ALMAS OLVIDADAS

A las aguas caen su primer vestigio al mundo terrestre, en ellas son llevados al olvido y desprovistos de un digno recuerdo, al fondo los restos de neonatos son abrazados por las algas y acogidos al submundo acuático, hijos del padre de la corriente, espíritu de las aguas y así crecen sin nombre, sin amor, sin orígenes. Su piel se vuelve fría y escamosa, las algas forman un caparazón sobre su columna otorgándoles poderes sobre la vegetación con la que crean en las concavidades o bifurcaciones de rocas erosionadas, sus hogares o refugios de los moradores de la tierra. No crecen mucho pero son fuertes y cuando la sed de venganza o la soledad los corroe, asoman su rostro por la orilla y esperan a ver a quien arrastran a una muerte prematura, en las aguas que los acogieron, así en un año cayeron 15 jóvenes, que acudieron a las aguas a restregar las ropas sucias de la casa, 3 ancianos que descansaban pescando a la orilla, dos niños que disfrutaban de un baño a escondidas…. Muchos fueron acogidos en sus aguas, infectándolas de la muerte olvidada, muchos caerán incautamente en manos de quienes no fueron queridos o recordados, bajo el tirón y la mordedura venenosa, que les paralizara, impidiendo el grito de auxilio, verán espantados esos seres a los que acompañaran como espíritus condenados, siendo testigos del mal que causaron a un pasado, a un presente, por no ser acogidos y recordados con afecto. Verán la muerte una y otra vez, como son ahogados y experimentaran la tristeza eterna que en el canto del Kappa se siente, mientras recorre la noche y su silencio.