lunes, 20 de febrero de 2012

CONTINUACION DE MI DESCNOCIDA

SERENA

La puerta se cerró con suavidad,  el verme en el dormitorio sola y en un lugar que no me era familiar, fue mucho peor para mi estado de animo que cuando marchábamos en el coche…

Me sentí atrapada y desolada al mismo tiempo, y deseando salir huyendo de esa habitación y volver a la cocina a escuchar la voz de mi anfitriona antes que estar sola, la idea de que me atrajese no me era ni descabellada en esos instantes, y mi mente trabajaba a marchas forzadas en que me calmara y razonara, cosa que mas bien parecía un debate entre la cordura y el impulso, finalmente me puse a respirar hondo, buscando calmarme como fuera, antes de dar la impresión de un conejo asustadizo.
La cama con un cabezal muy elaborado que asemejaba uno del siglo pasado, y que se mantenía en un estado estupendo, era el centro de atención en la misma habitación, el armario apartado a la izquierda y de cara a un pequeño tocador que cubría la paredes de la derecha, una alfombra entre ambos, la lámpara de luz suave iluminaba esa parte de la habitación, me acerque a una de las mesitas que cubrían los costados del cabezal a encender una lamparita, ésta resulto mas luminosa que la de la entrada, la colcha era una belleza echa a mano, de las pocas que se ven desde hace mucho, no pude resistirme a acariciarla con suavidad…

Me di cuanta al cabo de unos minutos de una luz frente a mi, oculta por el armario una ventana abierta al patio, dejaba pasar la luz de la luna y la fragancia de la selva oculta en esas paredes, era una maravilla, rodeé la cama hasta llegar al marco y ahí me quedé contemplando la noche, sentada al borde de la cama, pensando en mi madre, en Diana y en… Tiara, en especial ella, la sentía tan lejos y tan tristemente perdida, que en esos instantes era como si hubieran pasado semanas o meses en vez un día.

Los grillos llenaban el ambiente con su canto, finalmente me levanté sin muchos ánimos con la idea de pasar por el aseo, apenas recordaba su ubicación, pero tampoco quería molestar, salí al exterior donde todo estaba en penumbras, y palpando fui buscando la puerta siguiente mientras me situaba con las indicaciones que me venían a la memoria, un cierto olor a lejía, me obligó a detenerme en una puerta cercana a mi mano, tome la manilla y empuje, la luz me dio en la cara, cegándome, tras parpadear unos minutos cubriéndome los ojos, pude ver el aseo y de nuevo a ella, que me miraba divertida con un cepillo de dientes en la mano, con un  respingo cerré la puerta aprisa, desde luego era una situación muy incomoda, al menos no la pille a ella en otra mucho mayor, suspiré intentando no pensar en su mirada brillante, y la luz me volvió a dar en la cara, no me había movido del sitio, y todo el pasillo a mi alrededor se iluminó como si saliera de una cueva al sol, ahí estaba ella mirándome otra vez con ese interés que le percibí antes, en esta ocasión no sentía ganas de alejarme, simplemente me quede quieta mirándola en silencio, ella se acerco a mi con suavidad, hizo amago de apartarse para dejarme pasar, pero algo hizo que se lo pensara y me beso en los labios, con suavidad, sentí una caricia calida, de alguna manera yo estuve esperando eso toda la noche, desde que la vi, no sabia por que, pero quería seguir ahí, a su lado, simplemente sintiendo su cercanía  y volver a compartir otro beso, ya no pensé más en nada, ni en antes, ni el ahora y menos en mañana, le cogí la mano acercándola a mi buscando su cercanía, ella enseguida me abrazo y su beso se volvió mas profundo, un regocijo me recorrió de arriaba abajo, mis besos cada vez más presurosos revelaban esa ansia que me recorría al tenerla cerca, esa mujer me devolvía la vida con cada caricia, me hacia arder con sus besos, y unas ganas tremendas de tomar la iniciativa a lo que en verdad no tenia valor suficiente.

En algún momento ella apaga la luz del aseo, me toma de la cintura y echa a caminar hacia el dormitorio, allí ella me invita a pasar, en un principio me dudo, la vuelvo a mirar y ella espera a que yo decida si quiero estar con ella o pasar la noche sola, doy un paso hacia delante sintiéndome tímida y al entrar todo el dormitorio esta lleno de fotos, al igual que en la sala donde estuvimos antes, es como un mausoleo de recuerdos, incluso hay fotos de ella y otras mujeres desnudas en la playa, se las ve muy jóvenes, es como ser pequeña en un lugar así, su mano roza la mía, sigue tanteándome, de alguna manera no quiere ofenderme, la cuestión es que no lo hace, me halaga y a la vez me hace feliz su presencia y su cercanía el deseo de tenerla en mis brazos y entregarme a su persona, es incomprensible y tampoco me importa, ahora esta ella ahí y yo con ella y para mi basta con eso.

Me guía hasta su lecho, se sienta frente a mi, yo la observo la electricidad que emana crea corrientes en mi interior, sus manos acarician mis piernas y su roce me incita a abrir las piernas, mientras mis manos acarician sus cabellos, sus manos pasan a la cara interior de mis muslos, un temblor me recorre y las piernas me flaquean, ella me atrae hacia si tumbándome a su lado, y coloca una pierna entre las mías, sus manos sobre mis caderas y nuestros rostros pegados, la respiración de ambas es agitada y el calor que siento cada vez es mayor, en especial entre mis piernas, donde su pierna se mece entre las mías, poco a poco alzo la pierna por encima de la suya y acerco mi cadera hacia ella, las dos nos deshacemos en besos, la ropa nos estorba, pero ninguna hacemos el esfuerzo de sacárnosla de encima, creo que nos puede la necesidad, tampoco es que me importe, la noche es larga, y si dios quiere tan intensa como promete este fuego que me consume.

Apenas mi pelvis roza la suya un gemido escapa de sus labios, repito el roce, y su cuerpo responde el mío y sigo con  ese baile que cada vez pasa a ser mas que un roce, mi cuerpo humedece más y la ropa interior la noto mojada, me molesta y quiero quitármela, pero no parar, ella me abraza presionando su cuerpo al mío y acelerando el ritmo, sus labios se hacen dueños de los míos, el aire me falta, necesito gritar, gemir, patalear, lo que sea, no consigo contenerme y cuando mi cuerpo entra en un estado de tensión gimo justo antes de que mi cuerpo se libere entrando en un estado muy placentero,  sigo moviéndome pero sin tanta desesperación, diría que la acaricio, que consuelo el esfuerzo que hemos realizado, su abrazo se afloja, y con una mano retira mi cabello del rostro, me caricia a la vez que me da besos suaves, el sueño me empieza a vencer, los ojos se me cierran y estoy tan a gusto, que ya no soy ni consciente de lo que acaba de suceder ni donde estoy no con quien, solo que su calor me da paz.

A alguna hora de la noche despierto, sus brazos todavía me rodean, dándome calor, hace fresco, su respiración es pausada, se ha quitado la ropa y apenas lleva una camiseta y un pantalón corto deportivo,  una sabana nos cubre, la miro, su rostro relajado y pienso en lo que ha ocurrido y que en verdad no me arrepiento, me siento feliz, relajada, y como si hubiera satisfecho algo que no sabia que necesitara, su calor me reconforta, su persona es tan atrayente y al pensar en su voz me estremezco, y pienso que lo mismo he perdido a mi primer amor y he encontrado a alguien que me hace feliz, que al mirarme me hace sentir como si fuera el mundo para ella, eso era lo que me hacia percibir y me daba algo de miedo.
Me alejo de ella, busco la colcha y la extiendo sobre nosotras, tras eso miro la ventana abierta y miro de entornarla para que no entre tanta corriente, empiezo a desperezarme y miro mi ropa, arrugada y apegada a mi cuerpo por el sudor, me la quito y enseguida me siento mucho mas cómoda, en vez alejarme de ella vuelvo a su cama, a sus brazos, donde su calor calienta algo mas que mi cuerpo, también calienta una parte de mi interior que antes me hacia sufrir… enseguida caigo en el sueño, después de abrazarla a ella y mantenerla pegada a mi.

A la mañana siguiente, ella ya no esta a mi lado, un deje de tristeza me recorre, miro a mi alrededor, evitando la luz del sol en la cara, una bata al pie de la cama, mi ropa en un taburete al lado del armario, y al fin un reloj donde mirar la hora, las doce del medio día, he dormido mucho, algo que me sorprende ya que ayer no tenia ni ganas.

Me incorporo con algo de pesadez, pensando en que hacer el día de hoy, también en como tomar lo ocurrido la noche pasada, pienso en si llamar a mi madre y decirle que estoy bien, en como estará Sam y si ya se habrá levantado, al final me digo a mi misma que paso a paso, que ya iré viendo como sigue todo y que por mas vueltas que le de a las cosas hasta que no suceden no se aclara nada.

Con calma y sintiéndome como si un gran peso se hubiera evaporado, comienzo a vestirme, como no he traído nada mas, me pongo lo mismo de ayer y la idea de un baño se me hace muy seductora, incluso un deje de añoranza me recorre con la idea de meterme bajo el agua caliente y ser acariciada por esta mientras me relajo, a veces un buen baño o una ducha rejuvenece los ánimos y alivia los males, y algo me dice que es lo que mas necesito en esos momentos, ya sea por la incertidumbre o por los cambios en mi vida.

Tras calzarme, abro la ventana para que se ventile el dormitorio, apunto de salir me vuelvo y pienso en que anoche apenas mire las fotos y bueno la curiosidad me puede, así que me acerco a ellas y empiezo a mirarlas con detenimiento, fijándome en cada una de ellas en especial en las que ella sale, se la ve con tanta energía, que hasta envidia da, es como si fuera una bombilla reluciente siempre a punto de dar luz a quienes la rodean, esa es la sensación que desprende cuando se la mira en las fotos, no se por que, pero algo me hace enrojecer, puede que fuera la idea de que brilla, pues en la noche daba esa impresión al posar mis ojos en ella, al ver ese brillo en los suyos o la calidez de sus labios al besarme, e incluso… solo el recordarlo, revivo las sensación pasadas con ella y mi cuerpo reacciona a tal impresión, dios es todo un peligro su atracción, solo de recordar ya vuelvo a sumirme en fuego que me abrasaba, mejor evitar ciertos pensamientos.

Salgo algo precipitada del dormitorio, no muy segura de hacia dónde ir, y choco casi a ciegas con ella, apenas tengo tiempo de frenar el impulso de echar andar cuando me doy cuenta de que la tengo de frente, ella me sujeta de la cintura a modo de recibimiento, y luego toma mi mano cómplicemente, ese simple gesto me encanta, le sonrío sin saber que decir, nuestras miradas se centran la una en la otra, hasta que un carraspeo me hace volver al a realidad, alzo el rostro en busca de quien a echo ese sonido y Sam, recostada en la pared nos mira divertida y expectante, ahora si que el rojo se me subió a las orejas.

-         Ya veo que pasaste buena noche, y parece que algo ha surgido bajo la luna llena…

Esto ultimo lo suelta divertida, me esta provocando lo se, pero en serio no me sale ni una palabra, las miro a ambas como si  fuera una criatura indefensa pillada en un momento de apuro, y claro las dos echan a reír, ahora si que parezco tan inocente como soy, dios si la vergüenza se pudiera evaporar ahora seria el mejor momento para que no vieran lo incomoda que estoy.

-         Buenos días a ti también Sam, espero que no envidies el haber pasado la noche en buena compañía, no creo haber arrebatado nada o eso espero.


-         No cariño, nadie va a reclamar nada, y tranquila por su descaro mas bien anda divertida, apenas se creía que todavía descansaras, y bueno parece que la impresión de vernos intimando le ha chocado un poco, ya se recuperara mientras desayunamos o si lo preferís almorzamos, dentro de poco se hará la hora de comer.


-         Creo que mejor almorzamos tengo un hambre que me muero…

Esto ultimo era la verdad mas grande del mundo, mi estomago era como un agujero negro que estuviera absorbiéndome desde dentro y gruñéndome por no alimentarlo.

Con un ligero apretón de manos me lleva de vuelta a la cocina, seguida de Sam, que luce una sonrisa algo picara y me guiña un ojo de manera amistosa, ahora si que no se que pensar, bueno ya me preocupare cuando llegue el vendaval de preguntas e indirectas, todavía no se en donde estoy sentada y hasta que punto me estoy implicando con esta mujer, aunque no me importaría tener mas de lo que compartimos anoche, lo que ella consiguió en unas horas yo creí que no sucedería en meses, sentirme querida y mucho mas, sobretodo deseada, y si alguna mujer lo niega miente, no hay nada mejor para levantar a una del agujero de la tristeza y el rechazo, espero seguir disfrutando un tiempo mas de esta atención y conocerla mucho mas, siento que es alguien muy especial y me atrae mucho, por poco que sepa de ella me parece suficiente para querer saber  mucho mas, y seguir disfrutando de su compañía.

El almuerzo transcurre entre bromas y risas por mi y hacia mi, me lo tomo con humor, supongo que antes o después me tocaba pasar por el aro, así que a esperar que todo pase y bueno a reajustar mi vida, en primer lugar mirar las ofertas antes de la hora de cierre, el instalarnos y reorganizar lo que necesitemos además de conocer un poco mas el lugar.

Se lo comento a mi compañera de viaje, ella asiente con la cabeza y mientras recibimos consejos de los que tomamos nota mentalmente, en especial avisos de algunos que no pierden oportunidad de guiñar a la oportunidad,  por así decirlo nos podemos ver con mas de un pretendiente a nuestras sabanas en horas, y vaya si tuvo razón, apenas pasaron unas horas ya tuve tres ofertas mientras descargábamos nuestras pertenencias y de paso comprobábamos como iban nuestras solicitudes, parece que las mujeres disponibles en la zona escaseaban o ya se aburrieron de las presentes.

En la taberna que habría hasta altas horas de la noche, donde hacía falta camarera dos parroquianos se deshicieron en halagos y proposiciones, incluso el curo miraba a Sam con lascivia, la cual se giraba con escalofríos de la impresión, en la tienda de ultramarinos el hijo del dueño que nos quería invitar a un vinito y si era propicio algo mas conmigo, ya si que tenia ganas de salir corriendo del local, ya que no perdió oportunidad para acercarse de mas a mi siempre que nadie miraba, bastante es ser recién llegada como para provocar escándalo y te tachen de lo que sea… así que aguante la persecución o mas bien la caza, y en cuanto pude salir huyendo me faltaban pies para correr.

A la hora de la comida, nos encontramos las tres a la plaza y nos invito a comer al local del día anterior, allí Sam le contó con detalles la persecución vivida, y mi cara lo decía todo, rabia, coraje y una buena cantidad de repulsión, el camarero del día anterior cambio su actitud al ver con quien nos sentábamos, en vez piropear ahora nos miraba con desprecio, así que nuestra anfitriona se rió de buena gana, confesándonos que no era muy popular por su inclinación y sobretodo desde que el tío del muchacho estuvo años buscando un noviazgo con ella que no llegó nunca… al saberse de sus gustos, el revuelo llegó a los santos patronos y bueno se la tacho de cosas inconfesables, así que toda una anécdota que contar, y que espero cuente pronto para ver que tipo de recibimiento nos podemos encontrar.

No hay comentarios: