lunes, 1 de julio de 2013

II

En el sueño de tus brazos descubrí,
el aroma de la sensualidad latente,
el secreto de tu ser en mi piel,
el gemido de mi ansia oculta,
la recompensa de mi espera maldita,
pues aun sin tenerte te siento.

con la promesa del beso
mi corazón enardece,
una caricia que apacigua
y me derrite hasta las entrañas,
a la vez que tus ojos me dominan
en el temblor que desvela,
el terremoto que desata tu recuerdo...

arderé eternamente bajo el yugo del deseo,
alcanzaré el cielo con una palabra de tus labios,
me reencarnaré en el infierno de la desesperación,
me consumiré en el fuego de la pasión,
hasta que me extinga en la sumisión
a merced del deseo y el amor
que te proceso perdidamente.

la corriente nace del latido
y revive ese instante en cada sentido,
ensalzando mi existencia
a florecer en mil primaveras,
en el lecho del tiempo 
del que vos sois dueña.

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