domingo, 22 de enero de 2012

CONTINUACION DE MI DESCONOCIDA

TIARA

La noche no llego a ser tan placentera como esperaba, las pesadillas y el temor a perderla fue la constante en sus sueños, fue muy difícil conciliar el sueño cada vez que despertaba, al final optó por encender la luz y ponerse a leer, entre lo de su abuela y ella se temía no descansar en semanas como debía…

Un ligero toque sonó a la puerta, parece que no era la única que era incapaz de descansar, tal como llegaron las otras solo quedaba pensar en la tía de Serena.

-         adelante.

-         Buenas noches, veo que no soy a la única que el sueño la rehuye.


-         Mejor diré que me tiene malos presagios en si.

-         Eso fue mi noche pasada…. Esta noche ni siquiera soy capaz de cerrar los ojos, oye se te tranquila.


-         Más bien digamos que de momento no puedo hacer mucho mas que luchar por recuperarme lo suficiente como para ir en su busca…

-         Mi hermana y yo la estuvimos llamando, no responde, y bueno ella intento llamar pero se ve que se arrepintió…


-         Creo que si ella no quiere hablar será por que no esta lista, igual que yo no lo estuve para aceptar la situación de mi posible invalidez, pero dime, que ocasionó la marcha de tu pareja, yo os vi muy bien todo este tiempo….

-         Digamos que el pasado siempre vuelve a tocar la puerta y las culpas siempre remuerden la conciencia, no quiero hacerla sufrir, pero de alguna manera es algo imposible de evitar.


-         Bueno espero que los fantasmas nos abandonen a las dos y seamos capaces de resolver nuestros dilemas, para que ellas no tengan reservas de nuestros sentimientos.

-         No pensé en encontrarme a alguien semejante a mi, desde que llegue a esta casa  y escuché la historia que te unía a un pasado tan trise me sentí en parte identificada y en parte intrigada el como conllevabas todo, tu te recluiste a todo por lo que he sabido yo en cambio….


-         Buscaste tu autoestima en el sexo…

-         Sí.

Ninguna supimos que decirnos y lo siguiente era las dos con un libro cada una y leyendo, escudando algún gemido del otro lado del pasillo y sonriéndonos pensando en si seria la borrachera o aún tendrían fueras para algo más… en si evitaba pensar en mi abuela en tal situación y concebía mas a Mel, aun costaba imaginarse a una mujer de su edad disfrutando de placeres tan mundanos tras tantos años sola.

Ella Eligio un clásico de toda la vida, “Cumbres borrascosas”, yo por algo más de mi estilo que recién habían editado, “el lustre de la perla”, una autora única en su estilo y rama en la escritura, desde luego nunca pensé que leería romántica lésbica a estas alturas, todo un placer descubrí nuevas expectativas. Pensando me pregunto que clase de lectura le gusta a ella, y si habrá tomado prestado alguno de los que yo he ido acumulando por mi dormitorio y algún otro a lo largo de los años.

Tras varias horas de dormitar y leer, un ruido nos pone en sobre aviso de que una de ellas se levanta al baño, ella se asoma presta a ayudar pensando en el estado de la noche pasada, y justo abre la puerta y Mel que a su vez abría, las dos hermanas se miran sorprendidas de verse cara a cara en el mismo marco, bueno creo que mi doctora se preguntara que habrá estado haciendo su hermana en mi dormitorio, y a su vez ésta si la otra no iría al baño en vez aquí…

Titubeando, titubeando al final un buenos días incomodo sale de parte de ambas, la doctora me mira  y yo no me puedo reprimir en reírme por la situación tan ridícula,  algo de tensión si que consigo aliviar y las dos me miran algo divertidas también, supongo que se dan cuenta de la escena que están interpretando.

Mi acompañante de esa noche marcha ligera a poner al fuego una cafetera, mi doctora algo aturdida me hace algunas preguntas de cómo estoy, yo la miro observando sus ojos y el aspecto algo demacrado por la salida nocturna y no soy capaz de imaginarme a mi abuela así de destemplada, como si oyera mis pensamientos ella aparece por la puerta bostezando y mucho mas fresca que la novia, una mirada picara atraviesa a la doctora como reproche por su mal aspecto, sin contar el orgullo de demostrar lo bien que se mantiene. Me mira y su gesto se tuerce en respuesta a mis ojeras, algo me dice que una reprimenda me va a caer, un contoneo la distrae, la doctora parece que hace uso de sus dotes para distraerla mientras toma un cuaderno y toma notas, le sonríe y le pide un desayuno mientras conversa conmigo, empiezo a pensar que me voy a tragar unas cuantas escenas de seducción mientras no pueda escapar o disfrutarlas por mi propia cuenta…

Mi abuela se cruza de brazos como plantándose en rebeldía, vale desde luego también muchas escenas cómicas voy a disfrutar con ellas cerca de mí, otra sonrisa de Mel y mi abuela se enternece saliendo mas sumisa del dormitorio, ahora si que me sorprendo, la ha dominado sin una palabra…

Mientras me recriminan no haber descansado y me consulta de si preciso algo para descansar y si me duele algo e incluso como me encuentro, comienza a escoltar de nuevo las piernas y a darme ordenes de vez en cuando, las sigo con la sola idea de terminar cuanto antes, e intentar de nuevo levantarme de la cama yo sola, su mirada se clava en mi, como si conociera a pies juntillas mis pensamientos y creando un cierto deje de culpabilidad por mi impaciencia.

No dijo nada, en cambio tomó asiento en una silla y ahí se quedó toda la mañana vigilando mis ejercicios, algo me dije que me va a poner una vigilancia más exhaustiva por si no cumplo de manera consecuente.

Tras la mañana de ver entrar y salir a mi abuela antes de anunciar que salía al pueblo y luego saber que la acompañaría a  la vuelta la tabernera, me dejó un rato para salir al jardín mirar el huerto buscando algo y a la vuelta llamando por teléfono con otro deje de tristeza, seguía sin poder hablar con ella.

Toda la semana fue mas o menos parecida, a finales ya podía bajar la escalera sentada en los escalones y arrastrándome subir y bajar, cosa que me pusieron como ejercicio, impulsándome con las piernas, varias visitas se hicieron habituales, siempre trayendo algún detalle o información de alguna emergencia, sobretodo las dos noches que llovió torrencialmente y se convirtió en un caos entre un parto y su ex que se empotró borracho contra la entrada de su finca con el coche, por suerte las luces alertaron a la servidumbre que el mantenía para su bienestar.

Dos días mas tarde me vi en una reunión improvisada a la sala, parece que el medico titular, es decir el ex de mi medica, ya no está capacitado y nadie confía en su titulo o sus maneras y menos si bebe y luego ha de atender a cualquiera y ocasiona un mal mayor. Finalmente uno de los vecinos indica de que ella ocupe ese lugar, que un caserón cerca de la taberna lo pueden poner entre todos en condiciones y así que no tengan que trasladarse hasta aquí para pedir ayuda o llamar por teléfono y que ella se traslade, que la casita la pueden usar para otros menesteres, es decir la nuestra, algo se me escapa en ese instante, pero tras una hora de conversaciones abrí los ojos como platos y miré a mi abuela, parece que ella lo esperaba, empezó a reír, Mel la miró a ella algo sorprendida sin saber que le hacia tanta gracia, me mira a mi al ver que el resto me miran igual y también se sonríen, al final todos ríen ya no se si de mi, de mi incredulidad o de algo más….

Tras unas risas y un vasito de Mistela como aunando esfuerzos por un hospital municipal, sellan su palabra y promesas y a la mañana siguiente ya están todos recopilando material y personal, me sacan de la cama y me llevan a correos, dónde me espera una silla de ruedas y varias barandillas para sujetarme cuando tenga que incorporarme, y ahí me dejan con mi abuela mirándome, esperando alguna respuesta por mi parte, no soy capaz de hablar, el ver el esfuerzo que han puesto todos para que no esté recluida y me esfuerce en recuperarme solo ha conseguido que lloré como nunca pensé que lo haría.


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