lunes, 5 de diciembre de 2022

VIII

 

En una danza cristalina baña tu rostro mi bella,

Son rocío que conmueve este terso corazón,

No importa la llamada del latido,

Ni el canto del ruiseñor,

Si el rocío aflora y me arrastra con su torrente mi amor.

Almas que danzan sin compasión.

Flores que se marchitan bajo el reloj,

Así todo gira a nuestro alrededor,

Todo es hueco bajo el hechizo de nuestra mirada,

Sin ti no hay son ni risa,

Más sin mí no hay fantasía en esta vida.

Giramos al eje del ímpetu de nuestros latidos,

Saltamos al grito de la desesperación,

Y siempre cogidas de la mano,

Como las raíces de un árbol entrelazadas.

Somos entrega en ese fuego que nos consume,

Somos voluntad en las aguas embravecidas,

Somos aullidos al son del viento,

Pero ante todo somos dos almas enamoradas,

Con destinos inciertos y esperanzas puras.

Si conjuras mi nombre no vendré a ti,

Si conjuras mi amor acudiré en un suspiro.

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