sábado, 6 de octubre de 2012

SOMBRAS NOCTURNAS




Ha llegado la noche de plenilunio, toda la vida se encuentra enlazada a esta noche, en especial los seres nocturnos o aquellos que viven aparte de la luz solar.

En la noche de plenilunio los soñadores ensalzas sus odas por la belleza de una luna que enmarca un cielo lleno de estrellas como reina y señora del mismo.

Pero el momento especial llega pasada la media noche, en la que llega la comunión de madurez de unos seres tan apreciados por su raza como desconocidos por su origen oculto. En la vida solar repartidos por el mundo se encuentran sus hermanos los elfos de la naturaleza, guardianes de la vida y muchas tradiciones. En cambio estos elfos son mucho mas distintos de que cualquiera pudiera soñar, viven en el mundo de la tierra, entre las raíces de la misma, no conocen el cielo descubierto, tampoco los seres que en ellos habitan mas que a través de leyendas, su vida transcurre en la oscuridad y entre la fría roca, en la que otros seres conviven alabándola, de un tamaño que les permite colarse en cualquier lugar y una fuerza descomunal, son acérrimos enemigos de las profundidades, sin embargo estos elfos distintos a los solares, conviven con la fiel doctrina del combate y la superación.

Cada noche de plenilunio, los jóvenes que crecen y alcanzan su máxima preparación han de subir al exterior, y ganarse las armas con las que combaten y el orgullo de sus congéneres trayendo consigo las del enemigo, buscan campamentos nocturnos para su ataque, es su prueba y seria humillante matar sin el orgullo del combate.

Esta noche aparecerán otro grupo a exponerse a la luz de la luna y su hechizo, pues ninguno es libre de la fascinación que ésta causa, y luego al ardor de la excitación por la misma y las ganas de combate que a todos devora con ansia.

Con precaución asoman la cabeza dejándose asombrar por los matices de luz lunar, luego van reconociendo la foresta y el terreno en busca de enemigos, es bien sabido que los elfos oscuros no son bien reconocidos ni apreciados, van avanzando en su reconocimiento, y llegan a un campamentos de elfos solares, elfos de los bosques que bailan alrededor de un gran árbol y sobre algunas rocas dejan velas que a los mismos elfos oscuros les parece insoportable su luz.

No llevan armas ni cotas de combate, algunos manejan unas ramas que usan en su baile, algunos de los jóvenes se sienten fascinados por la belleza de estos elfos dorados, otros en cambio les recorre un deje de odio, finalmente la falta de armas los disuade de atacarles.

Siguen su búsqueda y llegan a una colonia de enanos herreros, los cuales celebran su buena fortuna al encontrar una gran fuente de hierro, elevando la voz los enanos cantan a su dios y alzan sus martillos y hachas de guerra, ya que son fervientes luchadores, nunca rehuyen un buen combate…

Los elfos han encontrado su prueba, se lanzan al ataque y son enfrentados con valor y coraje, las habilidades de los enanos superan con creces las de los jóvenes, ya que son acérrimos guerreros de unas largas vidas, no se puede negar que la ventaja de llegar a vivir un milenio tiene su bendición en ciertas artes.
En pocos minutos son reducidos con escasos heridos por ambos bandos, los enanos se vanaglorian por su victoria y los jóvenes temen su final, sin embargo su orgullo y dignidad no les permite demostrarlo, finalmente los enanos llaman a los elfos solares, los cuales acuden a su llamada reconociendo a sus hermanos de las profundidades y su corta edad, conocen las costumbres de los mismos.

Comprendiendo la gran disciplina a la que los exponen, los enanos dialogan con los elfos del bosque hasta que toman una decisión, hacerles participar de esa noche de un modo distinto, no con sangre sino con la alegría que ambas culturas comparten, los jóvenes están derrotados y han de servir a los mismos por su honor y humillación, aceptan la decisión sin ilusión, pero he ahí la sorpresa, nunca han vivido una fiesta a la luz de la luna y el regocijo que la misma otorga en la felicidad de compartir.

Finalmente vuelven a su hogar con una lección aprendida y una sorpresa de generosidad, los elfos les regalaron las armas de enemigos pasados para no encontrar a su vuelta más humillación por sus congéneres.

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