En la vida existen falsos santos que se visten con traje de hipocresía, mientras tú caminas con una armadura lista para seguir esforzándote y seguir adelante, pese a los pleitos y falsas acusaciones.
A veces eres acunada por la luna, con la promesa de que todo mejorara, suspiras y miras a lo lejos a las alturas y sonríes desafiante, recordándote que nada está perdido, sino te rindes, así que una bocanada de aire y regresas a las frías aguas de las injurias.
Ves cómo se indignan ante tu lucha, guardas la calma mientras hacen esfuerzos por desechar tu imagen, se te ríen en la cara cuando te creen sola e indefensa, mientras tú ves más claro las máscaras que usan para engañar y darse aires de víctima, no son corderos si atacan como lobos.
La realidad se puede pintar de colores, pero la verdad siempre se puede limpiar y mostrar al mundo, si este abre los ojos y escucha.
Se ve la indignación de lejos cuando no pueden maquillar la verdad, se ve el odio cuando te convierten en el problema, incluso la maldad apesta, así se vista de traje y use buenas maneras. Todo es una farsa bien ejecutada, con la confianza de convencer y destruir todo lo bueno en lo que crees y te sostienes.
Te recriminarán te pondrán de inútil e incapaz, pero tus esfuerzos nunca pasan desapercibidos, tus resultados es la huella que dejas del camino que has recorrido, así se regodeen creyendo que te crean inseguridad, se exponen al mundo con su auténtica personalidad, sencillamente no te rindas, no te acobardes porque las circunstancias sean difíciles, tú eres más fuerte con solo tener la voluntad de seguir.
El hipócrita grita, pero el guerrero se mantiene firme, a la espera de la siguiente batalla, no olvides quién eres, el horizonte está para los que siguen caminando hacia el futuro, con esfuerzo y dignidad.
El que se indigna ante la verdad solo demuestra su falsedad, acorrala a tu enemigo y no te rindas, nada está perdido.
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