Cada mañana la misma rutina, alzarse y ver por un segundo nuestro reflejo al espejo del baño, no existe constancia de si nos importa, así mismo ese reflejo aparece al mundo, no nos vemos, solo lo que el resto quiera ver en nuestra apariencia, aquella que generalmente arreglamos y acicalamos con esmero para ser bien recibidos a ese mundo de apariencias.
Pero la realidad es mucho mas trastornada de lo que somos capaces de reconocer, seguimos estilos, grupos, ideologías para sentirnos identificados, sin saber si realmente forma todo parte de nosotros, no salió del alma, no nos sentimos identificados, sólo somos ese reflejo insulso que el mundo espera ver en cada uno. Siguiendo los parámetros exigidos, siendo replicas de un pensamiento de ser común.
Nos miramos con atención en ocasiones, nos preguntamos cosas que en realidad no deseamos saber la respuesta, tememos admitir lo que en el fondo sabemos, el espejo muestra lo que queremos ver, pero al otro lado de esa línea de cristal cromada, ése alguien al que asfixiamos grita y siente como lo matan, con el tiempo en el que no nos reconocemos como individuos singulares…
Somos unos locos, seguimos el espejo de la sociedad, todos aceptando y amoldándonos a una línea de ser, pensar o actuar…. Olvidamos quienes somos, como somos y en especial que cada uno reprime su manera de ser para satisfacer el criterio ajeno, vivimos mirándonos a un espejo de criticas día a día, sin saber por que, siendo enajenados de nosotros mismos, de nuestra esencia, perdiendo nuestra alma y adoptando la fe esclava de las reglas de cómo debemos ser….
No hay comentarios:
Publicar un comentario