LIX
doncella celestial,
te enamoraste de mi y no de mi talento,
ni de un fantasma, ni un velo,
sino de lo que llevo dentro,
viste mi corazon y mi alma
y te sedujeron,
viste cuanto podia dar
y te dejaste llevar,
y yo segui a tu lado
buscando el mismo don,
que en mi interior yo guardo,
de amar sin medida ni dilación,
de sentir el viento y la tormenta
como un rayo en nuestro interior,
y ahi sigo mi amor
sintiendo el huracan que a las dos nos arrastró,
evocando en una sonrisa
nuestro primer beso de amor.
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