martes, 29 de mayo de 2012

CONTINUACION DE MI DESCONOCIDA


Tiara

A los dos días de marchar mi abuela, me llamó a la oficina para tranquilizarme, comenzó a pedirme informes y le molestó que me negará, mi respuesta fue tan clara como tajante, ahora debía cuidar de Amanda, descansar y alejarse de responsabilidades, ahora era el momento de que yo cumpliera y acabará de una vez por todas con cargas del pasado, al igual que las amenazas del presente, procuraría hacerlo por lo legal, mas por mi misma que por nada en cuestión, evitar que las vidas y secretos de esta comunidad no quedaran expuestas a la opinión publica y mucho menos juzgadas y sentenciadas, el médico era lo primero, por el momento Jacobo se sentía inseguro y acobardado, hasta la fecha solo mi abuela y Sofía, eran las únicas mujeres capaces de enfrentarlo y según yo iba siendo hora que eso se acabará, que nos tuviera el miedo que muchas le han tenido, en si sencillo y en verdad algo que iba a ser difícil de ejecutar, ahora el medico tenia que ser destituido, enajenado y alejado de todos, antes de tener que tomar otra línea de acción, por suerte ya estaban de camino unos facultativos, mi abuela en el ultimo instante me dijo que no estaría sola por mucho, que irían a ayudarme en breve, y que por supuesto no estaba nada tranquila con que no le contara nada y le preguntaría a Sofía, conforme colgó llame a Edmundo y éste se  ocupó de que se siguiera mi ejemplo, no tarde en recibir otra llamada de mi abuela muy acalorada, tuve que aguantar el aguacero estoicamente y evitando darle explicaciones, finalmente le dije, “tu me lo pediste”, su respuesta fue igual de tenaz, aguante un par de asaltos mas y colgó, un suspiro exasperado se me escapó y con el mi cuerpo se sintió mas aliviado y ligero, solo esperaba que se calmara y comprendiera pronto.

A la tarde del embarcadero me llamaron un tanto sorprendidos, la hija del doctor y una acompañante habían llegado y las tenían ocultas a la espera de que fuera Edmundo a por ellas, como mis prioridades podían ser desbaratadas en dos segundos, ahora debía ocuparme de protegerla y para colmo de protegerme a mi antes de arrodillarme por que vuelva sin aclarar todas las dudas que se crearon cuando estuve convaleciente, si las cosas ya estaban mal… Mi estrella debe de ser algo sádica, señor mío.

Al menos en ése instante entraba Edmundo con cara de pocos amigos a correos, bueno ahora que mas vendrá me preguntaba cuando a su espalda se presentó tanto el médico como Jacobo…. Eso no me gustaba nada, cogí el teléfono lo puse en alerta con el numero marcado y oculto, y me preparé para lo que viniera…

No me equivocaba Jacobo se lanzó a por Edmundo mi mirada ya lo había puesto en guardia así que se giró a medias, lo agarró de los cabellos a la vez que con un pie aprisionaba uno de los suyos y le daba de lleno con el recibidor en la frente, desplomándose en el suelo gimiendo, se volvió al medico que ya blandía una barra de hierro, mire a lo alto y vi  el caño de agua sobre su cabeza, ya sabia de años atrás que hacia falta sustituirla y pasarla bajo los cimientos, con todo quizás por una vez agradecería tenerla ahí arriba…

Buscando el gancho de los embalajes lo saqué y se lo lancé a mi guardián, apenas lo blandía le señale la cañería con un ligero gesto, luego al medico, me comprendió enseguida y con una mirada bastante astuta, siguió el juego del médico girando y lanzándose mandobles, no se alcanzaban y por fortuna la sala el recibidor tenia suficiente amplitud para moverse, Jacobo se arrastraba a la pared y yo blandía un ladrillo que me llevé en una ocasión como pisapapeles, era como presenciar un lucha callejera, supongo que mi mente no podía estarse en paz, en un instante que la barra pasaba por encima de la cabeza del otro, Edmundo se alzo lanzando una patada que obligo al padre de Serena a recular, en el mismo salto se enganchó al caño y en la fisura que unía dos partes de la cañería cedió por su peso y deterioro de la misma, el punto exacto en donde el desquiciado medico se encontraba, este enrabiado ya lanzaba otro intento y engancho su barra con la lámpara, el agua caía sobre sí y encharcaba el suelo, el efecto fue ver como se freían ambos y Edmundo seguía colgado de lo alto totalmente impotente, no se esperaba lo siguiente y yo tampoco, la escena me resultó tan espeluznante como macabra, cerré los ojos y me giré pensando en los fusibles, tratando de correr y  llegar a tiempo, apenas llegué escuché como caía el cuerpo inmóvil al agua, también como Edmundo trataba de llegar al mostrador, corría ahí a darle mi ayuda, sostuve su pie y le di mi mano para que se impulsara a mi lado, tuvo suerte, no calló al agua cargada de electricidad y tanto Jacobo que sufría espasmos como el cuerpo del medico seguían ahí sin pretensión de levantarse, miré al gigante de mi lado y la oscuridad me engulló….

Debí de pasar unas horas inconsciente, un facultativo esperaba sentado a mis pies, dos guardias a la puerta y Sofía a mi lado con ella…. Se me fue el aliento al verla, con todo no dije nada, Edmundo conversaba a la puerta con los guardias y éstos tomaban notas, reconocí el dormitorio en dónde pasé la noche anterior, al menos no me habían llevado a un hospital, lo primero que pronuncie fue una petición de no llamar a mi abuela, de no alterarla, Sofía me tomaba la mano y me dijo que tranquila, que si yo no quería no lo haría, Serena no dejaba de mirarme, una discusión se escuchaba de fondo, una de las voces me era muy familiar, Natalia, la otra no tanto pero sabia que si la había escuchado antes, no dije nada, sólo mire al techo extrañada…

-         conflictos de pareja, o más bien pelea de enamoradas…

ésa fue la única respuesta de Sofía, acompañada de una risa seca con mirada brillante, que cambiaba a otra mas suspicaz dirigida a Serena…

ahora si me debo preguntar si estoy al cielo o al infierno, con todo si ella esta aquí ya me importa poco, si su padre o Jacobo ya no pueden dañarla, y pensando en ambos, ignoro si viven todavía o fallecieron electrocutados…..

-         Sofía, nuestros atacantes, como han quedado….
-         Han tenido que cubrir de serien todo para anular la estática del agua y poder usar los utensilios de reanimación, por el medico ya era imposible hacer nada, en cambio Jacobo respiraba, pero su cerebro ha quedado tan dañado que es un vegetal, incapaz de saber que pasa a su alrededor o pensar, es como un bebe enorme…. E inofensivo.

Esto último lo dijo en voz muy baja, y comprendí que todo cuanto tenia pensado emprender para acabar con la situación ya no era necesario, ahora tocaba reconstruir la confianza y nuestras vidas, y recuperar mis aspiraciones y su compañía.

Pedí que no contaran a mi abuela los últimos sucesos, pero sí que habían llegado bien Serena y compañía, para que no sufrieran, que en cuanto llegara el momento se avisaría por lo legal a Mel de la muerte de su esposo, todavía estaban en tramites y todo pasaba a sus poderes, así me lo dijo uno de los guardias y que precisaba de hablar con la mujer cuanto antes, le ofrecí hablar con la hija, se la veía conmocionada y con dudas de saber cuál era su lugar, incluso evitaba alejarse tanto de Sofía como de mí, se la notaba indefensa, supuse que era duro enfrentarse con la realidad, después de todo yo pase años evitándola y sufriendo en silencio una culpa ajena, la anime y pedí que tuviera calma, que lo tomara como un nuevo comienzo, pedí a Sofía que no se separara de ella, al salir dos mueres mas asomaron y siguieron a la muchacha y a la mujer de mayor edad, era como verla con un séquito, sabia que todas las mujeres se volcarían en ayudar como ya había visto en un pasado. Hice esfuerzos por sentarme, Edmundo se precipitó a mi intentando evitar mi esfuerzo, me negué a que me tocara, debía valerme por mi misma, no depender de nadie y mientras pudiera nadie me tocaría sin mi permiso, el pobre gigante se quedo parado algo confuso por mi mirada, finalmente acepto mi decisión y se quedo cerca por si acaso, me incorporé y senté al borde de la cama, sintiendo el alivio de notar mis piernas y los pies al tocar al suelo, esa sensación me reconfortaba mucho, el especialista me observó largo rato, durante mi inconsciencia estuvo hablando con las gentes del pueblo, incluso se acercó al domicilio del médico encontrando algo que lo dejó descompuesto y notablemente alterado, el pobre hiper ventilaba cuando se deshacía en explicaciones, confirmando el alto riesgo de desequilibrio mental de su congenere, se sentía bastante afectado que alguien en un estado tan deteriorado mentalmente hubiera estado atendiendo a las gentes del lugar y dudaba sobremanera de sus diagnósticos, que era recomendable comprobar si alguno pudiera sufrir algo serio y ser mal diagnosticado, le  tuve que tranquilizar avisándole de que nadie se dejo tratar por él en bastante tiempo ya que no le percibían como alguien confiable, también que por fortuna en la comunidad residía otra colegiala en medicina, su sorpresa fue bastante mayor al indicar que la esposa también era titulada, eso le reconfortó mucho, lo que no comprendía era la ausencia de ella, a lo que respondí que tuvo que huir para preservar su vida, hasta que fuera examinado y puesto bajo tutela medica y judicial, el hombre asentía bastante conmocionado con las noticias, ni por asomo pensó que la cosa fuera tan grave, mi sorpresa fue mayor al descubrir que una empleada de fuera había sido encerrada y obligada a servirle bajo amenazas y su hijo pequeño encadenado a su lado cuando se ausentaba, que la casa debía estar bajo su orden bien atendida o no comían, incluso bajo la amenaza de violación delante del menor, la mujer estaba aterrada, debió marcharse tras la señora, pero pensó en despedirse del señor y este la invito como despedida a una copa de vino y pagarle los extras, cuando despertó ambos encerrados y encadenados, durante dos días siguieron así sin comida, sólo agua, luego comenzaron a servir a cambio de seguir recibiendo alimentos y no pasar mas daños, su única esperanza era que la señora volviera y la dejara libre, lo cual no llegó a suceder, ya que debía pensar que ya habría marchado tal como le indicó.

Mi mente no paraba de dar vueltas a lo que esa mujer habría pasado, al echo de que nadie comprobara las dependencias del hombre en un pasado, un graso error y posiblemente algo que enmendar por nuestro descuido y mal proceder del hombre, cierto que no teníamos responsabilidad, pero tampoco éramos gente de dejar así las cosas sin mostrar nuestra cara samaritana y dar nuestra mano a quien lo precisara, ya en un pasado muchachas que llegaban escapadas de casa se las protegía de Jacobo y una vez comprendían, se las retornaba a sus familias que acudían desesperadas y muy aliviadas al ver que se encontraban perfectamente, pocas veces sucedía pero con todo el sueño de ir a una isla era una fantasía muy común en muchas niñas…

El hombre anunció de ir al cuartelillo y dar sus informes antes de partir, también se ofreció para cualquier necesidad medica, todos lo rehusamos con educación y amabilidad, Serena volvió con la tez pálida y Edmundo la asentó en mi cama rozando mi espalda, apenas tocó las sabanas se desmayó, Sofía llegó minutos después algo malícienla y muy silenciosa, algo no había ido bien, eso era algo muy claro, debería esperar a que el buen medico marchara a cumplir con sus deberes, el párroco esperaba a la puerta la cual ahora en vez abierta se encontraba entornada, su voz llegaba suave y monótona, pidiendo hablar con el familiar mas cercano del difunto, Sofía alzaba sus ojos al techo y una sonrisa me vino al ver su gesto exasperado y de suplica silenciosa, asentí comprendiéndola y pedí que lo dejaran pasar…

-         veo que se esta recuperando bien de su reciente susto señorita.

-         Perfectamente reverendo, pero usted no ha venido por mi, sino por ella, lamento decirle que no precisa sus servicios, por lo que ruego no la moleste, ya que como ve precisa descansar de tantas emociones y como comprenderá ya es mucho en sí, como para seguir hurgando en la llaga de su dolor…

-         Comprendo, y hay conceptos que sobran señorita.

-         En mi opinión he sido clara reverendo, no todos precisan la fe del señor, solo quienes le quieren y todo el apoyo de quienes confían, reconozca que no entra en esa fracción, aunque usted no lo vea así.

-         Es toda una descarada, como…

-         Mi abuela, lo se muy bien reverendo, a mucha honra debo añadir, buenas tardes y vaya con dios.

-         El siempre está conmigo y algún día usted precisará de él.

-         Como usted diga reverendo, pero todavía no ha llegado dicho día….

El hombre se marchó todo rígido y muy ofendido, las risas comenzaron a llenar la estancia, tanto de Edmundo como de su madre, al poco me di cuenta que también reían los guardias del exterior, parece que me había perdido muchos actos de presencia del reverendo en el pasado y de su buena fe, también escuchado de diversos conflictos que el mismo había creado en algunos parroquianos, bueno el mundo no es perfecto, y en mi opinión ya podía haber derrochado su fe con Jacobo que buena falta le hizo y lo mismo algún bien le habría echo si aprendía respeto y valores….

Cuando el rato de humor hubo pasado, la policía corroboró conmigo los hechos del ataque y el inesperado accidente, así como la muerte involuntaria del medico de su propia mano al intentar otro ataque contra el gigante del pueblo, el cuál me protegía de ambos… una vez corroborados los informes me pidieron de que volviera la esposa, para hacerse cargo del cuerpo y su entierro, asentí buscando las palabras y pedí que lo retuvieran al depósito ya que la mujer se encontraba a cierta distancia y tardaría un par de días en llegar tras la noticia, les agradecí sus atenciones y todos me sonrieron como agradeciéndome lo ocurrido, de alguna manera yo había echo algo aun no llegando actuar directamente, la muerte y la enajenación del medico seria una noticia sonada, traería curiosos, pero el pueblo no estaría implicado, luego me recordaron la cámara de seguridad de la centralita y que habían confirmado los hechos con las grabaciones, me sentí agradecida de que la hubieran colocado para seguridad de robos y otros actos, ya todo el asunto quedaba en manos de ellos, ahora sólo quedaba saber por la empleada secuestrada, pregunte algo tensa…

-         La han subido arriba, a uno de los dormitorios, no para de llorar y se la ha tenido que administrar un tranquilizante, llama a la señora pidiendo ayuda, se ha tirado a los brazos de la señorita y ésta se ha quedado en shock, el niño está muy desnutrido, ahora le están dando de comer, espere a mañana para conversar y todo el nerviosismo presente se haya calmado, ha sido mucho para ella y el resto, si precisa algo más díganoslo.

-         Gracias por todo, ya les avisaré si así fuera.

-         Buenas tardes.

-         Buenas tardes.(en esta ocasión se unieron a mi respuesta el resto de los presentes).

-         Así que el estado de Serena se debe más a ver a la empleada y al niño, que al ver a su padre difunto.

-         Sí, al verlo ha asentido y dicho que era como verlo descansar, también que era mejor así a recordarlo agrediendo a nadie….

-         Entiendo.

-         ¿Has llamado a mi abuela?

-         Todavía no.

-         Darme el teléfono, me toca conversar con ella y decirle que todo ha terminado trágicamente.

-         Estaremos contigo por si precisaras de nuestra ayuda.

-         Gracias, parece que va a ser la palabra de la semana, últimamente no digo otra cosa.

Mi respuesta dio alguna risa más, en esos instantes era lo más necesario, a mi me costaba mantener la mente centrada en lo que debía hacer y lo que sentía con tenerla a mi lado, quería abrazarla, pero no cuando ella estaba inconsciente y delante de todos, algo me decía que tenía que esperar; el nerviosismo de Edmundo me inquietaba, no paraba de mirar a la puerta, luego al techo, finalmente fijaba de nuevo la mirada al suelo, hasta oír un ruido de fondo, era un llanto, tarde en darme cuenta que era de un niño, una idea vislumbró la luz en mi cabeza devolviéndome las ganas de sonreír, pedí a Sofía que me dejara a solas con su hijo, para que me ayudara a levantarme y caminar un poco, quería hablar con el de lo sucedido pero lo que acababa de percibir se me hacia mucho mas importante…

La mujer salio agradecida diciendo que tenia ganas de darle al pequeño un trozo de pastel del que tanto le gustaba a su hijo de pequeño, el hombre miro la espalda de su madre con un deje de anhelo, mas claro agua, el hombre colado por la madre del pequeño y preocupado por el niño, eso si era algo sorprendente y una buena noticia que quizás traería algo mejor en un futuro después de tantos hechos desafortunados.

-         Edmundo, ¿desde cuando conoces a la madre del pequeño?

-         ¿perdona?

-         Si tu madre no se ha percatado es de milagro, pero ya vi tus reacciones solo quieres correr a consolarla y cuidar de él.

-         Estuve con ella en la ciudad hace dos años, ella marchó a otro sitio por trabajo y no supe más, luego yo volví aquí, hasta hoy no supe que ella era la empleada del médico.

-         El niño tiene poco tiempo, año y medio como mucho…

-         Lo he notado, y si piensas en que podría ser mío, yo ando pensando lo mismo.

-         Dime, sigues por ella ¿verdad?

-         Sí, pero por ahora solo puedo ayudarla…

-         Necesitáis ayuda aquí, así que ofrécele un trabajo, y esta habitación como alojamiento, cualquier otra cosa que se precise ya veremos en un futuro, pero no te rindas, nunca te vi así por nadie y en verdad me da gusto saber que sientes ansias de un futuro con alguien, a tu madre no le digas nada de tu posible paternidad ya sabes como se pondría de terca, no es cuestión de que la madre piense de que ahora le quieran quitar al pequeño.

-         No tranquila, sabes el pequeño se llama como yo.

-         Dios, jajajajajaja, pues no sé si será tu viva estampa, desde luego a tu madre ya se la ha ganado.

-         Lo sé, adora a los pequeños.

-         Ves.

El grandillón marcho a zancadas por la puerta como si el diablo lo llevara, yo me quedé sola con ella durmiendo a mi lado, la observe en silencio, pensando en cuantas veces ella me habría mirado de la misma manera…

Un par de minutos y un toque a la puerta me aviso de que volvía a tener compañía, Sofía entraba exuberante por la misma con una bandeja y el teléfono, en la bandeja servidos en sendos platos asomaban dos trozas de pastel con nata, la mujer sonreía radiante.

-         ese mocoso es un cielo, se ha comido un trozo y me besuqueado sin recelo, me recuerda mucho a mi hijo cuando era así, incluso tienen el mismo nombre, mi sorpresa ha sido tal que me he reído mucho solo de pensarlo, me da gusto tener a un pequeño por aquí de vez en cuando, es toda un dicha aun en momentos como estos.
-         Disfrútalo mujer, pero sin empacharlo….

La mujer volvió a salir riendo feliz y riñéndome con el dedo por mi último comentario, al menos no parece que sospeche nada por el momento.

Tome aire mientras sostuve el teléfono en mis manos y miraba la bandeja en una silla a mi lado, suspire y marque el numero que tenia al papel que guardaba desde hacia ya varios días, al segundo toque mi abuela respondía con una voz pastosa…

-         hola abuela, ¿Cómo se encuentra Mel?

-         Mucho mejor, ya parece la misma, un día con su hija y todo desapareció, ahora es incapaz de parar y resulta que conoce al titulado de aquí, estudiaron juntos, ahora ella ha marchado para allá a ayudar y distraerse. ¿dime como te va a ti?, ¿o me vas a ocultar lo que suceda otra vez?

-         Para nada, por eso llamaba, me alegro de no tener que ser yo quien le de las siguientes noticias a ella la verdad y te compadezco a ti, tranquila Serena se encuentra bien, los hechos han desembocado de una manera trágica, el marido ha fallecido electrocutado, y Jacobo ha quedado vegetal y puede que senil, ambos quedaron expuestos, me temo que no puedo contarte mas por el momento hasta que lleguéis, espero que para entonces hayáis asumido su muerte y las circunstancias, ella es todavía su esposa abuela, así que es la nueva propietaria de los bienes de él y todo cuanto quede en el aire lo sabrá cuando llegué, también ha llegado un telegrama avisando de la llegada en tres días del abogado de ella, os espero, avisarme para cuando estéis de camino, nos hospedamos a la taberna de Sofía.

-         ¿Qué le ha pasado a nuestra casa?

-         Un pequeño incendio abuela, la casa esta bien, la fachada necesita un buen lavado, ya lo veras, no te alteres, nadie salió herido y tampoco se perdió nada más que la puerta principal, te espero abuela y te he echado mucho de menos, cuídate y avísame.

-         Espera no cuelgues….

No le hice caso, sabía lo que venia a continuación, todo un interrogatorio, prefería esperar a su llegada y hacerlo en presencia de Sofía, así su carácter quedaría mas aplacado, suspiré cansada y me sobresalté al notar una mano rozándome la espalda…





No hay comentarios: