sábado, 25 de febrero de 2012

LAS PUERTAS





En un mundo de restricciones, de limites, de confidencias a la sombra, en todos lados existe un predominante, un punto en convergencia que puede unir muchos caminos, en todos ellos se encuentran verdades y mentiras, limitando por la sombra de una puerta, ya este abierta invitando a unirse o cerrada excluyendo posibles curiosos…

El ser humano siempre antepone llevar la cabeza bien alta a admitir errores, a considerar cambios, a participar a favor de otros, en cambio la vergüenza lo consume, la dignidad por los suelos aunque jamás lo admita, no reconocerá lo que esconde tras la puerta de una mirada, no reconocerá lo oculto tras las puertas del silencio, no abrirá la puerta a terceros para que le apoyen, por que seria reconocer que en su vida, entre los suyos, existe una mancha grasienta que no es capaz de limpiar ni hacer desaparecer, el rencor entonces consume, la lastima hace peligrar su paso firme, y la mirada antes siempre alta pasa ser una bofetada de desprecio ocultándola en el lustre de sus zapatos.

Son muchos los que padecen directamente e indirectamente, las faltas ajenas, ya sean por malicia o por el ruin destino que crea dependencias malsanas, ya que toda sustancia atrae a la mala conciencia e incluso la inconsciencia de actuar mas allá de la moral propia dejando a quienes se ama a merced de la vergüenza y la lastima…

La vida esta plagada por miles de puertas, las que vemos puede ser de madera que protegen a un hogar de intrusos ajenos, e invita a conocidos a unirse a su fuero calido de amistad y afecto, toda una comunión de unidad y entrega. Otras puertas retienen aquello que en la sociedad no admite su presencia, abren a la familia a reunirse fugazmente para luego llorar la lejanía y la tristeza de hallarse en tal situación, otras puertas abren posibilidades a un bien mayor, a un cambio, a la fe de hallar nuevas metas,  y por ende hay llaves que abren a favor o en contra a terceros que lo mimos pueden salvar la integridad y el futuro, como destruirlo y deshacer toda fe y esperanza de una vida mejor con los tuyos.

Y entre tanta puerta todos olvidan, esos ojos inocentes, que cruzan unas y otras, sin saber el porvenir ni el pasado, desconociendo toda posibilidad, esperando recuperar lo que muchos disfrutan y juzgan de uno mismo, esos ojos atraviesan puertas que para muchos son desconocidas, alcanzar a ver el lado oscuro sin considerar lo bueno o lo malo, y en el corazón de las sombras encuentra la única luz que no puede mantener a su lado, el único amor que posee bajo las rejas del destino, que día a día se aleja bajo la cadena de una dependencia que no la libera, y esos ojos saben ven y niegan al mundo, el como ese ser se marchita ante si, siempre con una sonrisa en los labios y unas palabras de fe en su voz, regalando promesas que en el fondo no se cumplirán, alcanzando el consuelo en la añoranza de una vida normal, con cada suspiro compartido en sueños y palabras que allá quedaron, tras esas puertas de hierro, tras esos muros inexpugnables, tras esa vigilancia constante, que siempre picaba con su mirada en la espalda al no permitir que el cariño fuera libre con aquellos con los que no se podían guardar recuerdos entrañables fuera de ese lugar…

Odio a la oscuridad, odio a la luz, cobardía al rencor, miedo a la perdida, como una persona inocente e ingenua convive en el declive de una existencia acorde a su edad, como vivir el conocimiento de a quien no tienes se encuentra en un lugar aborrecible, como dominar el miedo del reconocimiento de la verdad, como evitar esas lagrimas que revelan el dolor guardado, como evitar esa mirada triste por las lagrimas de soledad e indefensión, por la marca de esa mano negra que siempre llega  y roba los mejores instantes con la simple palabra, “se acabó”.

Una guerra se yergue en cada reunión, los truenos caen desde mucho mas cerca que los cielos, unas nubes oscuras se ciernen en el único hogar que se conoce como propio, y la duda entre abrazar a las visitas queridas o huir de esa amenaza con la que se comparte sangre  y lazos, los truenos atronan, las miradas encendidas y todo explota,  el desastre y la rabia tocan a la puerta, las puertas ya se cierran, el dolor aumenta, sin embargo le esperanza a que todo cambie sigue ahí presente.

Cada cierto tiempo llega la ocasión en que hay que acudir a un portal igual de doloroso y en el que la incertidumbre siempre esta ahí dando coba a las posibilidades, siempre mas nefastas que esperanzadoras, la voluntad de los que amamos a ese ser al que a se cree perdido es mucho mayor, que las creencias ajenas, ya caigan lagrimas, ya llueva malos presagios las puertas siguen entornadas a la espera de si esa vida abandonara nuestro hogar para pasar las puertas del cielo o volverá a cruzar la nuestra para unirse a nuestro abrazo.

Muchos umbrales vemos a lo largo de la niñez, en ocasiones son apacibles y deseas no abandonarlos, en otros sientes que no eres bien recibida y aguantas, en otras ves y escuchas como desprenden ese veneno por el progenitor sobre uno mismo, y ahí te mantienes con la vela alzada dispuesta a seguir navegando por esas aguas turbulentas y manteniendo la puerta de tu cabina cerrada mientras pilotas tu moral a buen puerto…

Se crece en muchos ambientes y ninguno alcanza a formar un lugar concreto en tu vida, no eres de ningún lugar ni tienes a ningún lugar al que acudir en épocas de tempestad, se abre una puerta y no deseas cruzar, se cierra y la duda de si te equivocaste, se cierra otra puerta y temes las razones, se abren otras a las que rehuir por intenciones poco dignas, y así se camina por esa calle solitaria.

Un portón enorme siempre presente en la memoria, para muchos un lugar al que uno no debe acercarse, para otros un lugar de desgracias, para otros una cama mas que ocupar, para algunos un punto de intercesión entre el antes y el después, e incluso una prueba de verdad o falso, para otros… un lugar donde alguien vivió y compartió momentos duros y momentos dulces, un lugar donde tuvo lo poco que conserva de aquella persona que fue el único centro de su vida, la promesa de vivir mejor y con quien más quiso, y finalmente el lugar donde fue y no llegó a cumplirse tantas promesas y sueños.

Puertas, todas son distintas, muchas de transito, muchas de felicidad, otras de temor, y todas pasan en distintos momentos por tu vida a rozar el umbral de tu conciencia, de tu persona, incluso a forzar la visita a tu vida contra tu voluntad, y si se acomodan en ella te sientes cada vez mas perdido al convivir con una influencia que apura continuamente esa fuerza que a uno lo mantiene en pie, caminando, esforzándose, deseando y soñando con un futuro que nunca se llego a cumplir en un pasado.

La represión ciudadana, paso por épocas duras, pero muchas vidas siguen sufriendo, siguen reviviendo esas épocas, muchas familias viven en la lastima de a quienes ya no conservan a su lado, sin valor a salir por la puerta de sus hogares y tocar a un nuevo umbral, otras siguen de puerta en puerta en busca de un lugar que sea distinto a lo que ya tuvieron, que encuentren a alguien con quien alcanzar la culmine de sus expectativas, evitan recordar un entonces, se centran en un posible, y cuando llega la noche, les asaltan esos secretos que las acosan y no quieren revelar para no volver al pasado, para no dar significado a una realidad, un portón grande fue la limitación y seguirá siendo esa barrera, entre lo que uno desea y no obtuvo.

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