martes, 6 de mayo de 2014

LA SANGRE ES SANGRE

El tiempo no cambia la realidad, la vida marca la diferencia en cada ser, ya sea por bien o por mal, el criterio es único en un mundo universal.

Verdades dichas a voces, mundos dispares que chocan, en pensamientos inconclusos, de realidades que explotan, siempre somos núcleos que buscamos almas neutrales, que hallamos agujeros negros en donde debería existir puentes, son verdades que sobrepasan la conciencia pero no se confunden en la moral, son verdades que manchan la confianza para avanzar sobre los hilos de la dignidad.

El tiempo excluye la voz del pasado, hasta que emerge como un torrente, reflota lo oculto, descubriendo el secreto que mancha las manos de quienes pecaron, el tiempo devuelve al mundo el silencio ajeno, retornando la voz que fue acallada en la diversidad del conocimiento y la razón.... unos concluyen en lo mejor, otros en la vergüenza, muchos en la incredulidad, gran parte por miedo, siempre se halla la verdad que marca la existencia del nacer, el saber, la mentira y el morir, uno no puede evitar que el tiempo regrese, sea sucia voz de la verdad, como luz de la realidad.

Muchos buscan en los escombros, pocos encuentran ese mundo que esperan, muchos renuncian a la sinceridad para evitar la herida que intuyen, otros con valor se escudan y luchan para que el mal quede relegado a una fútil pesadilla, finalmente la voluntad del ser humano decide si sostiene o no la verdad con entereza o fragilidad del corazón.

Cupido siempre trae flechas de felicidad, mientras que el destino clava su lanza y trae giros y cambios ya para bien o para mal, bendiciendo con vida o con muerte, con dicha o desgracia....

La sangre es sangre, de vida o de muerte, de union o desenlace, la sangre marca la diferencia en toda vida en toda familia, en todo acto del que camina sabiendo cumpliendo o robando....

Siempre queda la chispa del fue, del pudo, con la gran huella de la certera herida, del a desconfianza en aquellos que debieron ser pilares de nuestra persona y confianza.

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