LXXIX
Cisne
de esplendorosas alas,
Que
te yergues en tu blanco inmaculado,
Danzas
en las aguas del olvido,
Con
pasos gráciles y divinos,
Bajo
tu mirada melancólica,
El
lago renace en sueños,
Con
aguas de lágrimas malditas,
Ensalzando
tu llanto
En
un canto a la luna oscura.
En
el sortilegio de la noche
Tu
capa blanca te traiciona,
La
tristeza la cubre de odio,
Blandiendo una lanza tempestuosa,
con los gritos del recuerdo.
con los gritos del recuerdo.
Las
aguas arrecian
Bajo
la caricia del viento
Veneno
de la agonía,
El
sueño deja de ser sumiso,
Acometiendo
con ira la paz
Para
embriagar las almas
Con
el odio oscuro,
Maldita mirada de las sombras
Que estremeces los cielos con
Maldita mirada de las sombras
Que estremeces los cielos con
Tu alarido estremecedor,
Y arrancas la voz de la noche,
Inundando
la oscuridad de peligro,
Bajo
una luna asesina.
Dama oscura que
Impregnas el dolor
De
versos sangrientos,
Arrebatando
al corazón
El
último suspiro de consuelo,
Marchitando
ya su agonizante latido,
Para
enmudecer en la perpetua desdicha.
Alza
tu vuelo cisne,
Cual
cuervo de mal agüero,
Ennegrece
a la dama de la noche
Con
tus alas,
Acalla
el llanto de la cólera,
Bajo
la sombra de un alma pura,
Que
aún herida no se da por vencida,
soplando en los riachuelos sus suspiros,
fluyen los murmullos de nuevos latidos,
que arrebatarán a las sombras
el idilio de las miradas,
que aprenden en secreto a volar...
soplando en los riachuelos sus suspiros,
fluyen los murmullos de nuevos latidos,
que arrebatarán a las sombras
el idilio de las miradas,
que aprenden en secreto a volar...
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