Tiara
A los dos días de marchar mi abuela, me llamó a la oficina
para tranquilizarme, comenzó a pedirme informes y le molestó que me negará, mi
respuesta fue tan clara como tajante, ahora debía cuidar de Amanda, descansar y
alejarse de responsabilidades, ahora era el momento de que yo cumpliera y
acabará de una vez por todas con cargas del pasado, al igual que las amenazas
del presente, procuraría hacerlo por lo legal, mas por mi misma que por nada en
cuestión, evitar que las vidas y secretos de esta comunidad no quedaran
expuestas a la opinión publica y mucho menos juzgadas y sentenciadas, el médico
era lo primero, por el momento Jacobo se sentía inseguro y acobardado, hasta la
fecha solo mi abuela y Sofía, eran las únicas mujeres capaces de enfrentarlo y
según yo iba siendo hora que eso se acabará, que nos tuviera el miedo que
muchas le han tenido, en si sencillo y en verdad algo que iba a ser difícil de
ejecutar, ahora el medico tenia que ser destituido, enajenado y alejado de
todos, antes de tener que tomar otra línea de acción, por suerte ya estaban de
camino unos facultativos, mi abuela en el ultimo instante me dijo que no
estaría sola por mucho, que irían a ayudarme en breve, y que por supuesto no
estaba nada tranquila con que no le contara nada y le preguntaría a Sofía,
conforme colgó llame a Edmundo y éste se
ocupó de que se siguiera mi ejemplo, no tarde en recibir otra llamada de
mi abuela muy acalorada, tuve que aguantar el aguacero estoicamente y evitando
darle explicaciones, finalmente le dije, “tu me lo pediste”, su respuesta fue
igual de tenaz, aguante un par de asaltos mas y colgó, un suspiro exasperado se
me escapó y con el mi cuerpo se sintió mas aliviado y ligero, solo esperaba que
se calmara y comprendiera pronto.
A la tarde del embarcadero me llamaron un tanto
sorprendidos, la hija del doctor y una acompañante habían llegado y las tenían
ocultas a la espera de que fuera Edmundo a por ellas, como mis prioridades podían
ser desbaratadas en dos segundos, ahora debía ocuparme de protegerla y para
colmo de protegerme a mi antes de arrodillarme por que vuelva sin aclarar todas
las dudas que se crearon cuando estuve convaleciente, si las cosas ya estaban
mal… Mi estrella debe de ser algo sádica, señor mío.
Al menos en ése instante entraba Edmundo con cara de pocos
amigos a correos, bueno ahora que mas vendrá me preguntaba cuando a su espalda
se presentó tanto el médico como Jacobo…. Eso no me gustaba nada, cogí el teléfono
lo puse en alerta con el numero marcado y oculto, y me preparé para lo que
viniera…
No me equivocaba Jacobo se lanzó a por Edmundo mi mirada ya
lo había puesto en guardia así que se giró a medias, lo agarró de los cabellos
a la vez que con un pie aprisionaba uno de los suyos y le daba de lleno con el
recibidor en la frente, desplomándose en el suelo gimiendo, se volvió al medico
que ya blandía una barra de hierro, mire a lo alto y vi el caño de agua sobre su cabeza, ya sabia de
años atrás que hacia falta sustituirla y pasarla bajo los cimientos, con todo
quizás por una vez agradecería tenerla ahí arriba…
Buscando el gancho de los embalajes lo saqué y se lo lancé a
mi guardián, apenas lo blandía le señale la cañería con un ligero gesto, luego
al medico, me comprendió enseguida y con una mirada bastante astuta, siguió el
juego del médico girando y lanzándose mandobles, no se alcanzaban y por fortuna
la sala el recibidor tenia suficiente amplitud para moverse, Jacobo se
arrastraba a la pared y yo blandía un ladrillo que me llevé en una ocasión como
pisapapeles, era como presenciar un lucha callejera, supongo que mi mente no podía
estarse en paz, en un instante que la barra pasaba por encima de la cabeza del
otro, Edmundo se alzo lanzando una patada que obligo al padre de Serena a
recular, en el mismo salto se enganchó al caño y en la fisura que unía dos
partes de la cañería cedió por su peso y deterioro de la misma, el punto exacto
en donde el desquiciado medico se encontraba, este enrabiado ya lanzaba otro
intento y engancho su barra con la lámpara, el agua caía sobre sí y encharcaba
el suelo, el efecto fue ver como se freían ambos y Edmundo seguía colgado de lo
alto totalmente impotente, no se esperaba lo siguiente y yo tampoco, la escena
me resultó tan espeluznante como macabra, cerré los ojos y me giré pensando en
los fusibles, tratando de correr y
llegar a tiempo, apenas llegué escuché como caía el cuerpo inmóvil al
agua, también como Edmundo trataba de llegar al mostrador, corría ahí a darle
mi ayuda, sostuve su pie y le di mi mano para que se impulsara a mi lado, tuvo
suerte, no calló al agua cargada de electricidad y tanto Jacobo que sufría
espasmos como el cuerpo del medico seguían ahí sin pretensión de levantarse,
miré al gigante de mi lado y la oscuridad me engulló….
Debí de pasar unas horas inconsciente, un facultativo
esperaba sentado a mis pies, dos guardias a la puerta y Sofía a mi lado con
ella…. Se me fue el aliento al verla, con todo no dije nada, Edmundo conversaba
a la puerta con los guardias y éstos tomaban notas, reconocí el dormitorio en
dónde pasé la noche anterior, al menos no me habían llevado a un hospital, lo
primero que pronuncie fue una petición de no llamar a mi abuela, de no
alterarla, Sofía me tomaba la mano y me dijo que tranquila, que si yo no quería
no lo haría, Serena no dejaba de mirarme, una discusión se escuchaba de fondo,
una de las voces me era muy familiar, Natalia, la otra no tanto pero sabia que
si la había escuchado antes, no dije nada, sólo mire al techo extrañada…
-
conflictos de pareja, o más bien pelea de enamoradas…
ésa fue la única respuesta de Sofía, acompañada de una risa
seca con mirada brillante, que cambiaba a otra mas suspicaz dirigida a Serena…
ahora si me debo preguntar si estoy al cielo o al infierno,
con todo si ella esta aquí ya me importa poco, si su padre o Jacobo ya no
pueden dañarla, y pensando en ambos, ignoro si viven todavía o fallecieron
electrocutados…..
-
Sofía, nuestros atacantes, como han quedado….
-
Han tenido que cubrir de serien todo para anular la estática
del agua y poder usar los utensilios de reanimación, por el medico ya era
imposible hacer nada, en cambio Jacobo respiraba, pero su cerebro ha quedado
tan dañado que es un vegetal, incapaz de saber que pasa a su alrededor o
pensar, es como un bebe enorme…. E inofensivo.
Esto último lo dijo en voz muy baja, y comprendí que todo
cuanto tenia pensado emprender para acabar con la situación ya no era
necesario, ahora tocaba reconstruir la confianza y nuestras vidas, y recuperar
mis aspiraciones y su compañía.
Pedí que no contaran a mi abuela los últimos sucesos, pero
sí que habían llegado bien Serena y compañía, para que no sufrieran, que en
cuanto llegara el momento se avisaría por lo legal a Mel de la muerte de su
esposo, todavía estaban en tramites y todo pasaba a sus poderes, así me lo dijo
uno de los guardias y que precisaba de hablar con la mujer cuanto antes, le
ofrecí hablar con la hija, se la veía conmocionada y con dudas de saber cuál
era su lugar, incluso evitaba alejarse tanto de Sofía como de mí, se la notaba
indefensa, supuse que era duro enfrentarse con la realidad, después de todo yo
pase años evitándola y sufriendo en silencio una culpa ajena, la anime y pedí
que tuviera calma, que lo tomara como un nuevo comienzo, pedí a Sofía que no se
separara de ella, al salir dos mueres mas asomaron y siguieron a la muchacha y
a la mujer de mayor edad, era como verla con un séquito, sabia que todas las
mujeres se volcarían en ayudar como ya había visto en un pasado. Hice esfuerzos
por sentarme, Edmundo se precipitó a mi intentando evitar mi esfuerzo, me negué
a que me tocara, debía valerme por mi misma, no depender de nadie y mientras
pudiera nadie me tocaría sin mi permiso, el pobre gigante se quedo parado algo
confuso por mi mirada, finalmente acepto mi decisión y se quedo cerca por si
acaso, me incorporé y senté al borde de la cama, sintiendo el alivio de notar
mis piernas y los pies al tocar al suelo, esa sensación me reconfortaba mucho,
el especialista me observó largo rato, durante mi inconsciencia estuvo hablando
con las gentes del pueblo, incluso se acercó al domicilio del médico encontrando
algo que lo dejó descompuesto y notablemente alterado, el pobre hiper ventilaba
cuando se deshacía en explicaciones, confirmando el alto riesgo de
desequilibrio mental de su congenere, se sentía bastante afectado que alguien
en un estado tan deteriorado mentalmente hubiera estado atendiendo a las gentes
del lugar y dudaba sobremanera de sus diagnósticos, que era recomendable
comprobar si alguno pudiera sufrir algo serio y ser mal diagnosticado, le tuve que tranquilizar avisándole de que nadie
se dejo tratar por él en bastante tiempo ya que no le percibían como alguien
confiable, también que por fortuna en la comunidad residía otra colegiala en
medicina, su sorpresa fue bastante mayor al indicar que la esposa también era
titulada, eso le reconfortó mucho, lo que no comprendía era la ausencia de
ella, a lo que respondí que tuvo que huir para preservar su vida, hasta que
fuera examinado y puesto bajo tutela medica y judicial, el hombre asentía
bastante conmocionado con las noticias, ni por asomo pensó que la cosa fuera
tan grave, mi sorpresa fue mayor al descubrir que una empleada de fuera había
sido encerrada y obligada a servirle bajo amenazas y su hijo pequeño encadenado
a su lado cuando se ausentaba, que la casa debía estar bajo su orden bien
atendida o no comían, incluso bajo la amenaza de violación delante del menor,
la mujer estaba aterrada, debió marcharse tras la señora, pero pensó en
despedirse del señor y este la invito como despedida a una copa de vino y
pagarle los extras, cuando despertó ambos encerrados y encadenados, durante dos
días siguieron así sin comida, sólo agua, luego comenzaron a servir a cambio de
seguir recibiendo alimentos y no pasar mas daños, su única esperanza era que la
señora volviera y la dejara libre, lo cual no llegó a suceder, ya que debía
pensar que ya habría marchado tal como le indicó.
Mi mente no paraba de dar vueltas a lo que esa mujer habría
pasado, al echo de que nadie comprobara las dependencias del hombre en un
pasado, un graso error y posiblemente algo que enmendar por nuestro descuido y
mal proceder del hombre, cierto que no teníamos responsabilidad, pero tampoco éramos
gente de dejar así las cosas sin mostrar nuestra cara samaritana y dar nuestra
mano a quien lo precisara, ya en un pasado muchachas que llegaban escapadas de
casa se las protegía de Jacobo y una vez comprendían, se las retornaba a sus
familias que acudían desesperadas y muy aliviadas al ver que se encontraban
perfectamente, pocas veces sucedía pero con todo el sueño de ir a una isla era
una fantasía muy común en muchas niñas…
El hombre anunció de ir al cuartelillo y dar sus informes
antes de partir, también se ofreció para cualquier necesidad medica, todos lo
rehusamos con educación y amabilidad, Serena volvió con la tez pálida y Edmundo
la asentó en mi cama rozando mi espalda, apenas tocó las sabanas se desmayó, Sofía
llegó minutos después algo malícienla y muy silenciosa, algo no había ido bien,
eso era algo muy claro, debería esperar a que el buen medico marchara a cumplir
con sus deberes, el párroco esperaba a la puerta la cual ahora en vez abierta
se encontraba entornada, su voz llegaba suave y monótona, pidiendo hablar con
el familiar mas cercano del difunto, Sofía alzaba sus ojos al techo y una
sonrisa me vino al ver su gesto exasperado y de suplica silenciosa, asentí comprendiéndola
y pedí que lo dejaran pasar…
-
veo que se esta recuperando bien de su reciente susto señorita.
-
Perfectamente reverendo, pero usted no ha venido por
mi, sino por ella, lamento decirle que no precisa sus servicios, por lo que
ruego no la moleste, ya que como ve precisa descansar de tantas emociones y
como comprenderá ya es mucho en sí, como para seguir hurgando en la llaga de su
dolor…
-
Comprendo, y hay conceptos que sobran señorita.
-
En mi opinión he sido clara reverendo, no todos
precisan la fe del señor, solo quienes le quieren y todo el apoyo de quienes confían,
reconozca que no entra en esa fracción, aunque usted no lo vea así.
-
Es toda una descarada, como…
-
Mi abuela, lo se muy bien reverendo, a mucha honra debo
añadir, buenas tardes y vaya con dios.
-
El siempre está conmigo y algún día usted precisará de
él.
-
Como usted diga reverendo, pero todavía no ha llegado
dicho día….
El hombre se marchó todo rígido y muy ofendido, las risas
comenzaron a llenar la estancia, tanto de Edmundo como de su madre, al poco me
di cuenta que también reían los guardias del exterior, parece que me había
perdido muchos actos de presencia del reverendo en el pasado y de su buena fe, también
escuchado de diversos conflictos que el mismo había creado en algunos
parroquianos, bueno el mundo no es perfecto, y en mi opinión ya podía haber
derrochado su fe con Jacobo que buena falta le hizo y lo mismo algún bien le habría
echo si aprendía respeto y valores….
Cuando el rato de humor hubo pasado, la policía corroboró
conmigo los hechos del ataque y el inesperado accidente, así como la muerte
involuntaria del medico de su propia mano al intentar otro ataque contra el
gigante del pueblo, el cuál me protegía de ambos… una vez corroborados los
informes me pidieron de que volviera la esposa, para hacerse cargo del cuerpo y
su entierro, asentí buscando las palabras y pedí que lo retuvieran al depósito
ya que la mujer se encontraba a cierta distancia y tardaría un par de días en
llegar tras la noticia, les agradecí sus atenciones y todos me sonrieron como agradeciéndome
lo ocurrido, de alguna manera yo había echo algo aun no llegando actuar
directamente, la muerte y la enajenación del medico seria una noticia sonada,
traería curiosos, pero el pueblo no estaría implicado, luego me recordaron la cámara
de seguridad de la centralita y que habían confirmado los hechos con las
grabaciones, me sentí agradecida de que la hubieran colocado para seguridad de
robos y otros actos, ya todo el asunto quedaba en manos de ellos, ahora sólo
quedaba saber por la empleada secuestrada, pregunte algo tensa…
-
La han subido arriba, a uno de los dormitorios, no para
de llorar y se la ha tenido que administrar un tranquilizante, llama a la
señora pidiendo ayuda, se ha tirado a los brazos de la señorita y ésta se ha
quedado en shock, el niño está muy desnutrido, ahora le están dando de comer,
espere a mañana para conversar y todo el nerviosismo presente se haya calmado,
ha sido mucho para ella y el resto, si precisa algo más díganoslo.
-
Gracias por todo, ya les avisaré si así fuera.
-
Buenas tardes.
-
Buenas tardes.(en esta ocasión se unieron a mi
respuesta el resto de los presentes).
-
Así que el estado de Serena se debe más a ver a la
empleada y al niño, que al ver a su padre difunto.
-
Sí, al verlo ha asentido y dicho que era como verlo
descansar, también que era mejor así a recordarlo agrediendo a nadie….
-
Entiendo.
-
¿Has llamado a mi abuela?
-
Todavía no.
-
Darme el teléfono, me toca conversar con ella y decirle
que todo ha terminado trágicamente.
-
Estaremos contigo por si precisaras de nuestra ayuda.
-
Gracias, parece que va a ser la palabra de la semana,
últimamente no digo otra cosa.
Mi respuesta dio alguna risa más, en esos instantes era lo
más necesario, a mi me costaba mantener la mente centrada en lo que debía hacer
y lo que sentía con tenerla a mi lado, quería abrazarla, pero no cuando ella
estaba inconsciente y delante de todos, algo me decía que tenía que esperar; el
nerviosismo de Edmundo me inquietaba, no paraba de mirar a la puerta, luego al
techo, finalmente fijaba de nuevo la mirada al suelo, hasta oír un ruido de
fondo, era un llanto, tarde en darme cuenta que era de un niño, una idea
vislumbró la luz en mi cabeza devolviéndome las ganas de sonreír, pedí a Sofía
que me dejara a solas con su hijo, para que me ayudara a levantarme y caminar
un poco, quería hablar con el de lo sucedido pero lo que acababa de percibir se
me hacia mucho mas importante…
La mujer salio agradecida diciendo que tenia ganas de darle
al pequeño un trozo de pastel del que tanto le gustaba a su hijo de pequeño, el
hombre miro la espalda de su madre con un deje de anhelo, mas claro agua, el
hombre colado por la madre del pequeño y preocupado por el niño, eso si era
algo sorprendente y una buena noticia que quizás traería algo mejor en un
futuro después de tantos hechos desafortunados.
-
Edmundo, ¿desde cuando conoces a la madre del pequeño?
-
¿perdona?
-
Si tu madre no se ha percatado es de milagro, pero ya vi
tus reacciones solo quieres correr a consolarla y cuidar de él.
-
Estuve con ella en la ciudad hace dos años, ella marchó
a otro sitio por trabajo y no supe más, luego yo volví aquí, hasta hoy no supe
que ella era la empleada del médico.
-
El niño tiene poco tiempo, año y medio como mucho…
-
Lo he notado, y si piensas en que podría ser mío, yo
ando pensando lo mismo.
-
Dime, sigues por ella ¿verdad?
-
Sí, pero por ahora solo puedo ayudarla…
-
Necesitáis ayuda aquí, así que ofrécele un trabajo, y
esta habitación como alojamiento, cualquier otra cosa que se precise ya veremos
en un futuro, pero no te rindas, nunca te vi así por nadie y en verdad me da
gusto saber que sientes ansias de un futuro con alguien, a tu madre no le digas
nada de tu posible paternidad ya sabes como se pondría de terca, no es cuestión
de que la madre piense de que ahora le quieran quitar al pequeño.
-
No tranquila, sabes el pequeño se llama como yo.
-
Dios, jajajajajaja, pues no sé si será tu viva estampa,
desde luego a tu madre ya se la ha ganado.
-
Lo sé, adora a los pequeños.
-
Ves.
El grandillón marcho a zancadas por la puerta como si el
diablo lo llevara, yo me quedé sola con ella durmiendo a mi lado, la observe en
silencio, pensando en cuantas veces ella me habría mirado de la misma manera…
Un par de minutos y un toque a la puerta me aviso de que volvía
a tener compañía, Sofía entraba exuberante por la misma con una bandeja y el teléfono,
en la bandeja servidos en sendos platos asomaban dos trozas de pastel con nata,
la mujer sonreía radiante.
-
ese mocoso es un cielo, se ha comido un trozo y me
besuqueado sin recelo, me recuerda mucho a mi hijo cuando era así, incluso
tienen el mismo nombre, mi sorpresa ha sido tal que me he reído mucho solo de
pensarlo, me da gusto tener a un pequeño por aquí de vez en cuando, es toda un
dicha aun en momentos como estos.
-
Disfrútalo mujer, pero sin empacharlo….
La mujer volvió a salir riendo feliz y riñéndome con el dedo
por mi último comentario, al menos no parece que sospeche nada por el momento.
Tome aire mientras sostuve el teléfono en mis manos y miraba
la bandeja en una silla a mi lado, suspire y marque el numero que tenia al
papel que guardaba desde hacia ya varios días, al segundo toque mi abuela respondía
con una voz pastosa…
-
hola abuela, ¿Cómo se encuentra Mel?
-
Mucho mejor, ya parece la misma, un día con su hija y
todo desapareció, ahora es incapaz de parar y resulta que conoce al titulado de
aquí, estudiaron juntos, ahora ella ha marchado para allá a ayudar y
distraerse. ¿dime como te va a ti?, ¿o me vas a ocultar lo que suceda otra vez?
-
Para nada, por eso llamaba, me alegro de no tener que
ser yo quien le de las siguientes noticias a ella la verdad y te compadezco a
ti, tranquila Serena se encuentra bien, los hechos han desembocado de una
manera trágica, el marido ha fallecido electrocutado, y Jacobo ha quedado
vegetal y puede que senil, ambos quedaron expuestos, me temo que no puedo
contarte mas por el momento hasta que lleguéis, espero que para entonces hayáis
asumido su muerte y las circunstancias, ella es todavía su esposa abuela, así
que es la nueva propietaria de los bienes de él y todo cuanto quede en el aire
lo sabrá cuando llegué, también ha llegado un telegrama avisando de la llegada
en tres días del abogado de ella, os espero, avisarme para cuando estéis de
camino, nos hospedamos a la taberna de Sofía.
-
¿Qué le ha pasado a nuestra casa?
-
Un pequeño incendio abuela, la casa esta bien, la
fachada necesita un buen lavado, ya lo veras, no te alteres, nadie salió herido
y tampoco se perdió nada más que la puerta principal, te espero abuela y te he
echado mucho de menos, cuídate y avísame.
-
Espera no cuelgues….
No le hice caso, sabía lo que venia a continuación, todo un
interrogatorio, prefería esperar a su llegada y hacerlo en presencia de Sofía, así
su carácter quedaría mas aplacado, suspiré cansada y me sobresalté al notar una
mano rozándome la espalda…
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