jueves, 8 de septiembre de 2011

XXIII

XXIII

Conciso silencio
Que arrastra al desconsuelo,
Encomiando al desespero
A la espera de lo incierto…

En mi desasosiego me ahogo,
En mi miedo me apago,
En ése silencio aterido
Cuya dolorosa oscuridad,
Yo mi alma pierdo,
Y así sigo en esa espera mortuoria.

El tiempo prominente
De idas y venidas,
Es dueño y señor
De las dichas y desdichas,
Y yo en mi recelo,
Temo su amarga imprecisión,
Del destino que marque
Con sus agujas temporales,
Con cada avance
Marca mi vida y mente,
En un proceso indeterminado,
Y con ello la incertidumbre,
Cada instante en que la llegada
Es inminente y desconcertante…

No hay comentarios: