miércoles, 14 de diciembre de 2011

IXL

IXL


Naces bajo la caricia del sol,
A la espera de crecer en la inhóspita
Zarza que te sostiene,
Esperas a que tu vulva crezca abundante
En la calidez del sueño de alcanzar
La madurez dorada…

El radiante sol te verá crecer,
Sonreirá ante tu rubor inocente,
Desvelarás esas curvas generosas,
Envidia y perdición de tus congéneres,
El lucero se conformará en el suspiro
De verte y no tenerte…


Llegará el día en que caigas a mis manos,
Y te abrirás confiada  y suave a mis caricias,
Te saborearé con gusto relamiéndome,
Descubriendo tu suculento sabor,
Dulce delicia que deleita mis labios,
En el puro placer de lo prohibido…

Esa vulva suave y seductora,
Con la que me haces languidecer,
Cuando mi lengua se sumerge
En tu interior insaciablemente…

Seré bendecida por el rocío del atardecer,
Sosteniéndote en mis manos,
Saciada en la lascivia,
De disfrutar de un manjar
Olvidado en las tradiciones…

El sol se ocultará,
Volverá a su lecho de sueños,
La brisa me saludará con su frescor,
Recordándome las horas cálidas pasadas,
Y en cada punto de mi ser
El pálpito de tu recuerdo será patente.

Tierno latir que me empuja
A buscarte y retornar al cielo,
En ese infierno de placeres
Y volver a gozar,
Bajo el fulgor de las estrellas
Retomando ese beso prohibido,
Y la promesa del jugo de tu ser.

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