PARTE II
Con el rostro ceniciento llegó a
su alcoba ignorando tanto a Iman como a Mahir, a ninguno se le permitió
seguirla y la esperaron a la misma
entrada, ambos fieles y preocupados la recibieron, entraron a su lado con
sendas expresiones de alivio, enseguida se ciñeron a procurarle alimento y
liberarla del traje con el que recitó poesía al Califa.
Dado que tras la entrevista e
imposiciones no se sentía con animo de volver a ver a nadie, decidió pasar allí
el día, le pidió a Mahir mas poesía por que sospechaba que ésa semana seria la elección
del Califa para disfrutar de su desayuno, sintió necesidad de versarse en lo
que el mismo poseía a su biblioteca, de niña ya leía a su madre a las noches poesía
mientras ella bordaba a la espera que volviera su padre de sus que haceres como
varón.
Se acomodó a su sala y evitó tomar nada sólido,
algo en su interior se había roto con las palabras de las esposas, y a su vez
se sintió acosada en la idea de alguien allí que pudiera reclamarla y verse
vedada a esa persona con la posibilidad que no fuera de su agrado, ante todo el
echo de no poder mantener sexo con las otras la frustraba, no tenia modo de
saber quienes tenían alguien y quienes no, pero lo que mas le sorprendía era
justo ese modo de vida a un harén, pensó que era unas relaciones prohibidas que
rebajaban el poder del varón a su casa, y desde que conoció al hombre cada vez
deseó mas morir pero no sin antes divertirse, ahora en cambio ya no le era tan
insufrible la idea, volvió a recordar a Junaana, la idea de si tendría pareja
le creó curiosidad, también el echo de que ni intentara sacar provecho sobre la
mujer esa misma mañana dada la intimidad que tuvieron, pero lo desecho al
pensar el peligro que había fuera de las dependencias del harén.
Muchas ideas le pasaron por la
mente, pero cada vez se sentía mas inquieta, deseó salir a los jardines, pero
hasta el atardecer era mejor no intentarlo, no deseaba ver al señor podando o
alguna de las otras mujeres, tampoco conocía todas las costumbres y los limites
a los que estaban sujetas…
Una mujer paró frente a las
cortinas, se presento como doncella de Junaana y que solicitaba que se
presentara a la entrada de las termas lista para pasear por los jardines, le
pregunte si podía rehusar, el rostro de la joven se volvió una mueca de
espanto, y balbuceado me confesó que la petición venia de las señoras esposas,
asentí y consulte la hora, confirmando que seria para las cinco de la tarde el
paseo, pero que debía presentarse con ella en cuanto estuviera lista, su señora
deseaba hablarle antes de salir a pasear, en privado.
Le indico que esperara un segundo
y la seguiría, llegó Mahir con el tomo de poesía y lo dejó a un lado, pidiéndole
que la siguiera, Iman no había vuelto de ir a buscar unas pastas para tomar con
el té, salieron con calma y pensó que estaba teniendo un día muy solicitado y
movido, que debía tener paciencia pues cabía la posibilidad que le organizaran
los siguientes días para tenerla distraída y calmada, como a un cachorro
inquieto.
Siguió a la joven que se la
notaba insegura y algo asustadiza, se preguntó el por qué, pero luego deshecho
el pensamiento decidiendo no dar vueltas a nada mas.
Al llegar su sorpresa fue mayúscula,
dos guardias a la puerta y apenas les concedieron el paso, dos doncellas se
acercaron para asegurarse de que la integridad de su señora no sufriría ataques
d ningún tipo, prácticamente la hicieron desnudarse por completo para luego
colocarse otras prendas ya elegidas para su llegada, era como ver un pastel de
chocolate y nata al espejo que colgaba de la pared frontal, se hizo a la idea
del estricto escrutinio y volvió a esperar a que se le concediera paso a la
siguiente dependencia, minutos mas tarde la joven que la condujo hasta allí aparecía indicándole que la siguiera de nuevo, si la
entrada era pulcra y senilla ni punto de comparación con el salón al que pasé,
las paredes cubiertas de tapices que homenajeaban la lujuria y otras facetas de
la vida sexual, en otros en cambio la bendición de la prole y en algunos la
misma inocencia en prados floridos, los suelos cubiertos de distintas alfombras
impidiendo que los pies rozaran la fría piedra y alrededor de la sala cada
pared era limitada con un sin fin de vivos colores, en almohadas y cojines de
distintos tamaños, al centro una mesa mimosamente tallada con corceles, en la
misma ya servida en piezas de cristal tallado un té humeante, mientras admiraba
tanto lujo Shamsir apenas se percató que aguardando en otra entrada se
encontraba su anfitriona observándola con calma, se regocijaba en las
impresiones y gestos, que transparentaban las emociones de la morena incauta.
Junaana rozó con suavidad las
cuentas que adornaban la entrada a sus aposentos privados advirtiéndola de su
presencia y así adentrándose con suma tranquilidad a ese espacio en común en
que esperaba conversar con la joven, dudaba de las futuras reacciones de la
misma, así como el como recibiría para así sus negativas, con todo asumió que
era lo más notable, aceptando para si que esa joven la fascinaba notablemente y
le era difícil resistirse a su cercanía.
Elegante mente la invito a sentarse
en su compañía, con un gesto indicó a su
doncella de que sirviera las pastas y dátiles dulces tradicionales de ésa
tierra, la muchacha con recato acepto cuánto se le ofreció y con unos modales
discretos la acompañó en ese tentempié manteniendo siempre la cabeza gacha y la
mirada perdida, comprendió que se mantenía obediente al decreto de las Damas
del harén, y elogió para sí su autocontrol y respeto hacia las mismas, decía
mucho de ella, sabia reconocer su lugar y aceptaba cuando alguien imponía su autoridad
pese a su desagrado, supuso que en el fondo no se sentiría a gusto en su
presencia y también que desconfiaría de sus intenciones, Druha le comentó a su
llegada de que la muchacha pretendió declinar la invitación pero se vio privada
al indicarle de que la misma provenía de alguien de por encima de ella, tampoco
fue de su agrado de que la preavisaran de un interés ajeno, supuso que fue la
justificación que dieron para solo ser corregida sin exponerla a un castigo
mayor, en gran parte lo agradecía, todo hubiera sido realmente difícil de haber
lidiado con un resentimiento generalizado.
A Junaana siempre le fue difícil
entablar conversación con el resto, siempre se limitaba a respondes
escuetamente y a poder ser con gestos, su voz no le era agradable para si
misma, y la única petición que en un pasado expuso a su señor fue la de evitar
conversar o recitar en presencia de cualquier otra persona ajena a él, ni
siquiera ante el resto de los miembros del harén, el hombre en cierta manera se
sintió halagado y puesto que no le privaba así mismo y lo más notable en ella
eran sus propios rasgos, no le disgustaba la petición, acepto con la condición
de que cada mañana tocaría para el a su jardín, siempre que el clima fuera
bondadoso.
Se dedicó a admirarla hasta que
decidió tomar un lienzo y trazar sus rasgos para realizar un retrato, pero
apenas hizo el intento la otra se sobresaltó, le mostró el lienzo en blanco sonriéndole,
a lo que recibió una mirada incrédula, recibiendo la misma con regocijo se
levantó y retirando el tapiz de su espalda que ocultaba un hueco cóncavo
extrajo un par de lienzos en los que ya había plasmado a otras mujeres del
harén, una de ellas era Setar, otra una de las esposas, Asalah, y la última se
trataba de Ayana otra de las jóvenes de aspecto risueño y actitud inquieta,
siempre se le ocurría actos en los que compartir risas y juegos.
La muchacha admiró los retratos
impresionada, comprendiendo ya sin palabras mis intenciones, para Junaana era
un modo de disfrutar de su compañía y cercanía, de pasó evitar que ella se
alejara de todas aislándose a sus aposentos como presintió que haría, es
difícil dominar la naturaleza de una misma y mas si se le es impuesta, la única
manera posible seria alejarse de todo, era algo que le disgustaba pues le privaba
de sus encuentros y posibles acercamientos, de ahí la petición extra a cambio
de realizar un lienzo a la esposa Celine con Setar, la Dama deseaba obsequiarle
el retrato a la joven a la vez de demostrarle su celo ante el resto, lo cual no
le implicaba esfuerzo alguno y si deleitarse con las miradas cómplices que se
denotaban cuando ambas estaban cercas en cualquier zona común, eran esos
momentos que ella disfrutaba mucho y a su vez envidiaba ya que la hacían sentir
muy sola.
Shamsir no se atrevía a alzar el
rostro, pero le era imposible evitar mirarla disimuladamente, igual se sentía
incomoda como atraída, con esmero intentaba ocultar sus reacciones. En cambio
la vista agudizada por sus sentidos de atesorar gestos y detalles para pintar
le permitía darse cuenta de todo a Junaana, y justo esas emociones eran las que
deseaba plasmar a su lienzo, la hacían ver tan frágil como adorable, era un
rasgo difícil de captar en su actitud osada, pero efectivamente seguía ahí
oculto, sospechaba que la joven sabia de gozar y nunca experimentó el sentir
del alma en esos instantes…
Se dejó llevar por su pasión artística,
era cierto que tocaba varios instrumentos musicales de cuerda a insistencia de
su padre reconocido compositor, y de su madre que siendo hija de las arenas
ardientes, marchó con un extranjero lejos hasta que este le dejó desprotegida
hace ya unos años y volvió con su familia materna cargando con ella, el fruto
de su deshonra a sus costumbres y vida social, de ésa manera fue como acabo al
harén tras una visita a la familia para juzgar los actos de la misma,
perdonando los mismos a cambio de adquirir los derechos sobre el fruto.
Su mano diestra y ágil enseguida
trazo sus formas, luego sus rasgos y sombras, sus cabellos y detalles siguieron
después, trabajó sin descanso por dos horas y ya oscurecía cuando cedió su
ímpetu ligada a la fascinación que la joven le creaba, con una sonrisa
agradecida le indico que por ese dia ya era suficiente, la joven intentó
levantarse para marchar desconcertada, pero la mano de Junaana se alzo impidiéndoselo,
sujetando su mano y por primera vez usando su voz le suplicó que se volviera a
sentar.
Shamsir no impuso resistencia,
tampoco pronunció palabra, realmente no sabia que decir ni cómo, ya que lo único que era capaz
de pensar era la nada, la voz de la mujer todavía recorría su cuerpo como una
caricia calida y sensual que la estremecia de puro placer, también un escalofrió
de pánico hizo presencia por su espalda.
Al sentarse volvió a bajar su
cabeza y prácticamente cerrar sus ojos para no mirarla, para no mostrar el
deseo que le causaba y sobretodo para no dejarse dominar por su belleza, la
joven sentía necesidad de huir y con urgencia, pero la situación se lo impedía,
tampoco podía excusarse así como así, para ser sincera consigo misma no le
venia al a mente excusa alguna aparte de mil maneras de echarse sobre ella y
tomar esos labios que la enardecían como brasas, en espacial cuando sonreía.
Junaana, sentía como si hubiera
echo algo inapropiado, contuvo el impuso de disculparse, decidiendo que era
hora de explicar las razones de que las Damas indicaran que la viera hoy mismo,
sino deseaba que ellas impusieran su propia disciplina controladora.
Muy buena manera pensaba ella de
extender el látigo y fustigarla a avanzar corriendo…
Suspirando buscó rauda las
palabras con las que abarcar la situación en la que se encontraban ambas sin
desvelar su interés personal, no deseaba que ella la evitara y menos
ahuyentarla reconociendo que era ella su protectora.
-
desde el día de hoy Shamsir se me encomienda el
instruirte en ciertas ausencias de tu conocimiento al harén, también de
ocuparme vigilar que no faltes a tu palabra, también me harás compañía como el día
de hoy como una dama de compañía, hasta que alguna mujer del harén te tutele o
tome como compañera, claro esta con tu consentimiento, si eso ocurriera deberás
demostrar tus votos y serás leal a ella y fiel, no te prohibirían seguir con
tus amistades si las tuvieras, pero si relacionarte mas allá de la cortesía,
supongo que para tu fuero interno podrías definirme tu niñera, pero te
recomiendo que me consideres tu amiga, el tiempo que vas a pasar a mi lado no
lo voy a considerar una carga ni mucho menos pero si me lo tomare en serio, o
me pesara a mi si fallo en las funciones que se me han encomendado, espero que
me comprendas.
-
Comprendo lo que implica nuestra situación.
-
Si tienes dudas, por favor exponlas, no te cohíbas,
aunque tengo entendido que no es un rasgo en tu persona.
-
Vaya, veo que mis actos han corrido rápido de boca en
boca y soy el centro de las miradas.
-
Te equivocas, Setar se vio obligada a rebelar lo
ocurrido, Shamsir, le debe fidelidad a Celine y tu la tomaste sin
contemplaciones según expuso, para no caer en vergüenza públicamente tuvo que
confesar dichos actos, recayendo sobre si un grave castigo, el dolor de ser
repudiada por Celine sin que nadie conozca las razones, si ellas dos vuelven a
unirse… dependerá del esfuerzo que ponga Setar en recuperar la confianza de
Celine y a su vez es perdonada, la dama está muy herida y cóleria contigo,
Asalah carga un gran peso sobre si soportando el animo de su hermana. No te
equivoques, se tratan como hermanas por compartir el mismo rango de esposas al
harén y por el afecto que se profesan, pero no son de la misma sangre, Azabache
en cambio todavía no había sido tomada bajo custodia de nadie pero si habían
lazos casi a punto de ser bendecidos, apenas informó Setar se te fue a buscar, así
me contaron y te vieron salir del pasadizo oculto a la biblioteca y allí aguardando
el eunuco de la joven, observaron a la joven y comprobaron como se cohibía en
tu cercanía, al igual que huía y tus gestos cómplices, tuvieron que hacer el
esfuerzo de que la otra parte no supiera de los hechos acontecidos e intentaron
que ella te invitara a seguirla para que no resaltara mas la situación,
finalmente te han encomendado a mi evitando así comentarios mas perjudiciales,
si la desconfianza y la venganza se integra al harén en horas podrías estar
muerta envenenada o por un posible accidente, es algo que se prefiere evitar,
protegiendo a todas de una investigación de los hechos y sucesos al harén, los
eunucos nos sirven pero le deben pleitesía al Califa, no lo olvides, no
delatara tu inclinación pero si podría delatar tus actos o acercamientos…. Si así
se lo reclama su señor.
-
Entiendo, he provocado una situación volátil y
peligrosa tanto para mi persona como para el resto de integrantes.
-
Así es Shamsir.
-
Si tuviera la amabilidad de dispensarme, me gustaría
retirarme ya.
-
Ves en paz Shansir.
-
Que la paz este con vos Junaana.
-
Así sea.
Con un agotamiento inexplicable Shamsir volvió a sus
aposentos sin levantar la mirada de sus pies, entró y se deshizo de sus prendas
dejándolas caer al suelo y sin inmacular su cuerpo con el roció de rosas con el
que se refresca antes de acostarse, se dejó caer a su lecho con el rostro
inundado en lágrimas. Un pensamiento que le pesaba en su pecho y en su alma se repetía
como ecos de su corazón, a ella no le agradaba.
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