viernes, 11 de octubre de 2024

NI TAN LOCOS, NI TAN ROTOS.

 


 

A quien te diga eres negativa, que acumulas estrés por tu modo de llevar la vida, mándalos bien lejos… el optimismo tóxico es lo peor que puedes tener cerca, ese que te quieren creer por algo bueno y en realidad va en contra de tus valores o moral…

Hay optimismos que está bien para una persona cuyas leyes de vida son totalmente contrarias a otros, pues ven más allá de las meras palabras o eso creen; donde no admiten lo mal que pueden estar.

Y no, no estamos locas, aunque señalen de pasada en esa dirección.

Tu estabilidad y tranquilidad dependen de ti misma, si otros te encaran que estás así por ser negativa les debería caer ostias por echar más mierda a los demás, es muy bonito hablar y no ver que una cosa es lo que parece bonito a simple vista y otra muy distinta es lo eres capaz de discernir, comprender tras toda esa fachada.

Mi paz es importante si no compartes ni respetas ese punto de mi vida, si eres incapaz de comprender que eres un peso extra a mi existencia, que causas más males que una puñalada trapera, en realidad no eres consciente de lo mal que tú estas y del daño que causas al resto.

O puede que, si y no te interesa, o peor aún, te divierte.

No eres negativa por ver el daño que sufres por la cercanía de personas que sobrecargan tu lado emocional; tu convivencia se vuelve tensa y atrae más toxicidad de la que muchos pueden soportar, te muerdes la lengua y eres consciente el daño que eso te causa, tu único deseo, tomar distancia de lo que te afecta.

El complejo lado es la locura que se cierne sobre tu entorno, viendo te como culpable por permitirlo, no es fácil dar pasos que luego se te reprochan, te culpan, hasta manipularte de los males que otros arrastran…

La dignidad de un ser humano debería ser invaluable, es lo primero que se debería enseñar a todos esos seres que creen que tú no eres nada, creerse libre de males, no implica que tú eres responsable de lo que arrastran a tu vida, si con una escoba se barriera todo para fuera, qué felices seriamos.

Tampoco estoy rota, ni perdida y mucho menos amargada, me gusta vivir en paz.

Mi modo de vida se basa en tener dignidad y tratar con la misma a quienes me rodean, vive y deja vivir, solucionar los atascos que me correspondan, no ahogarme en la saña de otros ni en su infravaloración, yo soy yo, ni tú ni otros pueden imponerme lo que no me corresponde asumir.

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