miércoles, 22 de agosto de 2012

LXXVIII

LXXVIII


Insistir es un privilegio del corazón,
Persistir, el pálpito que nos impulsa hacia delante,
Resistir aunque un martillo nos muela contra el yunque,
Repetir nunca es suficiente para derrotar a una guerrera,
Retomar las batallas es mejor que huir de la verdad,
Rendirse es sabio cuando no hay nada que ganar,
Retroceder a tiempo siempre se considera un triunfo si proteges lo que importa,
Desistir, es triste pero honorable si conllevas con orgullo y nobleza.
Derrotar, la adversidad siempre es un gran logro que valorar.
Derramar lágrimas por muy humillante que sea siempre alivia el pesar.
Insuflar ánimos supone el mayor de los esfuerzos bajo las heridas del corazón..
Restallar el látigo con rabia no sanará  las heridas, pero si afligirá la conciencia.
Recoger del polvo los recuerdos es mejor que tirarlos al olvido...
Demoler la culpa a sablazos de voluntad, impide hundirse en las arenas movedizas.
Permanecer indemne seria demasiado hermoso, todo pilar guarda sus muescas.
Permitir la humillación no es fácil pero sabio para reconocer la escoria que nos rodea.
Perfecta realidad la de los sueños, la desilusión solo pone pruebas no te mata el alma.
Infundir valor en la oscuridad para enfrentar el peligro que ataca a traición.
Inimaginables son las sorpresas que uno halla en las bocas ajenas…
Ignorar es ser precavido pero nunca se ha de pecar de ignorante.
Infringir daño no es de valientes, tampoco de dignos, pero si así lo prefieres, tu mismo.
Retocar los hechos no oculta la verdad, ni dará la razón, ni concederá honor.
Recordar los ecos del alma es un privilegio de un corazón vacío, falto de consuelo.




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