XXIX
Persistente es mi mente,
Es convicta por amarte,
Ya mi corazón late
En el deseo de besarte
Y si no fuera suficiente,
Tu imagen, tu voz, tus palabras,
Me esposan a pensar y
Convertirme en una convicta
De tu recuerdo y amar…
Y si quedaran dudas
Feliz soy de encontrar,
Una celda tan cómoda
Donde suspirar y velar,
Mirando la luna en el cielo
Y saber que tu estas allá,
Esperando mis besos y suspiros
De este loco amar.
Si el manicomio me espera,
Que se aguante y a la cola siga,
Son muchos los que aspiran
Al ingreso de este tenaz corazón,
Que ama, sueña y desea,
A una morena de sonrisa encantadora,
Que mira las estrellas y se confiesa
Bajo su esplendor ya tenue de cansancio
De nuestra suplica de amor…
Y es que somos dos locas,
Que se ríen sin temor,
Del destino y su látigo,
De la vida y su crueldad,
De la distancia y su desprecio,
Pues si la una existe para la otra,
Nuestro amor es la entrega incondicional,
De un alma y un beso de amor pasional.
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