Ángel caído extiende tus alas y eleva tu vuelo lo mas lejos de mi, no poses tu mirada en mi persona ni me vuelvas a traer tus bienes, no son bien recibidos ya me diste a probar la sangre maldita de un sueño, retén tus flechas son veneno para mi.
En tu bendita palabra confié y de ti me fié, inocente de mi que me trajiste un sueño maravilloso sin miras de futuro, a su lado descubrí los mas bello por sentir y así también me encontré con la pena más amarga por saber.
No deseo flechas ni promesas, no deseo sueños ni fantasías, no deseo un amor sin el sabor de un beso, no deseo que vos volváis a tocarme ni cambiarme, mi sonrisa fue suya, le regalé mis mejores sentimientos, que guarde con cariño en su recuerdo, pues así yo guardaré los suyos, y mediante el sortilegio de esta soledad suplico no vuelvas a cruzar en mi camino tus alas, no pienso venerarte, el libro quedó sellado.
Un libro antes abierto hoy en día esta cerrado... puede que incompleto, puede que sin su final feliz pero sigue ahí presente su memoria, pero ya no volverá a las manos del lector.... este desea dejar en el olvido ese sentimiento que antes guardó encontrar un nuevo fin sin otro libro que le haga sonreír, no desea ya las ilusiones.... solo seguir el sol hasta llegar la noche.
Y en el resguardo de las estrellas dejar volar el llanto de su recuerdo, en el abrigo de la oscuridad ocultar el dolor de su perdida, en la soledad de mi ser abandonar su pasado para caminar en un presente, en la determinación de una promesa, no volver a caer en la trampa de un corazón dulce, en el amargo despertar, dejar de soñar por siempre jamás.
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