domingo, 1 de enero de 2012

ENCRUCIJADA

En la vida todos seguimos un sendero que nos lleva a superar todo tipo de obstáculos en ocasiones se divide en dos direcciones y optamos por aquel que nos resulte mas cómodo, aquellos que mas coraje demuestran, se enfrentan a lo que les depare aquel sendero que muestra una ascensión difícil.

En el amor, las paradas son innumerables, las miradas a tras mas frecuentes, las dudas una constante, y el cambio de sentido un peligro constante, incluso cuando se divide en dos direcciones es un reto, pero lo peor es cuando se llega a un callejón sin salida o uno se encuentra apeada en una encrucijada, si suena extraño, pero es el mayor de los pesares, las dudas te confunden, la culpa te corroe, la dirección que uno sigue es interrumpida por otra que te tiene sujeta, son dos corrientes que tiran de ti, una es poderosa, tu adoración y encarnación de la felicidad, le eres fiel a ciegas, la otra pone a prueba la lealtad a uno mismo, el corazón grita, la corriente va cambiando de sentido, no lo percibes, estas ubicado en el centro y la desesperación y lucha te sumergen en sus profundidades, al salir a flote a coger aire, la culpa es mayor, la negación es una mentira, el sentimiento que antes te mantenía viva deja de lucir como antes, un lucero que pierde esplendor, un lucero que suspira por una luna desde el principio de sus días.

Desde el principio de los tiempos ella estuvo ahí presente, unos y otros fueron testigos de grandes amores en los que ella deposito un halo de su aura, y es que el amor nunca desfallece, sigue amando a esa luna, pase lo que pase, quizás no alcance su cenit, pero nunca se ha de olvidar, nunca se ha de aprender que el amor no es único, que se viste a su antojo, que mil caras nos demuestra, y cuando la luna luce sonriente, un aullido de consternación se escucha, cuando luce tenue, gemidos de desconsuelo mecen el silencio, cuando la luna luce en penumbras un llanto de tristeza mece las sombras, cuando la luna luce roja, una voz grave susurra suave, cuando la luna nos mira, allí desde lo alto, sigue nuestros desvaríos, llora cuando lloramos, brilla entre risas a nuestro lado, se sonroja ante nuestra ternura, se esconde vergonzosa de nuestro atrevimiento, se ríe de nuestra desfachatez, se duerme en brazos de nuestras nanas, nos acompaña cuando la soledad nos lacera….

Y es que todos somos una parte de esa luna, ella con amor nos vela en las noches y nosotros le suspiramos románticos sonetos y versos de amor, ella mece nuestra inspiración y travesuras y nosotros celebramos en su compañía nuestras conquistas o desahogamos a sus oídos las desdichas vividas….

En la encrucijada ella esta ahí esperando que aliviemos esa presión, ese temor, esa ilusión, pues todo se vive y todo se enreda, en el centro de nuestros universos, descubrimos nuevas maneras de mirar a la luna, y siempre resplandecerá bella y luminosa en nuestras memorias.


se ama libre, las cadenas invisibles de la unión atan a la entrega y fidelidad, si se rompen un gran pesar cae en la desdicha solitaria de descubrir un nuevo cambio, que te aleja de ese suspiro que la luna dejo caer en los labios de esa persona adorada, un eslabón pende suelto, ya no te sujeta a ella y te arrastra a la incertidumbre de un nuevo solsticio, que va otorgándote un abrigo de las corrientes nocturnas de la seducción y desconocido...

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