LVIII
Tengo sueño y
suspiro a la luna mis anhelos,
Sigo parpadeando espantando el cansancio,
Vuelvo a mirar al cielo para
respirar el aroma nocturno,
Y vuelvo a
soñar con sus besos y sus susurros,
La noche es
fresca y echo en falta su abrazo,
Su calor que
atenúa mi cuerpo arrancándole el frío,
Tiemblo como
una hoja al viento al sentir su recuerdo,
Me atraviesa
dejándome indefensa y febril
En la ausencia
de su cercanía,
Sueño que
vuelve a mis brazos,
Sueño que
recupero sus besos,
Sueño que su voz
me acaricia,
Sueño que
vuelve a ser mía....
Y con todo
espero a sentir de nuevo
Su sangre y la
mía en una misma corriente,
Sintiendo el
mismo latido,
Volcando las
emociones en un mismo río,
El cual
desemboca en el pozo del amor
Que ambas
compartimos en el fondo de nuestras miradas.
En ellas nace
el reflejo de nuestras almas,
Éstas bailan al
son de las fantasías,
Se dejan llevar
por el soplo de la inspiración,
Seducir por el
aroma del deseo,
Antojar por las
ansias de un suspiro,
Y siempre se
mantienen unidas
Por el abrazo
posesivo de un único objetivo,
Seguir siempre unidas ya sea a la vida o al cielo.
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