domingo, 3 de noviembre de 2013

XVIII



Tus cabellos alborotados por la brisa matutina,
Tus ojos como brasas celestes,
Tras tus labios carnosos ese beso apasionado,
Que dejo mi espíritu apasionado,
Cuando el capricho rozo nuestros destinos,
Y mi corazón quedo prendado del fantasma de tu recuerdo...


Son las sombras los suspiros que jamas llegaron,
los rayos de luna caen como diamantes sobre tu piel,
mis labios esbozan mil sonrisas con tu nombre,
y las aguas de la locura rocían mi ser
sumergiendo mi conciencia en su silencio,
y los mil antojos crecen a la luz
de la esperanza,
volando con los sueños
el ancho cielo de de la desesperación,
y pintando de alma y amor
su gris vacío,
crece como retoños de girasol
las palabras del pasado,
y se vuelcan con fervor al sol,
siempre en su dicha de saber
que siempre estará ahí...

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