viernes, 25 de noviembre de 2011

XXXI

XXXI


Entre los tramos de la vida
El aroma dulzón se hace dueño
De la esencia de la elección,
Es pecaminoso pensar,
Es ingenuo aspirar,
A significar algo más…

Que el paladar de la existencia
Deguste de nuestro común caminar,
En la ensoñación y la vivencia,
La mirada al pasado con su regusto amargo,
Y si fuera poco un vistazo de reojo al futuro,
Donde uno se relame en la esperanza,
Efímera en sí y tan dulce como la miel,
Que si osos fuéramos igual caeríamos,
Y así caemos en el sortilegio de lanzarnos,
Dejarnos llevar en la ceguera del sueño,
Esa felicidad tan ansiada nos secuestra,
Y si fuimos o somos ya no cuenta,
Pues ya tan solo vivimos para un entonces….

Dulce reclamo del cielo,
Invitación del corazón,
Tesoro del alma,
Alivio del martirio,
De ésta soledad que me acompaña,
Dejad que camine tras sus pasos,
Pues ya así me conformo,
Pese a que a mis brazos no llegue,
La calidez de su amar,
Si su sonrisa ilumina mis días,
El sol ha salido por el norte,
Y mi brújula me guía hacia allá…

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