sábado, 15 de octubre de 2011

LA TRAMPA

Es en este hilo en el que nos hallamos en un momento u otro de nuestras vidas cuando nos vemos acorralados por nuestro propio yo interior, el descubre nuestras inseguridades y convierte nuestras fortalezas en jaulas de inseguridad y confusión, ya que en aquello que otorgamos mas valor y confianza se vuelve de pronto en aquello por lo que ansiamos recuperar y deseamos luchar sin conocer las condiciones de la batalla.

Una palabra lo puede cambiar todo, un esfuerzo renovarte la existencia, un sentimiento recuperar la luz en su existencia y una puerta antes cerrada abridse de nuevo hacia el destino…

Pero luchamos contra una esencia invisible, albergamos esperanzas que nos crean mas dudas ya que se basan en la respuesta ajena, ilusiones y alegrías antes compartidas son vistas con añoranza en el fuero de nuestras almas en la fe de que algún día retornaran con su esplendor cegador.

Siempre habrá ese trono al que uno mira con admiración ahí presente, siempre ansiaras avanzar por el gran salón de baile y llegar a él y alzar la mano en muestra de invitación y esperar esa ansiada respuesta, suspense en el corazón, miedo en el interior, dudas en la mente y fe en la mirada, la cual se alzara en voz de suplica por rozar el cielo de la piel de esa persona amada.

Un suspiro desencadenara ese cúmulo de hechos y sentimientos arracimados en el puño en el que sostienes la plegaria de tu alma, la suplica por no perder el calor de su sonrisa que regala la vida y las fuerzas con su existencia y ansiando caminar a su lado y beber de sus labios ese sentimiento que te mantiene viva.

El regalo del cielo no es la vida es hallar la vida en la otra persona y valorar y disfrutar de ella como si de un manantial de felicidad se tratara y es así como con ese roce de la presencia de un ser querido uno encuentra las fuerzas y las ansias de clamar al cielo las gracias por sus bendiciones y si no basta demostrarle en la alabanza del amor cuan importante es ella.

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