sábado, 17 de agosto de 2013

V

Las ascuas de la inocencia
siguen albergando la esperanza,
de esos sueños tras el insomnio
que el amor deja.

Siguen albergando el calor
de las ilusiones del corazón,
acunando en susurros la voluntad 
que siempre impulsó
ese latido lleno de fe y devoción.

con el dulzor de una mirada,
esa paz en el alma,
que amansa la marea de la duda,
y en un fugaz aleteo
surca el cielo con rumbo fijo,
al futuro que le promete la felicidad.

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