sábado, 16 de marzo de 2024

YUGO

 

 

 

La fuerza de la voluntad es muy compleja, nunca se sabe su alcance ni su persistencia… la voluntad es nuestro empuje en momentos difíciles, es en muchas ocasiones lo que nos mantiene en pie y nos hace caminar por difícil que sea, sin su fuerza perderíamos las ganas de vivir al menos obstáculo.

Luchamos día a día por no rendirnos ante la complejidad de nuestra existencia, ante la propia vida, ante las adversidades que nos empujan en varias direcciones, postrarnos no es una opción, luchamos para seguir adelante.

Nuestro espíritu ansia volar, pero nuestras ataduras nos someten a la mera existencia, ansiamos cambios, aspiramos a conocer mundo… sin embargo, seguimos en la rutina de luchar por sostener una vida, una monotonía que equivale al ahogo por las preocupaciones sobre los que nos rodean, sobre lo que se espera de nosotros. Si lo pensamos bien, seguimos rutinas para conllevar las cargas, nos atamos a lugares, personas, responsabilidades, añorando a su vez un cambio que con el tiempo se vuelve más difícil, romper con todo es duro, tirar tanto esfuerzo pasado a la basura, es como desperdiciar el tiempo pasado, no valorarlo, después de todo es una parte de nuestra vida, ansiar un futuro diferente está en todos nosotros, tener valor para dar ese cambio está en nuestra voluntad, en tener valor a dar el primer paso hacia adelante sin ataduras.

Importa la apariencia, la exigencia, la entrega si buscas seguir anclado a un lugar, te entregas a aparentar y a exigirte a continuar a así, a entregarte da quienes siguen a tu lado, a quienes aprecias olvidando amarte a ti primero, si el caso es lo contrario, sostienes un yugo y tiras de él sin deseo, sin aspiraciones, sin importarte el mundo, pues es una condena perpetua a la que no le ves fin. Siempre que te cierres a pensar en cambios, a aspirar en vez envidiar, a soñar en vez maldecir, sencillamente tener voluntad en vez cargar yugos.

Con el tiempo descubrimos que cargamos con distintos yugos a lo largo de nuestra vida, olvidando lo que nos hace feliz, nuestras aspiraciones, el sentimiento de libertad… lo peor es que nosotros aceptamos el yugo e incluso muchas veces nos lo imponemos, así seamos desdichados. Triste, pero cierto, hay decisiones que ponemos por encima de nuestra felicidad, si en verdad es importante, la libertad no es dichosa si cargas culpas y arrepentimientos.

En ocasiones nuestro aspirado refugio, es el yugo de nuestra vida, convirtiéndose en una jaula de sueños, una jaula de paredes, de promesas, de hogar sin calma… no comprendemos su poder pero nos hemos encadenado y la lucha por escapar no es fácil, romper las cadenas, desligarnos emocionalmente, deshacer promesas de futuro… romper responsabilidades que han ido más lejos de lo que corresponde, falsa estabilidad llena de sometimiento a situaciones y personas que no te hacen bien, solo si tienes voluntad para imponerte, encuentras la fuerza para desligarte de todo y romper el yugo para avanzar.

Mi voluntad debe estar por encima de todo, ese es mi deseo, no atarme y enterrarme en vida, no atar a otros a condenas, mostrar siempre la puerta, aspirar a que el resto no se ate a mi lado ni a mis desdichas, que quienes amas hallen una vida propia, acorde a sus deseos, luchar por avanzar siempre a de ser lo primero.

Es difícil, el miedo siempre entra en estas ecuaciones, la inseguridad de lo que conoces a lo que no controlas en uno de esos candados. Tu voluntad es la llave para tener valor contra cualquier obstáculo.

Cuesta comprender que eres infeliz, aunque tengas un lugar donde vivir, es la máxima aspiración de la mayoría, sin ver que tu deseo es alejarte de todo cuanto te atropella emocionalmente y volar a nuevos horizontes sin murallas que te retengan.

Cuando cargas responsabilidades y obligaciones por mucho tiempo, estás tan sometido que no sabes cómo decir basta, como dar la espalda a algo que continúas sin aspiración, sufriendo bajo el conocimiento que no eres feliz, sabiendo que un día podrá la desesperación contigo y buscarás acabar con tu vida para terminar con ese sometimiento, ese sufrimiento, pese a que sabemos que ese nunca debería ser el camino, pero la ceguera ante tanto dolor nos vuelve irracionales, nos convencemos de que es lo mejor, para nosotros, para todos, ahí la voluntad paga un gran precio, si quieres avanzar y salir del agujero, sin ser arrastrada al fin de tus días.

Encontrar el hacha con que romper los yugos de nuestra existencia está en nosotros, dar un paso al frente y decir basta es lo que necesitamos, mirar a las personas que amamos decir ya no más con esto, sería lo más digno para todos, sin sufrimientos internos ni externos… con fe, esperanza e ilusión. Esas son verdaderas alas de futuro.

El valor debe estar en la ecuación que nos empuje hacia delante, pero en realidad es la rabia la que suele romper con todo y darnos alas para volar con ese valor que nos faltó en el pasado.

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