lunes, 27 de mayo de 2013

CXIV




Si el poniente es duro tus caricias lo suavizan,
Si la noche es oscura tu voz le da vida,
Si el silencio es asfixiante tu mirada me resucita,
Si mi voz tiembla tus manos me elevan,
Si el agua me ahoga tu fe me resucita,
Solo tú eres mi salvavidas la piedra angular del cielo.

En la cúspide de mis fantasías  te sientas como una reina,
Es el templo de mi pasión ese cuerpo que me aviva,
Activas el volcán que invernaba ausente de vida,
Renaciendo ante mis ojos como
 Una diosa de lujuria y pasión desatada,
Más no hay mayor enredo que un corazón palpitante,
En el que se derrama esta mezcla explosiva,
Como un néctar indomable…

Creces en mí sin control,
Llenas y derramas en mí el elogio de la felicidad,
Alcanzas a iluminar una caverna sin fin,
Solo tú lo tienes todo,
Solo tú eres la mujer que amo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bonito, solo digo que eres mi escritora preferida ^^, siempre me gusta lo que escribes, atentamente Carmen.