LXXVIII
Insistir es un
privilegio del corazón,
Persistir, el
pálpito que nos impulsa hacia delante,
Resistir aunque
un martillo nos muela contra el yunque,
Repetir nunca es
suficiente para derrotar a una guerrera,
Retomar las
batallas es mejor que huir de la verdad,
Rendirse es sabio
cuando no hay nada que ganar,
Retroceder a
tiempo siempre se considera un triunfo si proteges lo que importa,
Desistir, es
triste pero honorable si conllevas con orgullo y nobleza.
Derrotar, la
adversidad siempre es un gran logro que valorar.
Derramar lágrimas
por muy humillante que sea siempre alivia el pesar.
Insuflar ánimos
supone el mayor de los esfuerzos bajo las heridas del corazón..
Restallar el
látigo con rabia no sanará las heridas,
pero si afligirá la conciencia.
Recoger del polvo
los recuerdos es mejor que tirarlos al olvido...
Demoler la culpa
a sablazos de voluntad, impide hundirse en las arenas movedizas.
Permanecer
indemne seria demasiado hermoso, todo pilar guarda sus muescas.
Permitir la
humillación no es fácil pero sabio para reconocer la escoria que nos rodea.
Perfecta realidad
la de los sueños, la desilusión solo pone pruebas no te mata el alma.
Infundir valor en
la oscuridad para enfrentar el peligro que ataca a traición.
Inimaginables son
las sorpresas que uno halla en las bocas ajenas…
Ignorar es ser
precavido pero nunca se ha de pecar de ignorante.
Infringir daño no
es de valientes, tampoco de dignos, pero si así lo prefieres, tu mismo.
Retocar los
hechos no oculta la verdad, ni dará la razón, ni concederá honor.
Recordar los ecos
del alma es un privilegio de un corazón vacío, falto de consuelo.
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