miércoles, 9 de abril de 2014

LAS BARCAS



En esas cáscaras flotantes que consideramos barcas, nos embarcamos con ese espíritu inocente, pero sintiéndonos seguros sobre ellas, da igual cuanto tardemos en su balanceo rítmico, avanzamos así nos sintamos lentos, pero en realidad presumimos de lo que no tenemos…

Cada ser humano echa a andar, presto a seguir su propio camino, nunca se detiene ni a prestar atención a lo ya echo, el rostro cara el frente sin ver a quien avanzamos o dejamos atrás, nos calzamos nuestro zapatos y a correr.

En la vida muchos en su falta de color, buscan un cambio, en esa búsqueda se fijan en quienes sienten un ejemplo, en quien admiran y buscan su calzado, sin comprender que así se lo ponga, no calzaran sus limitaciones ni sus habilidades, al contrario….

Ese par de zapatos serán unas barcas a sus pies que le pesaran, frenarán y cansaran intentando imitar y llevar aquello por lo que no lucharon, aquello que no comprenden, pues desear ser superior no es imitar a otros, es ser uno mismo esforzándose y motivando esa habilidad, mimándola y queriéndola para evolucionar en alguien distinto cuyo camino se aligera, mientras sus limitaciones cambian y aprende un nuevo ritmo de vida, renueva la visión de futuro caminar por su vida con una nueva valoración .

Unas barcas en la persona equivocada, le hace ver cuan impotente se siente en su aprendizaje, pero quien en su caminar no recapacita a tiempo,  ni se guía  avanza a ciegas navegando con un rumbo algo errático, solitario, buscando el faro de su destino, la prisa en ocasiones te sumerge en  una tormenta de vientos contradictorios, de retos y luchas para las que uno necesita cierto apoyo….


En nuestros pies las barcas sobran, caminemos con viento a favor, sonriamos a nuestros pasos con la confianza que se merecen, avancemos y conozcámonos para bien, ya muchas piedras hay para tropezar, no calcemos las esperanzas de otros, no luchemos las limitaciones ajenas, no carguemos pesares que no podemos aliviar, nuestros pasos han de fortalecerse, para saber sostener a quienes en nuestro camino precisen un bastón con el que retomar su camino, mientras el nuestro halla nuevas ciudades a las que visitar con la visión emprendedora.

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