miércoles, 11 de septiembre de 2013

XV

En el secreto de esos labios sellados,
Se hiergue un corazon apasionado,
Guardado en silencio,
Tras la cerradura de un alma errante,
Que busca y persigue el olvido,
Mientras hanela un corazon calido,
Que la arrope de las penurias,
Que la tristeza estanca en esos ojos

Divinos cuyo cielo reposa en su mirada.

Guarda en su gesto la calma sensual,
El regocijo de una caricia inmortal,
La fuerza del mar que se cierne sin compasión,
A poseer el alma y el cuerpo de quie baile
Sobre su saten de lagrimas esmeralda...

Así nace la corriente,
Que con puro extasis se desliza,
Por la piel fogosa de una madona pudorosa,
Fértil es el deseo y impetuoso el volcán,
Que se agita desesperado por emerger de las entrañas al mundo,
Como un ave fenix arrancando
De la lujuria un beso condenado,
Mientras yace a merced del velo de los sueños,
Es esclava de la divina venus,
Que la abraza con el tierno halo de los mil ocasos que promete,
En cada suspiro...
 

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