jueves, 12 de enero de 2012

SABANAS FRÍAS - FINAL

TRANSITO


Frío, otra vez mis ojos se niegan a abrirse, mi mente a reconocer que siento mucho frío, que ya no hay calidez a mi lado, que el fuego se extinguió el de leña y el de mi interior…

No me atrevo a abrir los ojos y descubrir su ausencia otra vez, a volver a esperar a la noche para tenerla en mis brazos unas escasas horas, y luego volver a sufrir este frío que es martirio de su marcha….

¿Qué la aleja de mí?, otras obligaciones quizás, puede que una pareja inocente de sus preferencias, puede que secretos o quizás el no querer ligarse a mí…

Un retazo de recuerdos atraviesa mi adormilada mente, puede que tan entumecida como mi cuerpo, las fábulas de muertos del día anterior, los intereses del espíritu errante, una sonrisa se me escapa al pensar en deleitarme en una fantasía tan infructuosa, pero bueno una respuesta muy imaginativa por no reconocer la verdad, no le importo nada.

Abro finalmente los ojos y no me equivocaba, la habitación aparece vacía a excepción de mi, fría como ella que va y viene sin mostrarme mas allá que su ansia de mí, con renuencia me levanto, el dolor me sorprende, todo absolutamente todo me hace crujir y respingar de dolor, estoy rota de agotamiento, me ha chuflado la vida, toda mi energía se fue en sus brazos a cambio de sus caricias, y con todo se marchó, miro el baño dudosa, y me niego a bañar de nuevo, busco prendas de abrigo apenas me arreglo los cabellos y los oculto bajo un gorro de lana, casi sin mirar a mi alrededor cojo las llaves y vuelvo al comedor en busca de ella o de alejarme de los restos de una noche de pasión….

Casi sin darme cuenta he llegado de nuevo al gran comedor, ya no parece el mismo lugar acogedor del día anterior, la gente pasa a mi lado sin saludarme siquiera, las chicas de las cartas ni reparan en mi, se podría decir que soy ignorada por completo, tampoco es que me preocupe, paseo de un lado para otro, me acerco a tomar un café pero miro al camarero y se me quitan las ganas, está mirando con lascivia a una cría de unos 16 años y ésta lo rehuye intuyendo el peligro, me dan ganas de romperle la cabeza, desisto mientras ese calvo no la toque, no veo razón para hacer que me echen….

Con todo sigo vigilándolo, la luz es mortecina y el ambiente se me hace triste dira incluso que decadente, es como si no fuera parte de esa escena, sigo a la chica a un salón adyacente donde se aleja de la vista del pervertido, ahí se reune con unas chicas que escuchan con atención la incomodidad y temor de la muchacha ante el individuo que la vigila, las otras alzan la vista contra éste y abrazan a modo de protección, una de ellas se ríe como si la cosa fuera broma, una incredula, presa fácil para un depravado como ése.

El mal nacido se ha percatado y se aleja no sin antes echar una mirada a la otra chica que se ha reído, ya puesto su atención en la otra y por supuesto sus intereses, una cólera interior me recorre por dentro pero he de aceptar que si el no se expone nada puedo hacer. Sólo estar pendiente, supongo que me és imposible evitar sentirme protectora con las más jóvenes…

Una sombra recorre la estancia como un resplandor, sus cabellos, juraría que he visto lucir bajo la lámpara los cabellos que acaricié la noche pasada, un impulso me guía tras su presencia, buscándola, en un principio no lo consigo pero al cabo de un desquiciante ir y venir me topo con su mirada, es como ausente, como si nada de lo que nos rodea estuviera realmente, los colores son tristes ya no poseen ese lujo de alegria de antes, algo ha cambiado.

Ella posa sus ojos en mi, su mirada es fija e inexpresiva, es como si supiera que aquí estoy y a la vez ya nada importara, me acerco, abro la boca para saludarla pero me es imposible pronunciar palabra, una tenue sonrisa con aire triste asoma a sus labios, mientras me observa con un deje de comprensión e intriga, ese ultimo efecto me inquieta….

“piensa en las palabras e imaginate pronunciándolas….”

Es como un pensamiento que se repite, sin embargo no es mi voz, posee un tono de dejadez y melancólico, con un toque dulce y muy tierno… será su voz…. ¿cómo podrá ser?, una sonrisa cómplice sustituye la anterior, sin hacer ruido se ha situado delante mío rozándome sus labios prácticamente besando los míos, tentándome….

“piensa en las palabras e imaginate pronunciándolas….”

Obedeciendo sin realmente saber por que sigo los pasos como una niña sigue las instrucciones de su profesora…

“Dime tu nombre….”~ es mi voz, carece de la acentuación y potencia de antes, como si me faltaran las fuerzas, el aire, la vida…

“Ariadna, volvamos a la cabaña.”

Es una afirmación, como si no hubiera contradicción a una orden no pronunciada, bajo un tono cómplice. Toma mi mano y sujetándola tira de mí, casi sin poder frenar el avance ella me arrastra, los escenarios pasan casi sin ser advertidos ante mis ojos, a una velocidad vertiginosa, de pronto ella para en seco conmigo a su lado, volvemos a estar en la sala dónde nos conocimos, no recuerdo abrir la puerta, tampoco que ella lo hiciera… su mano se deja caer en mi hombro empujándome, me guía al dormitorio y un miedo casi indescriptible me atenaza, no tengo valor algo muy malo ha sucedido en ésa habitación,  algo que presiento y a lo que no quiero poner nombre, tampoco reconocer, me giro y la miro dubitativa casi pidiendo a gritos socorro, deseando que ella me acompañe, posiblemente por que algo me dice que es la única a laque puedo acudir…

Ella se acerca de nuevo con su rostro pétreo, casi ausente de emociones excepto por esos ojos repletos de tristeza, vuelve a guiarme al dormitorio apoyando sus manos en mis hombros, su voz resuena como un susurro triste en mi mente, casi igual que la primera vez pero esta vez con más claridad.

“Lo siento, tras dormirte te uniste en alma a mi, dejaste la vida abrazándome… acudí cada noche por que en tu aura se definía pocos vestigios de vida, y yo siempre…. Siempre te miré de lejos sintiendo todo mi mundo en ti y a la vez perdiéndote cada vez que volvías a tu vida, te espere cada anochecer a que volvieras aunque fuera a conformarme con mirarte, y al percibir tus escasos momentos los quise pasar a tu lado, perdóname si te he hecho sufrir.”

Mi rostro formó una mascara de incredulidad ante la palabra que se formaba en mi mente, luego desesperación y terror y en ése mismo instante sus brazos me rodearon, era como si me protegiera de mi misma y a la vez temiera perderme, luego me sentí tan reconfortada comprendiendo algo, no fallecí sola, ella se quedó a mi lado y lo que es más ella seguiría a mi lado en esta segunda vida, quizás distinta pero a su lado y lo más importante era lo único que yo de verdad quería, parece que me enamore de un fantasma para caminar a su lado en mi extinción.

“Mariam, ¿éstas bien?”

“Sí, simplemente he descubierto que desde que te conocí hace un par de noches, comparto el mismo sentimiento y me frutaba que desaparecieras cada mañana, yo ya quería estar contigo, aunque me cueste todavía comprender”.

“date tiempo”

Me saca de allí evitándome seguir mirando mi cuerpo sin vida y azulado sobre las sabanas, toda una escena para quien me encuentre, pues sigo totalmente desnuda. Me vuelve a arrastrar y el siguiente lugar que descubro ante mi son las aguas termales casi ocultas en la montaña, a ésas horas no hay nadie en los alrededores y con una sonrisa se sumerge invitándome a acompañarla, bueno a fin de cuentas voy sin ropa y tampoco la necesito…

No hay comentarios: