sábado, 4 de enero de 2014

XIX

En un momento todo cae a sota miento,
ya con viento o sin consentimiento,
el impulso es infructuoso
en este desterrado contra vertimiento,
donde el verso es un contexto,
un laberinto sin rumbo ni acierto,
y es el corazón sin razón
que lamenta esa ambición...

Centro extrovertido
donde la duda es lujuria,
de miedos y perjuicios,
que con locura se ceban
en esa hoguera que quema y rechaza,
todo advierto, ambiguo y mal encarado,
de esta lamentable espera.

El futuro de perjuicio,
alza y embravece
al pequeño y al maldito,
cobra y demanda
en esa guerra de sufrimientos,
todo cuenta y nada ordena,
más si se piensa caer a sota miento,
a vientos impuros del loco y el cuerdo
con guía del atemorizado.

Hay del que grita,
hay del que clama,
y sino del que proclama,
todos caen y nadie se salva
del fuego que consume esas almas.

Ya se anuncia al diablo,
que sus filas agranda en ese pecado,
que a todos amarga y arrastra,
pues con sed de rechazo y voz temerosa,
el lienzo se plasma en silencio,
lo que las palabras no revelan,
y sus almas guardan 
cobardemente como siempre,
el rebaño pasta.

Y el valor escapa del rebelde, 
temerario e impulsivo,
es aplastado por ser diferente.  

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