jueves, 20 de septiembre de 2012

EL HORMIGUERO





¿Recuerdan esa expresión de cuando uno vuela alto, todos parecen hormigas?...

Pues eso es lo que yo veo hoy por la calle, hormigas laboriosas a la llegada del otoño, siempre apresurando el paso, intentando tener tiempo para todo y en nuestra sociedad, medios para cubrir cuanto se precisa.

Somos comunidades de hormiguitas que recogen lo que al día de hoy nos sirve, volvemos a los tiempos remotos de la posguerra que a falta siempre viene bien lo que el prójimo tire…

Un grupo de hormigas siempre buscando que se dirá por aquí y por allá, ya poco les preocupa el nuevo comienzo y el invernar a nuestras casas por el frío y la tristeza de no salir como antes al sol.

La mayoría corren tras sus larvas asustadas del mal que viene con los nuevos vientos, siempre alguna mas espabilada gritando, “ande vas con tanta prisa” y siempre la misma respuesta, “a que no me pille el toro”.

Venga, venga, que el tiempo corre, las lluvias llegan y en el fondo todos gritamos por fin el calor se marcha, pero el correr ahí sigue sin dar respiro a nadie.

Con las lluvias el reuma vuelve, con el frescor los dolores se dejan notar, y un deje de tristeza llega a algunas miradas, ahora todo va a ser mas difícil, el ánimo es eso, un cambio y como todo uno siempre ha de pensar, ya pasara y vendrá lo bueno.

Y si por si se duda, estas hormigas siempre esconden su genio, en un garrote bien escondido, para las avispas que busquen dar mas estragos en sus vidas pues no son pocos, ya sea que al mal tiempo buena cara, no es precepto de ser idiotas, simplemente no se rinden y siguen recolectando la fe de que todo cambiara y de paso un día liarse a bastonazos con aquellos que les causen ofensa y rabia, ya pues de alguna manera ha de salir el malestar general.

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