miércoles, 26 de febrero de 2014

ESTRELLAD@





Uno vive su vida volando entre un innumerable número de corrientes y ciclos, nunca se sabe que cambio o giro  provocara una caída en picado, la seguridad  nunca es una afirmación eterna en la vida de un individuo.

En lo más alto cuando se es feliz,  nunca se cuenta con desventuras, dudas, abandonos en pleno vuelo, secuestro del rumbo predeterminado por ajenos a uno mismo, incluso sentirse desorientado y verse ciego e ignorar la dirección actual....

Cuando se vuela la altitud tiende a ser equivalente a sus aptitudes, oportunidades, posibilidades, esfuerzo o deseos, con la conciencia de si mismo, se se falla se precipita perdiendo el control, al menos que el piloto mantenga la mente fría y altere el rumbo lo necesario para reponer el equilibrio anterior, ocasionando una nueva visión o una precaución antes carente al individuo.

Si se ha de caer, mas vale solo que con mas tripulantes o pasajeros, las cargas tienden a esclavizar con la culpa y anular el origen de cambios  futuros....

Al estrellarse el sentimiento de abandono, perdida, desorientación y desesperación, crea una impotencia con fondo de pesimismo y las esperanza quedan clavadas en la nada, deseando que nadie más lo vea, no desea testigos ni compañía,  simplemente alejarse del páramo en el que se ha convertido su cielo, quitarse el polvo que cubre su ser y poder alcanzar a ver el fin de su desgracia.

Es difícil  volar, confiar, levantarse en pos de un nuevo futuro, siempre se teme al mas mínimo fallo, estrellarse es la causa del antes y después de un ciclo en una persona,  es la perdida y el reencuentro de uno mismo, siempre que sobreviva una pizca de fe y no se arrastre entre las sombras de sus promesas y sueños perdidos.

La precaución tiende a ser una carencia muy común, avalada posteriormente por la voluntad, la falta de esa fortaleza personal solo atrae más negación a la realidad y falta de confianza.

La perdida depende de nuestra confianza, de como la enfrentemos cara al futuro, de cuanto expongamos en base a la misma, un exceso es tan voluble como la falta de fe en uno mismo, destruye....

1 comentario:

Vardu dijo...

Supongo, o más bien, estoy segura que todos nos hemos sentido así en más de una ocasión.
La fragilidad del ser humano es tan voluble y tan extraño, que en los momentos de caído, cuando uno no ha podido soportar más las adversidades y, con la única decisión de descansar unos instantes, tomar aire e impulso, nos escondemos como si fuéramos culpables del peor crimen jamás cometido. Deseamos ocultarnos de las miradas acusadoras de los demás, dándoles el poder de juzgarnos y controlar nuestras vidas, sin recordar que todos pasamos por ahí.

Esta publicación, en mi opinión, ha puesto voz en grito los temores y ansiedades de más de uno.
No solamente tú te has sentido estrellada, frágil, pequeña...
Todos pasamos por esos estragos de la vida, pero comos suele ocurrir en las peores situaciones de la vida, por el mal recuerdo, intentamos olvidar, dejando atrás a la par la humildad que se nos había sido obsequiada en nuestra fragilidad.
Te felicito.
Me ha encanto,

Vardu.