viernes, 10 de agosto de 2012

CONTINUACIÓN DE MI DESCONOCIDA


SERENA

Desperté casi sin recordar nada al hospital, en un principio me inquieté al no reconocer el lugar, al no poder levantar la cabeza por una pesadez dolorosa a la cabeza no pude alzarla para mirar a mi alrededor, al realizar el esfuerzo pude girarla sintiendo alivio a la rigidez de cuello y a su vez más ligera el espeso que notaba a mi cabeza, es cuando me encontré con los ojos de ella, mirándome, me perdí en su mirada afectuosa sin estar segura de quien era ella, preguntándome dónde, estaría mi madre, el esfuerzo de pensar me provocó un rayo de dolor mas fuerte que me atravesó y me hizo caer a un estado de somnolencia, sentí como acudían a mi cama, quise responder a sus llamadas, sabia que mi madre se sentía mal por mi estado, algo me tendría que pasar si al hospital despertaba, una serie de imágenes pasaban por mi mente mientras mantenía los ojos cerrados, así como pensamientos y comprendí que estaba recordando, me centré en ello pues me era más sencillo hasta que llegaron los más desgarradores…

Abrí de nuevo los ojos intentando no ver lo que mi mente me mostraba, apenas me enteré  de todo lo ocurrido desde la primera vez que abrí los ojos, pues recuerdo lagunas oscuras y un esfuerzo aterrador por no caer en un pozo… esa sensación de indefensión y caída libre por un pozo que en algún momento romperá la caída es verdaderamente lo peor que uno llega a sentir o soñar.

Al abrirlos ella volvía estar ahí a mi lado, la contemplé mientras me empapaba de su calma, ella me devolvió la mirada, comenzó a hablarme, y yo le respondía a todo,  sabia todo lo ocurrido y quería pensar que había sido una pesadilla, pero realmente nunca fue un mal sueño, mas bien una pesadilla en vida difícil de olvidar, hablamos y si algo estaba claro era el de no hablar de ello, menos que nos escucharan, si yo misma me preguntaba si me habría vuelto loca, no era menos pensar que seria el primer pensamiento de cualquier especialista; seguimos unos instantes hablando y sentí la apremiante necesidad de decirle todo lo que sentía antes de que algo mas sucediera, temía perderla, lo admito, más sabiendo lo cerca que he estado de que fuera así, tras verme al otro lado de la realidad, me niego a dejar este mundo sin darle todo lo que siento, romántica empedernida, posiblemente, pero valoro más lo que compartimos y lo que lleguemos a tener en un futuro, que todo cuanto me puedan ofrecer.

Me di cuenta de que estábamos solas, apunto estaba de preguntarle por todas, ya que en ningún momento se separaron de nosotras en todas las veces que despertaba desde la primera vez, la puerta se abrió sobresaltándome y de un modo sospechoso mi madre entraba con la mirada brillante, se aseguró de que nadie pudiera entrar y con cierta impulsividad comenzó a tomar la palabra de los hechos, intentando asegurarse de que ella tampoco se había vuelto loca, ya que mi difunto hermano la hostigó a buscarnos tras informarla de nuestro inminente peligro.

Sus palabras me traspasaron como flechas dejando una herida de decepción y desconsuelo, mi hermano fue a ella y yo no lo vi, nunca nos pudimos despedir de él, y al parecer cuidó de nosotras, el desasosiego y los recuerdos volvieron a mí y con sobreesfuerzo contuve las lágrimas que pugnaban por salir.

Miraba a mi madre, necesitaba que la consoláramos, que recuperara la confianza de su cordura y animarla a seguir y cuidarse de repetir nada para que no la tomaran por una desequilibrada, cosa que podría ser ya que no supo controlarse cuando intentaba venir a ayudarnos y nadie la creía.

Finalmente Tiara tomó la palabra, con un tono severo y algo tenso, temí lo que pudiera guardar en su interior o lo que pudiera temer.


-         Si sabias por que me preguntabas.

-         Necesitaba confirmar que no soñé escuchar y ver a mi hijo, que en verdad no sufría ningún desequilibrio mental, y que supieras que estaba con vosotras y no temierais por vuestra credibilidad.

-         Mama, yo no vi a Derek, pero si….

-         Tranquila, algún día, quien sabe, ahora se que vela por nosotras.

Tras escucharla un único pensamiento acudió a mi mente y comencé a temer lo peor, recordé en que estado se sumergió ella tras su muerte y su obsesión por que nada de lo que él dejó se cambiara como si así lo retuviera a su lado, temí que su cordura realmente quedará afectada.


Mi madre algo más emocionada y risueña volvió a hablar anunciándonos nuevas noticias. Pensé en que debía ser algo que la hacia muy feliz y esperé con mas entusiasmo lo que nos tenia que contar.

-         Antes de que os durmáis, tengo una noticia muy buena para ambas, pronto disfrutaremos de una boda en la familia.

Eso si que era una gran noticia, miré sus manos y no halle detalle alguno que me indicara que era ella la afortunada, pensé en si me equivocaría y si seria Diana la afortunada de adornar su mano con un anillo de compromiso, tal y como dicta la tradición…

-         Ya se que piensas, pero te equivocas cariño, Nat y Sam recuperaron la sensatez y digamos que han superado sus diferencias y tomaron la decisión final que tuvieron miedo tanto tiempo, ya fuera por terceros o por inseguridades entre ambas, así que disfrutaremos de su enlace en cuanto os den el alta decidirán una fecha, así que animaros que algo bueno ha nacido después de todo.

Sam y mi tía juntas de nuevo, eso si que era algo digno de celebrar y con todo me sentí aliviada de que no fuera mi madre no me sentía con ánimos de mas ceremonias y tras lo ocurrido necesitaba un tiempo a que todo pasara y se asentara, en pocas palabras aun no me sentía con fuerzas de verla caminar hacia un enlace llevando conmigo unos recuerdos tan lúgubres, quería que brillara el sol ese día, tanto al cielo como a nuestro interior, y quizás un paso para conseguir ese día, seria una celebración con la que rociar todo con nuevas alegrías.

Me sentía muy feliz por mi tía y sobretodo de que Sam no tuviera que renunciar a su corazón y que volviera a ser feliz al lado de la mujer que ama, pero comprendí que no todo estaba bajo el brillo de esa alegría, un rastro de tristeza seguía en mi madre, por alguna razón sabia que no era por mi padre, temía tener razón en mis presentimientos, deseaba equivocarme pero aún así esa certeza que en mi interior crecía, al verla quedar en silencio a ratos con la mirada perdida mientras cada día el ambiente era mas animado con la ilusión de salir del hospital y marcharnos, esa actitud me confirmaba que seguía pensando en volver a ver a mi hermano, se negaba a dejarlo marchar y vivir ella una vida plena sin él.

Lo esperaba, lo buscaba, comprendía que como madre el mayor deseo es seguir teniéndonos a todos a su lado, pero hace mucho que él ya no estaba a nuestro lado y tenia que superarlo del todo, ahora sabia que el velaba por nosotras pero ella debía de seguir su camino sin atarse al pasado o la idea de recuperarlo. Durante días y días me abstuve de decirle nada, supe que antes o después llegaría el momento y decidí esperar a que estuviéramos solas lejos del hospital, solo temía no dejar pasar mucho tiempo.

Una tarde mi madre llevó a hacer un chequeo a Diana, en unos días debíamos ser trasladadas a Claustrom, sorprendentemente una mañana Tiara amaneció sentada y pelándose una manzana ante la mirada incrédula de la enfermera, la misma que cada mañana acudía a colocarnos un termómetro antes de la hora de desayunos y aseo, el revuelo fue tal que acudieron tres médicos, la enfermera jefe y las de vigilancia.

Mi madre observaba la reacción de todos con su escepticismo habitual y riéndose en silencio de la estupefacción generalizada, la verdad es que el rostro de algunas enfermeras provocaba risas. Con todo Tiara se tomó su manzana indiferente a la mirada de todos, una vez terminó se volvió en la cama hacia la pared para levantarse, mi madre se levanto entonces colocándose a su lado, una silla delante de tiara a modo de apoyo y con cuidado se puso de pie, muy despacio con pasos inseguros llegó al aseo y allí pasó un rato, mi madre fuera a la puerta esperando y luego otra vez de vuelta, con el rostro malícienlo y agotada, pero con una gran victoria, eso me hizo pensar que los médicos no apostaron por que se recuperara y menos tan pronto… ese día me pregunte si Estela sanó parte de los daños causados por mi padre o mucho más de lo que me dejó entre ver.

Volví a dejar ese pensamiento con sus recuerdos alejados de mi mente, y mi mente se volvió a centrar en algo que hacía mi madre, leía un libro que muchas veces le vi antes en sus manos, un libro de anécdotas que le gustaba mucho a mi hermano y luego conversar sobre variantes o conceptos de las mismas, las cosas no iban nada bien respecto al fantasma de Derek y mi madre.

Al llegar la noche, Diana se llevó a mi madre, Sam y mi tía hicieron el intento de salir también pero les pedí que se esperaran un segundo, Tiara dormía o al menos eso me parecía.

-         Necesito que estés pendiente de mi madre de que no la dejéis pensar y si podéis traerme ese libro de anécdotas sin que lo sepa, cuando lo tenga yo me gustaría quedarme completamente a solas con ella, necesito hablar sin nadie mas a nuestro lado, es algo delicado, tía por favor no me preguntes, se muy bien que le esta pasando y por qué, no está volviéndose loca, solo se agarra a un deseo, tener paciencia con ella pues creo que os hará falta.

-         Cariño, dijo que vio a tu hermano, eso si me preocupa. Y ahora vuelve a vivir con ese libro en sus manos.

-         Por eso necesito tenerlo yo y hablar con ella, pero os aseguro que no está loca.

-         No creo que este loca, solo que puede que necesite mas descanso y alejarse de todo, han sido demasiadas cosas seguidas y muy traumáticas, espero que sepas lo que haces Serena.

-         Se el que hago y por que lo hago tía, confía en mí, no será fácil.


Antes de marcharse se deshicieron en abrazos de apoyo y animo, intenté coger aire y descansar, la voz de Tiara me sorprendió, ella no dormía como supuse.

-         Ahora el sentir que puede volver a ver a tu hermano la salva de la locura que ha vivido estos días, la consuela y puede que de cierta manera sea su salvavidas, ya viste que no pensó tanto en el ataque que sufrimos pero sí en la aparición que ella vivió, intenta no pensar ni imaginar que casi te pierde, se agarra a tu hermano para no perderse a si misma en el dolor, ayer la vi llorar a la ventana mientras te miraba, tiene sus accesos y creo que sigue sufriendo por no haber estado a tu lado para protegerte, puede que incluso piense que ella debía a ver sido la destinataria del odio de tu padre…

-         Pienso igual, pero debo frenarla, pasó un año viviendo en un estado en el que seguía viviendo como si todavía él siguiera vivo, hablando con el y a días llorando por que ya no lo veía, tengo miedo de volver a esos días, su muerte fue el golpe mas duró que sufrió y lo único capaz de desestabilizarla, teme mas por perderme que nada, pero sentir que pudo oírle o verle a ella la ha creado un gran daño dentro y tengo que  poner orden… no puede seguir sujetándose a la falsa idea de que el volverá a estar a su lado, como antes.

Su calor me sobresaltó, ella se había levantado en silencio y acercado a mi sin que yo me diera cuenta, fue reconfortante sentirla y me sobresalte al notar su dolor en el rostro, debía estar realizando un gran sobreesfuerzo, me eché a un lado evitando alzar la cabeza por el collarín, dejé espacio y ella se acomodó conmigo, me abracé a ella y así me quedé durante una hora o dos, no me dormí, pero tampoco sentí ganas de hablar, simplemente tenerla así era algo que había deseado muchos días, me reconfortaba tanto que no me importaba el deseo palpitante que sentía al percibir su cuerpo calido al lado del mío.

Justo creí que me dormiría cuando con su mano comenzó a acariciarme los cabellos,  toda mi piel se erizó por la suavidad de su gesto, intenté que no lo percibiera pero cuanto más lo hacia más sensible me volvía a su contacto, finalmente comencé a temblar e intenté sujetarle la mano para que me diera un respiro y recuperar el control, más revolucionadas las hormonas imposibles, pero también más difícil la situación imposible, la puerta se podía abrir en cualquier momento y pese a que deseaba con toda mi alma desde hacia días tenerla así a mi lado y besarla, evité dar pie, me contuve tanto como me era posible…

Ella no me permitió coger su mano,  volvió su cuerpo más hacia el mío, yo ni me moví, temía hacerlo, cerré los ojos en un resquicio de autocontrol ante las brasas que me consumían avivando la erupción. Su mano entrelazó los dedos con los míos, la apoyó contra la almohada y comenzó a besarme en el hueco del cuello, mi pulso se aceleró tanto que me mareaba la marca de sus besos en mi piel, frescor contra el ardor de mi cuerpo, comprendí que no le negaría nada, que deseaba mucho más, tanto que sudaba intentando dominar lo incontrolable, retiró su rostro de mi cuello y lo alzó hasta dejar nuestras miradas a la misma altura, para admirar unos ojos oscuros y brillantes, que me marcaban el alma en la profundidad de sus deseos, me deshacian en una suplica silenciosa, suficiente para levantar mi mano libre y tomarla del rostro, alzar el mío y devorar hambrienta sus labios, todo mi ser languidecía de la sequía y necesidad por su contacto, si la lluvia fuera deseo vivo bajo ella me desnudaría libre de pudor, la idea me sedujo y excitó todavía más, alcé mis caderas con más desesperación de lo que pensaba, casi la volqué fuera de la cama, a tiempo la sujeté contra mí y me lancé a su cuello, sus manos hacían lo que podían al estar sobre mi cuerpo y pegada a mi por  mi abrazo, el collarín me estorbaba y cada vez me importaba menos si me dolía, retiré una mano de su espalda para conseguir quitármelo y moverme mejor, a tirones desesperados lo conseguí, dando de si al fin y dejándome alzar la cabeza libre, bajé mis labios  al nacimientos de sus senos y ella estiró su cuello hacia atrás encorvándose parcialmente, me giré hacia mi derecha volcándola de lado en ese trozo de cama libre, y descendí con mi boca por su piel retirando del medio el camisón y su gemido me otorgó un placer superior a mis fuerzas, tanto como para encogerme para evitar que mi cuerpo se fuera solo de puro placer y su risa me despertó de la ceguera placentera que yo sufría, su mano entró con firmeza en el pantalón de mi pijama, la sorpresa me invadió tanto como para dejarme paralizada, su pierna derecha se entrelazo con mi izquierda, y estiró hasta que yo abrí mis piernas a su invasión, y divina intrusión que me robo mi primer gemido, en el mismo instante que ella me besaba, su lengua realizaba un baile sinuoso en mi boca llevando consigo la mía, yendo y saliendo, al mismo ritmo que sus dedos iban y venían de mi vulva desesperada por su contacto. Intente sujetarme de las sabanas, de algún modo supe que no podría controlarme y la confirmación me llegó en el mismo momento que ella me penetró y me agarré a su espalda con todas mis fuerzas y cerré los dientes ahogando un grito que no quería que escuchara ni ella ni nadie, me avergonzaba que cualquiera supiera que justo en ese instante ella recibía mi virginidad incluso asustarla con mi primera experiencia más allá del roce…

Mi reacción detuvo todo movimiento entre ambas, excepto la inspiración y expiración de aire, en mi caso desesperado en ella mas bien tenso,  sabia que mi rostro tenia las marcas de mis lagrimas y cobardemente evitaba mirarla, temía su reacción, pero su voz, su voz me atravesó con toda la ternura del mundo cuando acercó sus labios a mi oreja y me dijo, “ya pasó, ahora irá mejor”, abrí los ojos sintiendo la boca seca, sus dedos seguían en mi interior sin ceder, sus senos se agitaban libres de ropa ante mis ojos, alcé despacio la mirada hacia su rostro y su boca entre abierta mostraba una medio sonrisa tímida, finalmente me atreví a mirarla a los ojos y eso si era amor puro latiendo en una corriente de emociones y ternura que me acariciaban con su alma, igual que sus dedos volvían a recuperar el latido de mi sangre, primero temí más dolor, luego el dolor ya no me importó, olvide el mismo y  mis caderas se mecieron buscando más, mi espalda se echaba hacia atrás para acercar más mi cuerpo al suyo, buscando aire, con una mano me sujeto mientras me mecía y la otra me enarcedaba de placer subiendo a una altura vertiginosa de puro gozo sin saber cuando caería o llegaría a lo mas alto, justo cuando me agite rabiosa ella me penetro con fiereza, se tumbó sobre mi y con su cuerpo sobre el mío besándome, mordiéndome dándome de todo, ella me enloqueció ansiando gritar y morderla de igual manera, ella se mecía igual que yo, me impulsaba la presión de su sexo contra el mío hacia arriba a la vez que yo me abria buscando mas, su mano seguía ahí, el saberlo me devolvió la cordura lo suficiente para alzar mis caderas e introducir mi mano de la misma manera, no me iría yo sola, no llegaría al clímax sin ella sufriendo la misma tortura.

Con mis dedos encontré entre su humedad un punto más inflamado que el resto y firme, lo acaricie y la cabeza de ella se tiró hacia atrás ahogando un grito, continué presionando, acariciando y pude comprobar como se abría a mí, mojando mis dedos hasta que pensé en ir a mas, la penetré con firmeza  y directamente hasta el fondo, mi gesto pudo ser brusco, pero no le importó pues se agarro a mí como si en ello le llevara su alma gruñendo y gimiendo a un mismo tiempo y sobre mi mano un liquido caía muy caliente, no necesité mas y sentí que toda la tensión se deshacía en mí en temblores a la vez que me ahogaba y todo mi cuerpo se colapsaba…

Ella retiró su peso de sobre el mío, para abrazarme, buscó un paño húmedo que mi madre usaba para ayudarme a asearme en las mañanas, no comprendí que pretendía, sus ojos soñolientos se esforzaban en no cerrarse y yo a su vez intentaba que no me venciera el sueño, sus labios se posaron con dulzura sobre los míos para luego fijar su mirada en la mía satisfecha y calmada.

-         Selena, abre las piernas cariño, he de hacer algo y no dejar pruebas de lo que hemos compartido, sobretodo lo que has sangrado…

Abrí los ojos de golpe asustada al pensar en sangre, su mano se impuso en mi pecho, no me dejó levantarme, sus labios fruncidos imponían sobre mi la orden, sentí el impulso de ignorarla y ella no se retiró hasta que notó que me calmaba y la dejaba hacer, mi mente daba vueltas a la idea de cuanto sangre, en las sabanas y lo que llevaba,  su mirada subía hasta mis ojos para luego volver la atención a lo que hacia, la retirar el paño descubrí que no era tanto como pensé, algo de alivio si sentí, pero todavía me inquietaba las sabanas, ella como leyéndome  el pensamiento me vistió o lo intentó hasta que yo comprendí que pretendía y me vestí, luego me retiré de la cama buscando la mancha, era pequeña pero se vería, el brazo de ella se estiró a la mesita y con calma me susurro la palabra alcohol, se lo alcancé y colocando la mano bajo la mancha la impregnó del liquido y estezo, luego le paso el paño por el lado limpio y al rato apenas era un borrón, comencé a respirar aliviada, justo entonces comprendí que me dolía un poco al moverme, por instinto bajé mi mano hacia ahí  incomoda, ella sonrió complacida y nuestras miradas volvieron a quedar unidas por nuestra cercanía, ya me volvía a poner nerviosa, con otro susurro volvió a decir que me tranquilizara, extendió su mano hasta la mía y yo baje mi mirada hacia su gesto para escuchar como me decía que era normal… al menos ella lo sabia, yo siendo mi primera vez no me sentía segura de que era norma y que no, de algo si estaba segura, quería besarla y darlo todo en ese beso, sentía deseos de darle la gloria de lo toda la felicidad que sentía besándola, y la volví a mirar para verla sonreír mientras estezaba, no me lo pensé más, la bese y di todo lo que sentía en ese beso, comprendiendo  a su vez lo que significaba ese beso en toda su magnitud…
Sus brazos me arrastraron a su lado, cayendo sobre la humedad de las sabanas, el olor a alcohol era molesto, pero no me importó ella me abrazaba y me acogía con el mismo sentimiento que yo la besaba, un carraspeo nos interrumpió, las dos volvimos nuestros rostros desconcertadas, Diana nos miraba cruzadas de brazos entre molesta y divertida, no pude mas que esconder mi rostro en el hombro de Tiara hasta que me fue imposible contener la risa…

Diana se acercó a nosotras y nos hizo mirarla y prestarle atención, ya no fruncía el ceño reprochándonos el que ella se levantara o encontrarnos besándonos con el peligro de escandalizar a las enfermeras, rodeó en un segundo la cama y recuperó el collarín para recolocármelo, luego hizo levantar a su nieta y que se recostara en su propia cama…

-         No seáis tan descuidadas, o ¿queréis que os manden un controlo psicológico?, aun ponen inconvenientes a este tipo de relaciones o intentan controlar su procedencia, así que evitarme mas disgustos quiero volver pronto, no retrasarlo más, eso significa que dios mediante, mañana os darán el alta bajo vigilancia de Melissa, tener paciencia, sólo os pido eso.

-         ¿Mañana?

-         Sí.

-         Diana,¿estás segura?, mi madre no nos ha comentado nada…

-         Por que yo lo acabo de saber hace unos minutos y bueno vine casi corriendo…

Su mirada esquivó justo entonces la nuestra volviéndola a la puerta, después calló y se sentó a la silla suspirando.

-         descansar las dos que el viaje se os hará largo y tenéis que recuperar fuerzas.

-         Con todo lo que hemos dormido… ¿aún más?

-         Serena, sé de que hablo y muy bien lo que os digo.

Su mirada sostuvo la mía sin parpadear y justo entonces puede percibir ese brillo picaro del que tanto me habló Tiara cuando hablaba de ella, me sonroje perceptiblemente pues comprendí que no saldríamos indemnes de lo ocurrido, ella si sabia lo que acababamos de hacer… pensé en sus palabras, vino corriendo hace unos minutos…

Me tapé el rostro totalmente descubierta e incomoda, la vergüenza era una palmada traicionera a la conciencia, tanto como para desear ser invisible en ese mismo instante.

-         no es posible, abuela…

-         suerte que era yo, ¿no?

Ninguna de las dos supimos que decir después de que ella reveló lo que las dos presentimos, decidí no mirarla ya que me ponía peor, cerré los ojos pero solo me venían momentos de las dos juntas y ella mirándonos, desde ese instante supe que tardaría en poder dormir en mucho tiempo sin verla a ella y su mirada brillante tan perturbadora.

La puerta se volvió abrir apareciendo San como distraída, en sus manos cargaba un par de libros y algunos tebeos, en su bolso asomaba unos cables, se volvió a Diana y le insistió para que marchara con mi madre y tía, que esa noche la pasaba ahí, eso me indicó que habían tenido conflictos al paraíso, suspiré e interiormente agradecí que fuera así, no que ellas estuvieran mal pero si lo oportuno de que se quedara ella en vez Diana, creo que nadie mas es capaz de perturbar mi tranquilidad como ella.

La mujer protesto y rechisto pero la mirada penetrante y firme de Sam se alzó de lo que ojeaba y Diana se calló extrañamente,  se despidió y se marchó con un paso que presagiaba que las cosas entre ellas no iban a ser un lecho de rosas pero si de espinas.

Nat comenzó a sacar los tebeos y unos reproductores de música, en su bolso cargaba los compact de Tiara, ella se lanzó ávida a buscar, y yo enseguida comprobé de si tenían radio incorporada por fortuna sí, le di las gracias distraídamente a Nat que se dejaba caer en el asiento sin mediar palabra y volviendo a su lectura, mensaje recibido me dije, no quería conversación, busque entre los tebeos a ver que había traído consigo y encontré algunos de Mafalda, perfecto para pasar la noche de insomnio que sospechaba que me esperaba.

Las horas fueron amenas con la música y leyendo, cenamos y vimos un poco de televisión, enseguida conversamos de una serie para terminar leyendo otra vez y descubrir que nos habíamos acabado la lectura, cerramos los ojos o al menos yo lo hice y escuché música, la cual me relajó lo suficiente como para caer dormida, eso si sueños extraños de ideologías de Mafalda, caricias de pasion con Tiara y la entrada majestuosa de Diana…. Lo divertido la pasión pasaba a un segundo plano y una Mafalda recriminadora le daba la charla a una Diana muda de asombro.

La noche dio a la mañana y con ella la entrada y salida de enfermeras, el medico llegó con su sequito muy satisfecho por nuestra evolución, nos volvió a preguntar por lo sucedido pero como ambas acordamos no recordábamos nada, finalmente dejó pasar ese detalle pues no era de su competencia, si nuestra pronta recuperación pero no los sucesos que nos rodeaban o nuestras vidas, confirmó ante nosotras la puesta en alta de las dos y se despidió muy cordialmente.

Nat sonreía satisfecha y nosotras casi gritábamos de alegría, nos levantamos doloridas y algo entumecidas al aseo, nos duchamos sin perder tiempo, Nat se dedicó a meter las pertenencias en una maleta, lo de ambas eso si me pareció divertido, una vez las dos arregladas nos sentamos a nuestras camas a esperar, comentando algunas historias y viñetas de Mafalda que nos hicieron reír, así nos encontró Diana que llegaba seguida de la enfermera con las altas listas para firmar y entregar, cumplimos con los requisitos y en vez dejarnos salir por nuestro pie, nos llevaron con sendas sillas de ruedas hasta la salida del hospital, donde nos esperaban ya Sam que marchó mientras dormíamos, mi madre de copiloto nos recibió abriendo las puertas y abrazos, la vuelta a casa comenzaba.

En el coche subimos nosotras y Diana, la cual fue de copiloto, mi madre se puso entre nosotras, Sam se despidió de un par de enfermeras y tomó su propio vehículo, el mismo descapotable que llevó cuando nos marchamos.  Tiara y yo nos cogíamos de las manos y nos aldabamos con miradas cómplices, mi madre me tomó del otro brazo y se abrazó a mi durante todo el trayecto hasta el ferry, el encargado ya nos saludaba como un conocido después de tanta ida y venida en los  últimos meses, supo de nuestro accidente y se interesó al respecto, el vernos andar y con ganas de verlo todo le causo gracia y nos invitó a la parte frontal para que viéramos los bancos de pescado que ya llegaban con la marea alta, era como ver plata luciendo al sol a esa distancia.
Todas disfrutamos de la vista, mi tía se separó de nosotras y se encontró con Sam a la puerta de su coche, allí se quedaron conversando, supuse que otra vez tendrían asuntos que retomar, mi mano buscaba siempre la de Tiara y su mirada la mía, sospechaba que iba a ser difícil tener intimidad una vez llegásemos, era momento de aprovechar, vi como Diana tomaba la mano de mi madre y la besaba con ternura, para luego abrazarse y mirar hacia Claustrom, el faro se discernía a esa distancia y un escalofrió me recorrió, la mano de Tiara presionó la mía reconfortándome, nuestras miradas se encontraron en un gesto de comprensión y me recosté en su hombro, evitando apoyarme sobre ella.

Cuando el primer aviso resonó ensordeciéndonos, volvimos al coche, mi tía se marchó al coche de Sam y nosotras volvimos con mi madre y Diana, ninguna teníamos ya ganas de habla solo de llegar y sentirnos en paz y en casa, yo seguía teniendo pendiente una conversación con mi madre, ese detalle ensombreció en parte mi alegría de retorno, lo deseché y me recosté al asiento para cerrar los ojos y escuchar el latido de su corazón, el sueño me venció.

El aviso de llegada largo y contundente rompió la tranquilidad de mi sueño y despertó un lado de mi ser que era mejor que siguiera dormido, me sentía de muy mal humor y parece que mi rostro era un claro reflejo del mismo… aun así seguí en silencio.
Al descender por la rampa ya se me pasó en parte, el luego recordar que debíamos pasar la inspección de aduanas renovó mi malestar, espere a que todo pasara pacientemente, respondí con cordialidad sin mucho animo a los interesados por mi bienestar, y me desesperé cuando se retardaron en abrir la barrera de salida del recinto.

Una vez el coche tomó carretera y el viento del campo me golpeó el rostro volví a relajarme al fin, Tiara asomaba su rostro por la ventana y sonreía, disfrutaba con el aroma del mar y la falta de polución en el aire, el sentirse de vuelta era algo inesperadamente reconfortante, mi primer escalofrío me causó temor pero ahora disfrutaba de ver el verdor que nos rodeaba y el mismo placer me causaba escalofríos distintos, su calor al abrazarme ella y la frescura del aire, era como renacer en un mundo que era mío y a la vez nuevo.

Detuvieron el coche frente a la casa de Diana,  aun tenia marcas de un fuego y la puerta había sido sustituida por una muy lustrosa y de bellos tallados, a la misma sujeta con adhesivo y el gozne, al acercarnos comprobamos que la puerta seguía abierta pero atrancada con el mismo sobre al marco, en el sobre que no era una nota como pensé, llevaba unas llaves y a su vez una nota que rezaba, “que descanséis en paz, Claustrom” era un detalle de la comunidad, al entrar descubrimos que no solo habían restaurado esa puerta sino todas las de la casa, e igualmente talladas, las antiguas y desvencijadas puertas aparecieron al patio trasero echas astillas y colocadas para usar como leña, Diana sufrió un ataque de risa, recordando algo que nos intentaba contar, Nat la hizo entrar al interior mientras Sam le traía un vaso de gua y susurraba algo a su pareja, ésta la acompañó a la cocina y ahí se  quedaron calladas a la puerta, curiosas nos acercamos yo y Tiara y descubrimos que el mobiliario de la cocina también fue sustituido… al llegar Diana su risa se trunco en un llanto y mi madre que no se separaba de ella la abrazaba, ya le pedía a su hermana su maletín cuando la abuela de Tiara se negaba a tomar nada y que no se preocuparan, se sentó en su mecedora que había sido lijada y barnizada en nuestra ausencia y a los brazos tallado su nombre….

Tiara se dirigió al teléfono, marcó y esperó una respuesta, aviso de nuestra llegada y que al día siguiente le gustaría agradecer el detalle a la casa de su abuela, que reuniera a los participantes a la taberna, luego llamó a la taberna por que su tono se volvió mas cómplice y amigable y avisó de que ira a primera hora para arreglar una cena para todo Claustrom, Sofía ya avisaba que se ocuparía de todo y que no haría falta que se desplazara hasta la noche, escuchamos todo y la discusión al respecto pero finalmente ella se rindió y tras colgar se acomodó a su sillón mirándonos a todas.

-         Intentemos descansar que creo que lo de la cena ya estaba listo para mañana y por la euforia de Sofía, algo grande han preparado.

-         No puede ser cariño, sabes que aquí hace mucho que no se celebra casi nada excepto en privado.

-         Pues el que volvamos sanas y salvas, el perder el estigma del pasado, el no volver a revivir los sucesos de la guerra para algunos y por ende que lo del medico no acabara peor, es suficiente fiesta para ellos y en mi opinión para todos, nos vendría muy bien y nos despejaría.

-         Es cierto Diana, hemos tenido mas de lo que muchos podrían aguantar, es hora de un respiro bien merecido tu nieta te sustituye, yo me ocupare debidamente de la salud y todos nosotros, Sam ha resultado ser una excelente enfermera y me ayudara, Nat esta cumpliendo su sueño de ser una guardiana en vez una recluida con cargas y culpas,  y tu ya es hora que lleves una vida mas placentera, el primer paso es divertirse mañana con todos, bueno Serena todavía no se que espera hacer de ahora en adelante aparte de su ámbito personal.

-         Darme unos días y os comenzaré a responder.

-         Cariño tienes algo en mente, ¿verdad?

-         Esta noche hablaremos a solas llevo dando vueltas a algo desde que salimos de aduanas.

-         Por eso te cambio el animo y te relajaste.

-         Si.

Después de tomar todas aire, con mi molesto collarín volví fuera y regué la huerta alejándome de todos, el faro dejaría de ser un lugar tabú, era una estructura fuerte, que es podía restaurar y usar de mil maneras, la biblioteca debía volver a la vida y abrir en sus noches de finde semana un cine en común, todos daban por sentado no tener razones para disfrutar y solo trabajar y proteger sus legados personales, deseaba realizar algo que los uniera mas y compartieran mas alegrías y menos pesares, por ejemplo un campeonato de pesca anual y cosas así que atrajeran gente en ciertas fechas y este lugar renovara su sangre y sus ganas de vivir.





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