuartizados sin compasión…

Se busca a apoyo y se descubre una discriminación mordaz, buscando cariño la traición es un subvenir al cual uno rinde pleitesía, ironía tras ironía el sacrificio esta servido en el altar de la vergüenza, a la hora de encontrar salidas las paredes abundan y las puertas escasean, las oportunidades furtivas dejando un hilo de impotencia que se apodera de lo poco que queda de uno mismo.

Se llega a la desesperación de una cueva oscura, fría, sola y triste en la se lamen las heridas, en la que se teme a la luz, en la que el calor no es amigo, en la que la soledad es la mejor compañía y la tristeza una constante que dio al olvido tiempos mejores.

El dolor puede que visite en sueños de recuerdos frondosos de momentos amargos, la conciencia ya no los detiene se acostumbró a su presencia, la esperanza de cambiar algo se perdió con la ilusión de ser mejor y feliz.

Si un rayo de luz entrara… no podremos huir, solo escondernos, si se acercara el miedo seria mayor, si nos tocara…

Pensemos un momento en la posibilidad de que la luz llegue, de que su calor nos reconforte, de que alguien que albergue tal inusitado don llegue de nuevo a nuestras vidas, rechazar cobardemente, aprender y madurar en una nueva oportunidad, ser tímidos en su presencia, seguirá ahí si le importamos y si llega a lo mas recóndito de tu interior no se lo niegues si en verdad no te daña….

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